Nube híbrida: equilibrio entre flexibilidad, seguridad y rendimiento

La transformación digital ha llevado a las empresas a un punto de inflexión: la migración a la nube es ya una realidad ineludible. Sin embargo, la clave del éxito no radica simplemente en adoptar la nube, sino en elegir el enfoque correcto. Según el Cloud Security Report 2024, los incidentes de seguridad cloud han aumentado notablemente, pasando de 24% en 2023 al 61% en 2024, lo que representa un incremento del 154%.

Esta tendencia subraya la escalada de riesgos en los entornos Cloud. Sin embargo, a pesar de este incremento, sólo el 21% de las empresas da prioridad a las medidas preventivas destinadas a detener los ataques antes de que se produzcan. En este contexto, la nube híbrida se presenta como la solución ideal que permite a las empresas distribuir estratégicamente sus flujos de trabajo: datos sensibles y críticos se mantienen en la nube privada, donde la seguridad y el control son primordiales, mientras que la flexibilidad y escalabilidad de la nube pública se utilizan para operaciones que requieren mayor capacidad de procesamiento. El mismo informe revela que un 39% de las empresas ya han confiado más del 50% de sus operaciones a la nube, subrayando la importancia de un enfoque híbrido.

La nube híbrida no es solo una combinación de servicios; es una arquitectura que ofrece a las empresas la capacidad de adaptar sus recursos de TI a necesidades específicas en tiempo real. Esto es esencial para manejar picos de demanda y realizar análisis de Big Data, todo mientras se mantiene un control riguroso sobre los datos sensibles. Además, la nube híbrida ofrece ventajas económicas significativas. Utilizar la nube pública para funciones menos críticas reduce la necesidad de inversión en infraestructura propia, mientras que la inversión en una privada puede considerarse un gasto de capital a largo plazo que asegura un control y seguridad adicionales.

Migrar a un entorno híbrido no está exento de desafíos. La gestión de múltiples nubes y la garantía de su interoperabilidad pueden ser complejas. De hecho, según el Cloud Security Report 2024, un 96% de los profesionales de TI están preocupados por su capacidad para gestionar los riesgos de seguridad en la nube, mientras que el 91% teme el crecimiento de nuevos ciberataques más complejos, como los ataques zero day y otros riesgos desconocidos que las herramientas tradicionales no pueden detectar, lo que destaca la necesidad de soluciones de seguridad más proactivas y automatizadas. Los enfoques de seguridad tradicionales, como los firewalls y la seguridad de los endpoints, no son suficientes para proteger un entorno de cloud. La seguridad en la nube es más complicada debido a la gestión indirecta de la infraestructura y a las amenazas adicionales, como el acceso a través de redes Wi-Fi públicas, las políticas BYOD, las aplicaciones móviles inseguras y el tráfico SSL encriptado. En este sentido, herramientas como CloudGuard de Check Point Software ofrecen supervisión, respuesta ante incidentes en tiempo real y protección avanzada en entornos de nube pública y privada, facilitando una gestión unificada de la seguridad.

Con la previsión de que la nube alojará más de 100 zettabytes de datos para finales de 2025, las amenazas a estas tecnologías seguirán en aumento. La adopción de la nube híbrida no es solo una cuestión de flexibilidad, sino también de seguridad y rendimiento. Harmony SASE y la suite Harmony for Workspace ofrecen a las compañías de todos los tamaños la protección necesaria para sus espacios de trabajo, abarcando desde SASE y protección SaaS hasta la seguridad de correo electrónico, terminales, dispositivos móviles y navegadores. Este es un viaje que requiere un enfoque proactivo en seguridad, automatización y una sólida cultura de ciberseguridad en toda la organización.