Ipse y Clickedu, una historia de éxito. Pasado, presente y futuro
El alumno del colegio IPSE sabe y sabe aprender, sabe resolver, tiene bien integrados los valores humanos y cristianos, tiene cuidado de sí mismo, se conoce, se acepta y es feliz.
Bajo este perfil, el perfil de los alumnos de la escuela IPSE, optamos firmemente por una enseñanza de calidad que permite a nuestros alumnos adquirir una sólida preparación académica y profesional, sin olvidar el valor de la propia personalidad como seres autónomos y responsables, que participan activamente de la transformación de la sociedad.
Somos un colegio del siglo XXI; cuya fundación se remonta a 1966. Tenemos, pues 50 años de historia, y con una historia bien particular en el ámbito de las TIC, que está contribuyendo a este cambio tan evidente el mundo que nos rodea. Nos hemos mostrado como una institución abierta al entorno, con la voluntad de ser un espacio de encuentro para todos. Con un proyecto educativo integrador y que se organiza en función del momento evolutivo de nuestros alumnos.
¿Por qué creemos que la aplicación de las TIC y en concreto de Clickedu en nuestro colegio es un éxito y lo será todavía más en un futuro inmediato? Tenemos una respuesta simple: porque empezamos a aplicar tecnología... sin tecnología.
Clickedu permite a día de hoy un control riguroso de la documentación, de las incidencias así como de la planificación de toda la actividad educativa.
Pasado
Nuestros inicios con las TIC (allá por 2006) se hicieron, paradójicamente, sin ordenadores en las aulas (sólo disponíamos de algunos ordenadores en las aulas de informática y en la sala de profesores), ni pizarras interactivas, ni nada que se le pareciese. Mucho antes de introducir tecnología digital nos planteamos su finalidad y desarrollamos un ambicioso proyecto. El ordenador en el aula debía servir de mucho, de mucho más que para que los profesores proyectaran de vez en cuando algún contenido concreto. Era obvio que las TIC debían servir para gestionar toda la comunicación e información que se genera, para planificar el proceso de enseñanza, para organizar los protocolos de funcionamiento interno, para todo. Pero la irrupción de las TIC era principalmente una oportunidad para provocar cambios mucho más trascendentales en las metodologías tradicionales de la enseñanza y queríamos aprovecharla.
Y necesitábamos herramientas, programas, aplicaciones... (ahora lo llamamos plataforma educativa) que no existían en el mercado. Clickedu nació de esa necesidad. De la voluntad de un colegio sin ordenadores.
Conjuntamente con los programadores de Clickart (empresa creadora de Clickedu) nos pusimos a pensar qué podía hacer la tecnología por una escuela. Sin límites. Y lo pensamos en el colegio y para el colegio. Fueron dos años de larguísimas reuniones semanales, de pruebas, de ensayos y errores. Apasionantes para los que estábamos metidos en el proyecto, ya que teníamos la convicción de que estábamos haciendo algo realmente diferente, útil y necesario.
Por aquel entonces, Ipse consiguió la certificación de calidad ISO 9001 y Clickedu tuvo allí un papel determinante. La plataforma se diseñó de tal manera que aseguraba la realización de ciertos procedimientos que la norma requiere de forma automatizada y totalmente controlada. Así pues, Clickedu nos permite a día de hoy un control riguroso de la documentación, de las incidencias y no conformidades, de la planificación de la actividad educativa. Nos gestiona indicadores y planes de mejora, auditorias. También nos gestiona el mantenimiento de las instalaciones y el mantenimiento informático.
Y antes de introducir los ordenadores en el aula hubo formación. Un equipo de docentes siempre es diverso por definición, diversos son los intereses, diversas las edades, diversa la formación. Una cosa sí teníamos en común; salvo algunas excepciones, éramos bastante analfabetos digitalmente hablando. En cambio, nuestros alumnos, niños y jóvenes, ya habían nacido subidos al carro de la digitalización. Era necesario, por tanto, ‘digitalitzar’ al claustro, saltar la brecha tecnológica que nos separaba de nuestros alumnos y del siglo XXI.
Hay que reconocer que en los inicios buena parte del profesorado pasó momentos complicados y cierto estrés al tener que adaptarse (casi obligado) a las nuevas herramientas. Nuestra receta fue y sigue siendo la formación situada (en la escuela), práctica y para todos.
Por aquel entonces fue un nutrido grupo de jóvenes programadores de Clickart los que se plantaron delante de nuestro claustro, para explicar la nueva (para nosotros y para todo el mundo) plataforma. No dejamos a nadie fuera (al otro lado de la brecha) por muchas resistencias o dificultades que surgieran. Fue el principio de una formación que ha sido continuada. Hoy por hoy podemos decir que el nivel de competencia digital del personal docente es más que aceptable, pero seguimos trabajando para mejorarlo.
Y finalmente introdujimos los ordenadores, y las pizarras digitales en las aulas. Y un recién nacido Clickedu (nosotros ya lo habíamos bautizamos con el nombre de IpseTIC y así le seguimos llamando)
Los que ya tengan Clickedu (o una plataforma similar) sabrán que para que dé frutos hay que trabajar. Hay mucho trabajo en todos los niveles. Desde la secretaría académica, coordinadores, jefes de estudio, hasta cada uno de los profesores, tienen que realizar trabajos de definición, configuración, planificación, etc. Aquí también nos encontramos con resistencias iniciales y dudas sobre si valía la pena.
