Opinión: "Importancia de la visibilidad de datos para la toma de decisiones"
Óscar Hernández, director general de Lantares
Hacer un uso eficaz de la información, con la vista puesta en el incremento de la rentabilidad, la productividad y la competitividad del negocio, es hoy un objetivo básico de cualquier desarrollo o proyecto tecnológico.
No obstante, a pesar de las grandes inversiones realizadas por muchas empresas y, sobre todo, a pesar de tener los datos al alcance de la mano, muchas veces las decisiones que se toman en el seno de las organizaciones son totalmente equivocadas y producen los resultados contrarios a lo esperado ¿A qué se debe esta ineficaz toma de decisiones? ¿La culpa es de los datos o de la falta de visibilidad sobre los mismos?
La toma de decisiones es un proceso que implica normalmente a varias personas y que sigue tres pasos fundamentales: identificar las estrategias que nos permitirán llegar hasta nuestro objetivo; evaluar los puntos fuertes y débiles de cada escenario; y, finalmente, decidirnos por una u otra estrategia. Los datos alimentan nuestras decisiones, para bien y para mal. No se trata de acumular datos sin valor sino de crear un nuevo valor para los datos existentes. Esto supone, por un lado, crear una única visión de acceso a los contenidos y datos de la empresa y, por otro, simplificar el reporte con acceso a múltiples fuentes de datos. La mayor preocupación del CIO debe ser hoy facilitar el acceso en tiempo real a los datos, además de permitir la utilización de los datos existentes para adaptar la información a cada propósito específico. Las buenas decisiones proceden de datos relevantes, no de todos los datos disponibles.
En cuanto a la continua alineación de las relaciones entre TI y negocio, la estrategia del CIO debe aspirar a alcanzar la monitorización del negocio en tiempo real, para detectar y responder a situaciones cuando se están produciendo, antes de que nos enfrentemos a un problema. Con la proliferación de aplicaciones y sistemas que se ha producido en estos últimos años, muchas veces la información relevante está desperdigada y resulta prácticamente imposible de encontrar, especialmente cuando la empresa necesita operar en tiempo real. Si la información no llega a quien debe tomar la decisión, de nada servirá almacenar compulsivamente los datos. Por otro lado, tan nocivo es utilizar datos incorrectos como perderse en una montaña de datos que induzcan a la confusión. La monitorización de la actividad empresarial deberá abarcar todos los niveles de detalle. Si alguna de las áreas monitorizadas presenta un rendimiento menor al esperado, se pondrán en marcha las acciones correctoras oportunas. Si supera nuestras expectativas, se podrán trasladar las buenas prácticas al resto de la organización. Todo ello, sin olvidar los procesos de planificación, presupuestación y consolidación, claves para alcanzar los objetivos establecidos.
Las nuevas soluciones de Business Intelligence y las estrategias globales para la gestión del rendimiento contribuirán así a incrementar la visibilidad sobre los datos, condición indispensable para una toma de decisiones eficaz. Los datos, en definitiva, permiten identificar tendencias, realizar predicciones y mejorar el rendimiento. Adoptar una estrategia de gestión global del rendimiento, basada en una gestión inteligente de la información, nos conducirá a los mejores resultados de negocio posibles. Trabajando con una única versión de la realidad, la empresa podrá identificar y solucionar los problemas potenciales antes de que se conviertan en problemas reales. Estará así evitando las decisiones erróneas y los objetivos mal planteados.