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Líquidos y gaseosos, en bolsa transparente

Ibon Linacisoro, Director01/02/2007
¿Ha viajado Usted en avión, querido lector que nos sufre, desde la pasada entrada en vigor en noviembre de 2006 de la Ley MeMuestre sus Cosas? Si lo ha hecho, sabrá de qué va esto y si no, lo habrá leído u oído de alguien. Ahora uno debe meter sus productos líquidos, pastosos y tal vez también gaseosos, siempre dentro de envases de menos de 100 ml, en una bolsita de plástico transparente para poder acceder a las zonas de embarque de los aeropuertos. Debe quitarse el reloj, el cinturón, a veces los zapatos y los aros del sujetador, mostrar su tubo de dentífrico aplastado y bien sobado, su marca de desodorante, de champú, líquidos de lentillas... todo lo que lleve encima, incluso si es una crema o una pomada de uso íntimo. Señores, al avión se entra ya sin tapujos, todos sabemos si el de al lado las sufre en silencio, será un secreto a voces que el del asiento 26 F las padece. Y como no podía ser menos, la Ley MeMuestre sus Cosas tiene sus beneficiarios. ¿Quién? En primer lugar todos, porque ya estaba bien de tanta bomba en bote de desodorante. En segundo, los cotillas, los amigos de saberlo todo sobre la máxima cantidad posible de personas. Pero también, en tercer lugar, los que han reaccionado con rapidez y han lanzado al mercado bolsas transparentes adecuadas para llevar de equipaje de mano en los aviones. Porque claro, no vale cualquier bolsa, deben ser de esas que incorporan un sistema de cierre.

Hay más beneficiarios, porque algunos fabricantes de gran consumo están lanzando productos de tamaño inferior a 100 ml para que puedan ser transportados dentro del equipaje de mano.

Y la cosa va más lejos. Los más avispados han presentado ya al mercado los calzoncillos antiflatulencias, por lo que pueda pasar. Una flatulencia en un lugar como un avión a 10.000 metros, puede adquirir rango de bomba o, como mal menor, puede interferir en los instrumentos de navegación de la máquina. Pero ya tenemos la solución. Los calzoncillos antiflatulencias fueron diseñados en los EE.UU., paradigma de la seguridad máxima, y son ideales para evitar momentos comprometedores cuando se está junto a otros. Sirven, dicen sus inventores, para evitar el dolor que genera el aguantar esta situación. La tecnología del producto consiste una especie de bolsillo con un filtro reemplazable dentro hecho de polipropileno pero con textura suave, y en su centro llevan carbón activo que corta los malos olores. Lo que no consigan los plásticos... Ahora ya, uno se libera sin tener que confiar en que los de alrededor apunten a otro incauto cuando ello ocurre. Sus fabricantes aseguran que la prenda "aumenta la confianza social de cada uno", no aclaran no obstante si también están insonorizados.

Sólo una duda, con cuya respuesta no hemos dado al cierre de esta edición. Si el calzoncillo éste va cargado, ¿pita al pasar los controles? Por lógica habría que introducirlo también en la bolsa transparente, junto con líquidos, etc. Y si esto es así, amigos, la cola de los controles en los aeropuertos va a pasar de ser lenta y crispante a ser muy, muy divertida. Gracias, de nuevo, plásticos, por todo lo que nos habéis dado.

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