Líquidos y gaseosos, en bolsa transparente
Hay más beneficiarios, porque algunos fabricantes de gran consumo están lanzando productos de tamaño inferior a 100 ml para que puedan ser transportados dentro del equipaje de mano.
Y la cosa va más lejos. Los más avispados han presentado ya al mercado los calzoncillos antiflatulencias, por lo que pueda pasar. Una flatulencia en un lugar como un avión a 10.000 metros, puede adquirir rango de bomba o, como mal menor, puede interferir en los instrumentos de navegación de la máquina. Pero ya tenemos la solución. Los calzoncillos antiflatulencias fueron diseñados en los EE.UU., paradigma de la seguridad máxima, y son ideales para evitar momentos comprometedores cuando se está junto a otros. Sirven, dicen sus inventores, para evitar el dolor que genera el aguantar esta situación. La tecnología del producto consiste una especie de bolsillo con un filtro reemplazable dentro hecho de polipropileno pero con textura suave, y en su centro llevan carbón activo que corta los malos olores. Lo que no consigan los plásticos... Ahora ya, uno se libera sin tener que confiar en que los de alrededor apunten a otro incauto cuando ello ocurre. Sus fabricantes aseguran que la prenda "aumenta la confianza social de cada uno", no aclaran no obstante si también están insonorizados.
Sólo una duda, con cuya respuesta no hemos dado al cierre de esta edición. Si el calzoncillo éste va cargado, ¿pita al pasar los controles? Por lógica habría que introducirlo también en la bolsa transparente, junto con líquidos, etc. Y si esto es así, amigos, la cola de los controles en los aeropuertos va a pasar de ser lenta y crispante a ser muy, muy divertida. Gracias, de nuevo, plásticos, por todo lo que nos habéis dado.