Las ferias en un entorno hostil
Abril y mayo son meses de acontecimientos menores o mayores, pero relevantes sin duda para muchos. En abril, la feria alicantina Intermolde celebró ya su decimoprimera edición con resultados satisfactorios, tal y como están las cosas. Del 7 al 9 de mayo la nueva feria Protodesign abrirá sus puertas en la Feria de Valencia y, durante estos mismos días, la pasarela de Milán convoca a todos los interesados en la moda de los plásticos en la Plast'03. Lo cierto es que los datos del sector italiano no están para modas, pero curiosamente ello no ha sido obstáculo para que la contratación de superficie expositora consiga al menos igualar a la de la anterior edición. Es como si a nadie le fuera tan mal como para ahorrar no presentándose en la feria, como si nadie se atreviera a no estar ahí donde debe estar. O como si las cosas no fueran tan mal, como si en buena medida estuviéramos más en la dinámica de la precaución y la alerta que en la de la recesión.
Lo cierto es que Europa está al borde la de recesión. En los últimos tres meses de 2002, la eurozona sólo creció un 0,1% con respecto al trimestre anterior, con el agravante de que Portugal, Grecia, Austria y Holanda experimentaron retrocesos, mientras que Alemania y Dinamarca registraron un estancamiento.
Pero a España parece que le sienta bien el uniforme de camuflaje y está consiguiendo pasar desapercibido ante los ataques de destrucción masiva de la crisis. En ese mismo periodo, su economía creció un 0,3%, un 2,1% con respecto al mismo trimestre del año anterior. Y en el sector de los plásticos, el año 2002 se cerró con un crecimiento del consumo de primeras materias del 9,9%, según informa Anaip en uno de sus últimos boletines. Aunque observando periodos bianuales no sólo se detecta una desaceleración del crecimiento, sino también una mayor penetración de los productos importados, que van ganando cuota de mercado. Ya los españoles pueden comprar y compran productos de otros países. Los consumos de bienes extranjeros suben. Y eso son datos.
También son datos los que apuntan a la falta de consumo de los hogares y la ausencia de inversiones como los factores clave del estancamiento. Al europeo, alertado por la temible destrucción masiva, se le ha colado por la cocina una destrucción individualizada de su cuenta bancaria.
