La COVID-19 digitaliza a la pequeña empresa familiar
Las crisis son sinónimo de oportunidades y la actual pandemia por la COVID-19 ha provocado que la Red de Redes se convierta en la tabla de supervivencia para miles de empresas familiares, la inmensa mayoría de ellas pequeños comercios. En los últimos meses, la búsqueda por Internet de restaurantes con servicio de comida a domicilio, ópticas con agenda de cita previa o fruterías abiertas cerca de casa, ha sido una práctica habitual.
Nacida en Marbella (Málaga), Mercedes Barrachina es ingeniera en telecomunicaciones y CEO de Offerfy, una plataforma digital que busca acercar el pequeño comercio a los clientes ofreciéndoles ofertas. En opinión de esta emprendedora “el uso de las nuevas tecnologías por el pequeño comercio continúa siendo una barrera, aún por superar. Muchos de estos negocios, una inmensa mayoría familiares, ni siquiera tienen página web. Tampoco están en redes sociales y ni siquiera han pensado en abrir algún tipo de comunicación directa digital con sus potenciales clientes”.
Para la fundadora de Offerfy, para que una empresa pueda convertir en dinero su presencia en Internet, “a las pequeñas empresas, cada día les es más difícil llegar a sus clientes a través de los canales tradicionales. Por esta razón, para sacar partido al dinero, trabajo y tiempo, las empresas familiares y autónomos deben invertir en Internet, buscando canales que les permitan gestionar la información que quieren hacer llegar a sus potenciales compradores. Hablo de horarios de atención al público o servicios que se ofrecen”.
Según el Instituto de Empresa Familiar, en España existen 1,1 millón de empresas familiares que representa un 80% del total. Son, la mayoría de ellos, negocios con una personalidad propia y estilos y métodos distintos. Teniendo en cuenta los retos, necesidades y, también, oportunidades de la era digital, los empresarios reconocen la importancia de digitalizarse, pero algunos expertos subrayan la falta determinación para hacerlo.
Por ahora, tan sólo un 35% de los directivos de las empresas familiares han desarrollado una estrategia digital clara para sus negocios familiares. Fernando Vázquez es actual socio responsable de Deloitte, quien afirma que “aún son demasiadas las empresas familiares que, en España, deben adaptarse al ecosistema digital. No haberlo hecho antes les impide aprovechar las numerosas ventajas derivadas de la innovación. Sin duda, la adaptación de los negocios a las nuevas tecnologías es uno de los principales retos a afrontar”.
¿Mi empresa necesita tener una página web? ¿Puede mi producto o servicio venderse a través de Internet? ¿Necesito estar en redes sociales para incrementar mis ventas? Iván Manzano, experto en ayudar a pequeñas empresas en su proceso de digitalización, ha escuchado muchas veces este tipo de preguntas a directivos que se están planteando digitalizar sus negocios. Sin embargo, para Manzano, en casos así, lo correcto sería “valorar qué objetivos se persiguen a través de la digitalización; diagnosticar qué procesos internos se pueden automatizar; implicar a los trabajadores, ofreciéndoles responsabilidades vinculadas al proceso de digitalización; diseñar un plan de acción, con un presupuesto definido, que permita afrontar este proceso sin sorpresas financieras y de acuerdo con las necesidades temporales; y, por último, medir e interpretar los resultados del proceso”.
Mercedes Barrachina lo tiene claro “una estrategia digital adecuada permite al pequeño comercio la personalización, el conocimiento del cliente y la interacción con el mismo, además de la atención directa y la interpretación de sus necesidades. En la actualidad, el resultado es digitalizar o echar el cierre del negocio familiar”, concluye.