Tecnologías al servicio sanitario
Por un lado, la pandemia del COVID-19, además de sus innegables efectos económicos y sociales, también ha calado en la cultura corporativa y en la filosofía de trabajo de las compañías. Durante estos meses, las compañías han adoptado nuevos modelos de trabajo, procesos de transformación y evolución digital para poder responder a una realidad que llegó sin avisar y todo ello ha sido posible gracias al empleo de las nuevas tecnologías, que se han convertido en una herramienta imprescindible para manejarnos en el nuevo mundo al que nos ha llevado la repentina expansión de un virus con alta tasa de contagio.
Más allá del teletrabajo, la tecnología, con herramientas como la analítica de datos o la inteligencia artificial como bandera, está siendo clave para la lucha contra la expansión de la enfermedad COVID-19. Un reciente informe del Parlamento Europeo muestra algunas de las tecnologías que están experimentando mayor crecimiento durante la crisis del coronavirus por su capacidad y aplicación para ayudar a combatir la enfermedad.
A medida que se ha ido propagando la pandemia del coronavirus, han ido creciendo las iniciativas tecnológicas en un intento por controlar la situación, tratar a los pacientes de manera eficaz y facilitar los esfuerzos de los trabajadores de la salud, al tiempo que se busca el desarrollo de una vacuna eficiente. En el análisis del Parlamento Europeo se examina en detalle cómo diferentes tecnologías están ayudando a la lucha contra la enfermedad pandémica mediante aplicaciones innovadoras. También se hace hincapié en los principales desafíos legales y reglamentarios, pero también en los dilemas sociales clave que plantean los diversos usos de estas tecnologías cuando se aplican en un escenario de emergencia de salud pública como el actual. Este examen del horizonte tecnológico en el contexto de la COVID-19 indica que la tecnología por sí misma no puede sustituir o compensar otras medidas de política pública, pero que tiene una función cada vez más decisiva que desempeñar en las situaciones de emergencia.
Según el estudio, el COVID-19, como la primera gran epidemia de nuestro siglo, representa una oportunidad excelente para los reguladores y actores políticos para reflexionar sobre la viabilidad legal, la solidez ética y la efectividad del despliegue de tecnologías emergentes en momentos de presión. Entre ellas destacan los drones y robots, la impresión 3D, la inteligencia artificial y las tecnologías de código abierto.
Apoyo a la toma de decisiones
En un momento en que todo el mundo necesita manejar más y mejor información, desde los epidemiólogos, las autoridades, las organizaciones internacionales a las personas en cuarentena o que mantienen un distanciamiento social, se han producido un desarrollo sin precedentes de tecnologías de información y vigilancia para recopilar datos y pruebas fiables que sirvan de apoyo a la adopción de decisiones en materia de salud pública. En este sentido, se han desplegado aplicaciones de inteligencia artificial para rastrear la epidemia en tiempo real, a fin de poder predecir dónde podría aparecer el virus a continuación y desarrollar una respuesta eficaz, robots y aviones teledirigidos para ayudar a rastrear la enfermedad y hacer cumplir las medidas restrictivas; mientras que los científicos están aplicando la edición de genes, la biología sintética y las nanotecnologías en un intento de preparar y probar futuras vacunas, tratamientos y diagnósticos.
Por su lado, las aplicaciones de cadenas de bloques, Blockchain, pueden rastrear el contagio, gestionar los pagos de los seguros y mantener las cadenas de suministro médico. Además, la impresión en 3D y las tecnologías de código abierto (las instituciones de salud pública y las universidades de todo el mundo han compartido públicamente más de 183 secuencias de variantes del SARS-CoV-2 en un importante esfuerzo por desarrollar una vacuna eficaz) parecen capaces de sostener el esfuerzo de los gobiernos y hospitales de todo el mundo para satisfacer la creciente necesidad de equipos médicos (por ejemplo, mascarillas, ventiladores y filtros respiratorios) y optimizar su suministro. Al mismo tiempo, las tecnologías de telesalud ofrecen un medio eficaz en función de los costos para frenar la propagación del virus, manteniendo en casa a las personas con síntomas moderados y derivando los casos más graves a los hospitales.
Blockchain, ayuda a la detección temprana
La naturaleza altamente infecciosa del COVID-19 conlleva la necesidad apremiante de encontrar soluciones apropiadas, desde acelerar la detección de portadores de virus y detener la propagación del virus hasta el desarrollo de una vacuna. La tecnología de cadenas de bloques ha surgido como una tecnología clave en el ámbito crítico de la gestión de epidemias. Blockchain es la herramienta básica para crear modelos de negocio transparentes y eficientes en el sector del cuidado de la salud, basados en mayores niveles de seguridad y fiabilidad, gracias a sus características como registro público inmutable.
Aunque no va a evitar que surjan nuevos virus, se puede crear la primera línea de protección rápida mediante una red de dispositivos conectados con el cometido principal de permanecer alerta frente a nuevos brotes. Así, el uso de plataformas Blockchain puede ayudar a prevenir estas pandemias facilitando la detección temprana de nuevos estallidos, acelerar el desarrollo de medicamentos y ayudar a mejorar la gestión de los brotes y su tratamiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está trabajando con Blockchain y otras empresas tecnológicas en MiPasa, un programa de transmisión de datos sobre la pandemia del COVID.