UVR-bot: el reto de acabar con cualquier rastro de COVID-19 en 20 minutos con luz ultravioleta
La carrera a contrarreloj para acabar con el virus ha llevado a las empresas y a los centros sanitarios a adoptar mecanismos de desinfección en los que la innovación y la tecnología es protagonista. Uno de ellos es la desinfección de espacios a través de la luz ultravioleta (UV), cuya eficacia para acabar con los patógenos roza el 99,96%.
Gracias a su efectividad, el uso de este tipo de radiación es habitual para esterilizar instalaciones y superficies desde que se descubriera en el año 1878. De hecho, el Ministerio de Sanidad reconoce que la evidencia científica “sugiere que los dispositivos de UV-C reducirían la población vírica, de una forma fácil y rápida”. Aunque no solo los virus sucumben a esta radiación, ya que también es eficaz para destruir bacterias y hongos. Y es que, a determinadas longitudes de onda, la luz ultravioleta C desactiva el ADN y el ARN de estos microorganismos evitando su replicación.
Ante esta emergencia sanitaria en la que cada segundo y cada avance cuenta, la compañía española Alcora y la argentina UV Robotics han puesto la tecnología más puntera al servicio de la lucha contra el COVID-19 y se han unido para ofrecer UVR-bot, un robot capaz de desinfectar un box de UCI en poco más de 15 minutos a través de la luz ultravioleta.
Y es que, la utilización de la luz UV para la desinfección de espacios resulta más segura que el uso de productos químicos convencionales. La aplicación de estos últimos es más lenta y tediosa y, además, puede suponer riesgos para quienes los inhalan. A diferencia de ello, UVR-bot no requiere del llamado ‘plazo de seguridad’ -que tras el uso de algunos productos es de hasta tres horas- ya que una vez terminada la desinfección, la estancia puede volver a ser utilizada inmediatamente. “Esta tecnología permite establecer pautas menos contaminantes con el medio ambiente, un mejor uso de los recursos y un beneficio sanitario evidente para el ser humano al no exponerlo a los riesgos derivados del uso de productos químicos”, explica Miguel Sánchez, gerente de Alcora Salud.
Inteligencia artificial para aumentar su precisión
Su tamaño y su usabilidad hacen que sea un aparato versátil cuyas aplicaciones no se limitan al ámbito sanitario. Sus desarrolladores han apostado por que se maneje a través de un mando a control remoto en lugar de mediante un móvil o app, lo que le hace ganar en precisión frente a sus competidores.
Además, cuenta con 16 tubos de 30W de luz UV-C germinicida dispuestos en un arreglo de 360 grados para que la luz llegue hasta cualquier rincón y con una plataforma omnidireccional que facilita su movimiento. Esto le permite intervenir para desinfectar autobuses, aviones y otros medios de transporte, salas de espera, centros de mayores, colegios, entidades bancarias, hoteles, ascensores o aseos.
“Contar en las instalaciones con superficies y un aire sano, como es el que se produce tras una desinfección no residual, permite reducir en gran medida las posibilidades de contagio de la enfermedad, manteniendo además un ambiente más saludable”, afirma Sánchez. Las aplicaciones de la luz ultravioleta son tantas que incluso algunos equipos de la NFL de fútbol americano han optado por esterilizar sus estadios con drones y robots que utilizan esta radiación.
En la creación de este robot también ha primado la seguridad de las personas, ya que al manejarse a distancia no es necesario que nadie se exponga a ambientes contaminados para desinfectarlos. Gracias a la inteligencia artificial y a sus cámaras y sensores, que funcionan como su cerebro y sus ojos, UVR-bot mapea la estancia y calcula el tiempo y la posición en la que debe estar en cada momento. Asimismo, si durante el proceso detecta la presencia de humanos, interrumpe inmediatamente la desinfección.
Además, el UVR-bot no está solo en la batalla contra el coronavirus, ya que sus desarrolladores han creado otros aparatos basados en la misma tecnología para la limpieza de espacios y objetos. También Alcora continúa trabajando para ofrecer tratamientos de purificación de aire y desinfección de superficies con tratamientos mediante plasma frio y cobre antimicrobiano. De otro lado, en los tratamientos del agua, la tecnología utilizada para el control de Legionella por medio de iones de cobre y plata es uno de los elementos complementarios que ha mostrado su eficacia frente a otros procedimientos tradicionales. Estas tecnologías se ponen a disposición con el objetivo de garantizar espacios seguros en los que ni el COVID-19 ni ningún otro microorganismo patógeno supongan una amenaza para la salud humana.