Cómo las empresas se han adaptado a la digitalización y al teletrabajo
A pesar de las consecuencias negativas que nos ha traído la pandemia de la COVID-19, muchas empresas han aprovechado la situación para dar un impulso decidido a la digitalización y al teletrabajo. Y en ese reto, algunas áreas han experimentado cambios especialmente profundos. A continuación, analizamos cinco.
Migración a la Nube
El traslado de recursos desde la red local de la empresa a un servidor remoto ha acaparado grandes esfuerzos por parte de la mayoría de las compañías que no tenían implantado este sistema. Volcar los datos a la Nube de forma segura ha sido clave para que los empleados pudieran desarrollar con plena productividad sus funciones desde casa o desde terceras ubicaciones.
Software y equipos para montar la oficina en casa
Las empresas que fomentan el teletrabajo deben asegurarse de que sus empleados disponen de los medios técnicos adecuados para realizar sus tareas fuera de la oficina. Por tanto, han tenido que supervisar que los equipos fueran los adecuados a nivel de hardware o, en su defecto, proporcionarlos a sus trabajadores: portátiles, ordenadores de sobremesa, etc. También han tenido que garantizar la correcta instalación de los programas habituales en el día a día de la compañía. Y además, se han visto obligados a facilitar nuevos programas destinados a la comunicación efectiva entre empleados y al control de su jornada, como Microsoft Teams, Google Meet o Hubstaff.
En busca del equilibrio perfecto
Cada empresa es un mundo y por ello, cada una ha encontrado el mejor equilibrio posible entre teletrabajo y productividad. Algunas han decidido volver al trabajo presencial al 100%, con ciertas flexibilizaciones horarias. Otras siguen apostando por el trabajo preferiblemente en remoto. Otras han decidido dar a elegir a los empleados, haciéndolo voluntario. Y otras han optado por una fórmula mixta, con dos o tres días de teletrabajo, de manera rotativa entre los miembros de la plantilla. Todas ellas son medidas ‘colaterales’ a la digitalización, que toda empresa debe abordar en estos tiempos.
La sede: ¿mantenerse o mudarse?
Del mencionado equilibrio entre trabajo presencial y remoto depende también otra importante decisión: ¿mantener la sede en su sede habitual o mudarse a otra sede más pequeña? Las empresas que apuestan por el teletrabajo o por la fórmula mixta de manera permanente ya no necesitarán tanto espacio físico en sus oficinas, de modo que una mudanza bien plantada ahorrará costes a las arcas de la compañía.
La formación, también a distancia
Por último, otra de las áreas que se ha visto condicionada por la digitalización y el teletrabajo es la formación. En la actualidad, sea cual sea el modelo elegido (presencial o remoto), se está imponiendo la modalidad a distancia. Y no solo por ser mejor en la prevención de contagios, sino también por las ventajas que ello conlleva, principalmente la flexibilidad horaria sin sacrificar la calidad. Esto es especialmente evidente en las clases de inglés de negocios, pues ahora es posible elegir un tutor nativo que se ubique en cualquier parte del mundo. Pero también ocurre con cualquier otra materia como contabilidad, finanzas o informática. La mejora de la calidad de las videollamadas y el software cada vez más sofisticado para impartir lecciones están detrás del éxito de esta modalidad.