Tecnología con juicio humano
Juan García, cofundador de TUIO
12/09/2022La tecnología ha irrumpido, hace ya mucho tiempo, de un modo feroz en nuestras vidas. Tanto es así que ya casi ningún sector, por no hablar de la totalidad, ve posible el desarrollo de su actividad sin, al menos, una pequeña dosis de componente digital. Hasta lo que menos pensamos tiene ese pequeño toque tecnológico que ayuda, a menudo, a hacer cualquier proceso más eficiente.
Y esto pasa hasta tal punto que se habla ya del poder devastador de las máquinas, capaces, o eso suponen algunos, de terminar con la mano de obra humana. Pero, nada más lejos de la realidad: la tecnología y, más en concreto, la inteligencia artificial tiene una capacidad analítica nunca antes imaginable, pero jamás superará el alcance del cerebro que le dio vida, que no es otro que el humano. Por ello, pensar que la tecnología sustituirá algún día al hombre es tirarse al mar sin salvavidas, pues siempre necesitará de nosotros no solo para ser creada, sino para evolucionar y que su trabajo tenga sentido.
Juan García, cofundador de TUIO.
Por ello, son muchas las compañías que pueden ya presumir del uso de los datos y de la inteligencia artificial, también las aseguradoras, una industria en la que los beneficios de su utilización son cada vez más reconocidos y la tecnología que hay detrás se ha convertido en un área de importancia estratégica para la Unión Europea, siendo hoy uno de sus principales motores de desarrollo económico. Pero tal y como señala la Comisión Europea, hoy más que nunca es necesario que la IA se asiente en los valores y derechos fundamentales europeos, como son la dignidad humana y la protección de la privacidad. Además, este mismo órgano establece que la IA “fiable” debe cumplir siete requisitos clave que son acción y supervisión humana, solidez técnica y seguridad, gestión de la privacidad y los datos, transparencia, diversidad, no discriminación y equidad, bienestar social y ambiental y responsabilidad proactiva.
No en vano, según UNESPA, Asociación Empresarial del Seguro, son siete los principios del uso ético de la Inteligencia Artificial en el sector asegurador. Estos son: trato justo, proporcionalidad, responsabilidad proactiva, seguridad, transparencia, formación y evaluación, y revisión.
Y es que, en el caso de las neoaseguradoras, la tecnología puede desarrollar un gran papel, por ejemplo, ayudando a gestionar la ingente cantidad de datos derivados de todas sus pólizas, pero el componente de personalización y cercanía nunca puede caer en el olvido. Pues no cabe duda de que cada cliente se traduce en millones de puntos de datos que alimentan la inteligencia artificial de una compañía a una velocidad cada vez mayor, lo que permite establecer estadísticas y patrones en muchos casos. Sin embargo, no hay que perder de vista que muchos datos no son legibles por máquinas y es aquí donde la mano humana tiene mucho que aportar. Un apoyo sin el que la tecnología tiene, todavía, muchas lagunas.
Hasta ahora, todavía la tecnología no ha logrado tratar a una persona como lo hace otro igual. Por ello, es importante que mucho trabajo de una insurtech se siga haciendo por personas, como es el caso de tratar con un usuario cuando ha sufrido un desastre en su hogar. Por ello, la dirección en la que debemos ir encaminados es hacia una apuesta por la tecnología encaminada a mejorar el trabajo que ya hacemos las personas, siendo siempre el empleado el que haga un buen uso de ella para sacar el máximo provecho.