Nubes y claros: evitando la tormenta de ciberataques
Mario García, director general de Check Point Software para España y Portugal
23/10/2023La creciente escalada de los procesos de transformación digital y el traslado de las operaciones de las empresas al entorno cloud han acelerado el proceso de la digitalización de las empresas. Lo que hasta hace poco llevaba semanas, ahora se realiza en apenas unos minutos, con unos cambios y modificaciones reconvertidos en actividades continuas e ininterrumpidas.
Sin embargo, la rápida adopción de estas tecnologías también ha supuesto un cambio de paradigma para la ciberseguridad, que se ha visto forzada a adaptarse al nuevo dinamismo que requiere el entorno digital actual y del futuro. Y es que los ciberdelincuentes continúan evolucionando hacia una mayor sofisticación y número de ataques, haciendo evidente que no podemos “quedarnos en las nubes”, y que el momento de actuación debe ser ahora.
Nuestro estudio Mid-Year Report 2023 muestra un aumento de los ciberataques globales del 8% durante la primera mitad de 2023, destacando a su vez los datos de Check Point Research publicados a comienzos de año, con un crecimiento interanual del 48% en los ciberataques basados en la cloud durante 2022. Una situación que cobra especial importancia al contrastar que el 98% de las empresas en globales utilizan servicios basados en la nube.
Las grandes nubes de datos
Una de las grandes cualidades de la informática en los entornos cloud es la capacidad de recopilar la telemetría de una amplia variedad de fuentes.
La monitorización, la inteligencia y otras fuentes de datos ofrecen una gran cantidad de información. Por tanto, la extracción de datos ya no es el problema principal, sino lograr establecer una visibilidad completa, crear sinergias, finalizar la fragmentación y comprender la posición de seguridad en contexto para que pueda tomar las decisiones correctas.
Para ello, es necesario contar con una plataforma unificada que permita visualizar y evaluar una posición de seguridad, detectar configuraciones erróneas, o protegerse ante ataques y amenazas; además de ser consciente y asegurar el complimiento de unas prácticas de seguridad robustas como el análisis continuo, el despliegue de controles de seguridad Zero trust, la correcta gestión de vulnerabilidades y la detección de amenazas en tiempo real.
Es cierto que nos encontramos ante un panorama un tanto adverso, con una tendencia todavía en alza de unos ciberataques más complejos y efectivos, la cada vez mayor ausencia de profesionales no hace más que aumentar esta brecha.
Resulta imperativo que gobiernos y empresas reconozcan la importancia de la ciberseguridad, fomentando la educación, recursos e inversión en su fortalecimiento. Para poder disfrutar plenamente de los beneficios de la revolución digital no podemos permitirnos dejar la ciberseguridad en segundo plano.