Entrevista a Andreu Ruiz, Project Manager de I+D de Chemplate Materials
Chemplate Materials se fundó en 1986 en el negocio de la galvanoplastia y ha estado vendiendo procesos químicos de vanguardia para galvanoplastia y fabricación de PCB como representante y distribuidor de empresas globales. Actualmente, es una empresa también centrada en desarrollos químicos propios y formulaciones para la ingeniería química de superficies, y fabricación de equipos para el registro multicapa de PCB con un proceso innovador, que cubre el registro y el proceso de prensa. Han posicionado una tecnología propia (Indubond) con un gran potencial de crecimiento y la están actualizando continuamente. Andreu Ruiz, Project Manager de I+D de Chemplate Materials repasa en esta entrevista la evolución de la empresa y sus puntos fuertes.
Nacisteis en 1.987 como Chemplate Ibérica en Sant Quirze del Vallès, pero en el año 2000 os transformasteis en Chemplate Materials S.L. y os trasladasteis a Santa Perpètua de Mogoda. ¿Qué significó este cambio?
En esa época, fue un cambio muy significativo para ampliar capacidades industriales y crear nuevas expectativas de crecimiento. Marcó un punto de inflexión al pasar de ser una microempresa a una pequeña empresa con más empleados y una ubicación estratégica, lo que nos permitió competir con más fuerza en el mercado.

Os dedicáis a la distribución y fabricación de productos químicos semielaborados para la industria del tratamiento superficial. ¿De qué tipo de productos hablamos?
Principalmente, fabricamos productos químicos en fase líquida y también en fase sólida. Somos un usuario intermedio del sector químico: transformamos y formulamos productos químicos para que nuestros clientes los puedan utilizar directamente en sus procesos, añadiéndolos como aditivos en otras mezclas.
¿Cuál es vuestro volumen de producción?
Nos movemos alrededor de las 10 toneladas anuales, combinando producción propia con una parte externalizada. El volumen puede variar según las demandas del mercado, pero mantenemos una producción eficiente y un stock limitado para adaptarnos mejor a las necesidades de nuestros clientes.

¿Habéis tenido coyunturas delicadas?
El factor principal que afecta la demanda es el precio de los metales, ya que nuestro producto se destina al tratamiento de estos materiales. También hemos pasado por situaciones difíciles, como la pandemia, que redujo la producción en muchos sectores. Nos hemos adaptado ajustando los costos y reforzando nuestra eficiencia.
¿Para qué empresas o clientes trabajáis? ¿Cuáles son las más conocidas o destacadas?
Nuestros principales clientes son empresas de los sectores de la automoción, la aeronáutica y la electrónica, pero también trabajamos con pequeñas y medianas empresas, como joyeros. Empresas grandes como Airbus o Seat también utilizan piezas tratadas con nuestros productos a través de sus proveedores.

En 2005 desarrollasteis la máquina Indubond, un éxito significativo con su patente. ¿Qué aportó esta patente?
Indubond supuso la creación de una nueva línea de negocio con una tecnología propia que consume menos energía y reduce los costos de producción de circuitos multicapa. Ahora es una línea que está creciendo mucho, sobre todo en el mercado de Estados Unidos, que se ha convertido en un foco de crecimiento importante.
Actualmente ofrecéis una amplia gama de productos químicos y equipos para procesos en galvanotecnia y electrónica. ¿Cuáles son los que tienen más salida?
Los productos químicos para recubrimientos metálicos son nuestra especialidad. Es la línea más consolidada de Chemplate Materials y representa la mayor parte de nuestro negocio.

Comercializáis vuestros productos en España y Portugal. ¿Os planteáis vender a otros países europeos?
Sí, ya estamos ampliando presencia en Francia y Alemania, con un enfoque colaborativo para establecer relaciones de confianza con los clientes y ayudarles a integrar nuestros productos en sus procesos productivos.
En estos casi cuatro décadas de actividad, ¿cuáles consideráis que han sido los hitos más relevantes?
La creación de Indubond y la participación en consorcios europeos desde 2018 son hitos destacados. Hemos impulsado la rama de I+D para desarrollar productos químicos con más rendimiento, más sostenibles y con menos impacto ambiental.

¿Qué avances habéis hecho a nivel de investigación e innovación? ¿Qué destacaríais?
Hemos formado un pequeño equipo de I+D que lidera proyectos para crear productos propios e innovadores, enfocados en aumentar el rendimiento y reducir el impacto ambiental. También estamos explorando nuevas tecnologías para ofrecer servicios de monitorización química más avanzados.
¿Qué retos de futuro tenéis o qué objetivos os marcáis?
Queremos centrarnos en la transformación digital y en la industria 4.0, desarrollando tecnologías para monitorizar y mejorar los procesos de nuestros clientes. Además, queremos continuar expandiéndonos internacionalmente y reforzar nuestro liderazgo en el sector. Queremos generar un servicio más preciso a la hora de monitorizar las características y propiedades químicas de los productos que comercializamos.
¿Cómo lo haréis?
Queremos generar una tecnología que permita detectar impurezas o caducidades y que podamos pronosticar. Nos estamos adentrando en la Industria 4.0 desde el punto de vista de la monitorización de las propiedades químicas. El sector de los materiales está utilizando las mismas técnicas que hace 30 o 40 años y nuestro ideal es acompañar la transformación del sector monitorizando las plantas de producción de nuestros clientes y dándoles instrucciones para que utilicen nuestros productos químicos de una forma más sostenible, con el menor residuo posible.
El producto químico se va contaminando, se va transformando con el tiempo, pero con nuestras indicaciones desde este punto de vista más de industria 4.0, podemos ir acompañándolos.

¿Ya lo estáis haciendo o es una apuesta de futuro?
Lo estamos comenzando a hacer, sí. Implantamos pequeñas tecnologías o sondas que nos permiten hacer evaluaciones sin detener el proceso productivo de nuestros clientes. De esta forma, obtenemos los primeros resultados y a partir de ahí vamos optimizando el proceso. Al final todos acabamos ganando. Si optimizamos el proceso, lo conocemos mejor y sabemos cómo instalar estas sondas o estas tecnologías de monitorización y el cliente se beneficia obteniendo más rendimiento del producto químico.
Chemplate Materials forma parte del Clúster MAV. ¿Qué os aporta formar parte de él?
Primero de todo, nos permite estar dentro de una red de colaboradores potenciales donde desarrollar nuevas soluciones, soluciones químicas para tratamientos superficiales. Sabemos que estamos ante una gran red de especialistas en temas de materiales avanzados de todo tipo. Queremos aprender de ellos, conocer las necesidades de estos miembros y buscar puntos en común para ver si se pueden crear consorcios.
Es la primera vez que participamos en un clúster. Estamos conociendo el concepto de clúster como dinamizador para acercarnos a nuevas empresas y vemos que tiene mucho potencial y puede ser muy beneficioso para Chemplate Materials y de él podemos aprender mucho.
¿En qué os gustaría que os ayudara el Clúster MAV?
Nos gustaría crear algún tipo de consorcio o trabajo colaborativo dentro de los grupos de trabajo en los que ya participamos, y a partir de ahí crear soluciones de forma conjunta para desarrollar productos en sectores como la electrónica impresa o tratamientos superficiales para metales ligeros con mucha más eficiencia frente a la corrosión.