Los alumnos aprenden trabajando los contenidos mediante la realización de las actividades que previamente se han definido en el apartado 'entrega de trabajos' de Clickedu.
Presente
Hoy en IPSE nadie duda que el esfuerzo inicial se ve compensado con creces.
En la actualidad el nivel de implantación de la plataforma Clickedu en Ipse es elevadísimo. Podemos decir que hacemos un uso intensivo y le sacamos prácticamente todo el jugo. Os puedo explicar un sinfín de ejemplos concretos en los que Clickedu nos ayuda a ser mejores.
Nos sirve, por ejemplo, para organizar algunas asignaturas o actividades concretas con una aproximación a la metodología Flipped-Classroom. Con la utilización de la definición de contenidos se han podido poner a disposición de los alumnos y de manera ordenada, documentos de texto, presentaciones de diapositivas, vídeos, mapas conceptuales y todo tipo de archivos que desarrollan los contenidos que se trabajan. El profesor raramente explica, simplemente presenta y los alumnos aprenden trabajando los contenidos mediante la realización de las actividades que previamente se han definido en el apartado 'entrega de trabajos'. La plataforma permite adjuntar un documento de definición de la actividad y sus objetivos. También gestiona la entrega de trabajos realizados y su posterior evaluación, permitiendo una vinculación inmediata con los criterios de evaluación. El mecanismo de entrega es flexible y permite seleccionar alumnos y encargar trabajos diferentes a diversos grupos de alumnos y según las necesidades. Obviamente el papel del profesor consiste en animar y seguir el trabajo de los estudiantes, resolver dudas y en redefinir objetivos en los casos que se considere oportuno. Os quiero advertir que cuando se ha trabajado una asignatura de esta forma difícilmente los alumnos aceptan volver a la metodología tradicional. Los resultados son claramente mejores ya que se cuenta con alumnos mucho más implicados y motivados.
También valoramos como muy exitosa la gestión que Clickedu nos permite hacer del ‘Trabajo de investigación’ que desarrollan los alumnos de bachillerato. Consiste en un seguimiento del proceso de realización de este trabajo, que los alumnos cursan durante los dos años de la etapa postobligatoria. Un profesor- tutor es responsable de guiar los pasos que deben seguir los alumnos para lograr los objetivos propuestos. Clickedu permite la definición previa de objetivos, la planificación de reuniones de seguimiento con sus correspondientes registros y valoraciones. Finalmente podemos asignar un tribunal de profesores que, a través de la plataforma, podrá evaluar los distintos aspectos del trabajo (seguimiento, contenido, presentación oral, trabajo definitivo…). Creemos que parte del repetido éxito alcanzado por nuestros alumnos en diversos premios se debe a la rigurosa gestión del seguimiento que nos permite Clickedu.
También nos ha servido para unificar de una vez por todas los criterios de evaluación. La definición que permite, y lo más importante, la posibilidad de compartir los criterios, nos facilita que profesores que imparten la misma materia tengan definidos los mismos ítems de evaluación, con porcentajes equiparables. La posibilidad de agruparlos por tipologías también ha contribuido a una mejor, más detallada y ordenada definición. El mecanismo es suficientemente flexible como para que cada profesor pueda ajustar sus criterios de evaluación a las necesidades concretas de sus alumnos.
La posibilidad de compartir criterios facilita que profesores que imparten la misma materia tengan definidos los mismos ítems de evaluación, con porcentajes equiparables.
Y el futuro
La tendencia de la mayoría de escuelas que queremos innovar en las metodologías apunta hacia las técnicas de trabajo cooperativo y hacia cambios significativos en los mecanismos de evaluación (autoevaluación, evaluación formativa y formadora).
La preparación, realización y evaluación de un trabajo cooperativo es muy compleja. Clickedu nos ayuda pero consideramos que necesita evolucionar. En Ipse estamos empezando a desarrollar trabajos cooperativos multidisciplinares (vinculando diversas asignaturas) y a diferentes niveles (alumnos heterogéneos de diversos cursos). Trabajos que a su vez son seguidos por varios profesores. La plataforma no nos posibilita, de momento, la gestión de estos trabajos.
Por este motivo Ipse, otros centros y Clickedu estamos inmersos en un trabajo de definición de un bloque del programa que permita gestionar, de una manera flexible, cualquier grupo de alumnos (procedentes de diversas clases, de diversas asignaturas) que realizarán cooperativamente un trabajo. Estamos pensando que Clickedu permita definir un espacio propio y específico del grupo, que los participantes puedan personalizar, con sus fotografías, sus diseños. Donde encuentren todo aquel material que precisan para realizar su trabajo.Que se adapte a la metodología de trabajo cooperativo escogida (puzzle, equipo de investigación, trabajo por proyectos, tutoría entre iguales). Que permita la definición de los objetivos colectivos y individuales. Que sirva de canal de comunicación entre los alumnos y entre alumnos y profesores. Que posibilite una cooperación virtual cuando los alumnos no puedan agruparse físicamente. Que permita gestionar el plan de equipo y el diario de sesiones (si existen). Que gestione la autoevaluación y evaluación (con sus correspondientes rúbricas) relacionándolas con las competencias trabajadas. Donde el resultado final de la cooperación quede correctamente almacenado y a disposición para posteriores consultas. Y ¿por qué no? la realización de metagrupos (grupos de grupos) unidos por objetivos globales de escuela.
Y en eso estamos, mirando hacia el futuro, convencidos que el cambio metodológico ha llegado para quedarse y es imparable.