Fortalezas y debilidades de la fundición en España
Entre Las principales ventajas del sector de fundición es preciso destacar el perfil de la dimensión y el tamaño adecuado de empresa, que se enmarca en un sector dinámico y en continua evolución. Este proceso nos ha conducido, en poco más de diez años, de ser un sector primario a convertirnos en un sector de alta tecnología con proyección y reconocimiento internacional.
El esfuerzo acometido por las empresas ha llevado a tener una clara penetración en los mercados internacionales y más exigentes, a los que a día de hoy se exporta más del 50 por ciento, así como a incorporar progresivamente las nuevas tecnologías en los procesos, a través de una formación continua y permanente.
El sector ha incorporado el uso de metodologías de gestión de calidad y gestión por procesos. Aquí podemos citar herramientas como 5S o Six Sigma, que han permitido la mejora de las empresas en cada uno de los aspectos que recoge el modelo europeo EFQM de Excelencia.
Otro de los puntos fuertes del sector en el que nos encontramos es el potencial humano, bien preparado, desarrollado y capacitado para utilizar las nuevas tecnologías. A esto es preciso añadir una inversión gradual y creciente en la adecuación de nuestras instalaciones con respecto a las normativas medioambientales europeas, incluso a una velocidad muy superior a la de otros países más industrializados, como es el caso de Francia o Alemania.
Esta política está refrendada por el reconocimiento oficial de nuestro desarrollo como empresas de última generación con la concesión a fundiciones de premios a la Calidad Industrial, premios europeos EFQM de Excelencia Empresarial, premios a la Innovación Tecnológica, premios europeos de Medio Ambiente y premios a la prevención de Riesgos Laborales. Y en efecto, vemos que las empresas mantienen una evolución progresiva en la implantación y certificación de los sistemas de calidad ISO 9000, referenciales de automoción, seguridad OHSAS 18000 y medio ambiente ISO 14000.
De esta manera, destaca el número de certificaciones de calidad obtenidos por las empresas, con el 95 por ciento del total de éstas en poder de registros de empresa ISO 9000, así como un 26 por ciento que detentan referenciales de automoción y un porcentaje similar con la obtención de la certificación de medio ambiente ISO 14000. Por su parte, hasta el momento, sólo un 3 por ciento ha obtenido la certificación OHSAS 18000, de más reciente implantación.
Debilidades
En cuanto a las debilidades que afectan al sector, hay una serie de aspectos que representan un riesgo. El primer punto es la deslocalización y traslado de industrias a otros países que ofrecen más oportunidades, debido a la mayor permisividad medioambiental y de seguridad y salud laboral. Esto, unido a un menor coste de mano de obra en países del Este, propicia que los clientes de la fundación, fundamentalmente la industria auxiliar de automoción, piense en implantar allí nuevas industrias en busca de rentabilidad, cuando todavía no se ha generado demanda interna en estos países. En este contexto, la ampliación de la UE va a favorecer esta actividad al tiempo que va a generar una nueva situación de competitividad en el mercado europeo.
La dificultad en la obtención de mano de obra para este sector, poco demandado en el mundo laboral por los cambios de mentalidad, es otra de las desventajas a la que nos enfrentamos.
Por otra parte, la adecuación a la legislación medioambiental nos sitúa ante la transposición de la legislación europea, cada vez más estricta, con la aplicación de IPPC y restricciones de residuos y vertederos. Esta situación genera fuertes ciclos de inversión en las fundiciones y planes de amortización acelerada y crea problemas de competitividad en el sector, por el grado de exigencia tan elevado en comparación con nuestros principales competidores.
También es preciso tener en cuenta, en esta área la presión medioambiental de las distintas administraciones (sanidad, medio ambiente, etc.) acompañada en muchas comunidades con el establecimiento de unas mayores exigencias hacia las empresas,.
Las importaciones de terceros países es uno de los retos que debe acometer el sector. Las empresas ya se están encontrando con dificultades para competir en el mercado europeo por la llegada de ofertas de estos países, principalmente de China, que irrumpen en sus mercados con piezas cada vez de mejor calidad y con un precio un 30% inferior al suyo. Estos competidores no están sometidos a los mismos costes que el resto de empresas europeas, al no cumplir con el medio ambiente, la seguridad laboral y otras normativas en las mismas condiciones en que lo hacen el sector de fundición español y europeo.
Otra debilidad es el mercado de materias primas. Los países asiáticos han pasado de ser exportadores de materia prima a ser importadores, debido a las cuotas de crecimiento de su PIB superior al 10% anual. Este hecho ha provocado escasez de coke y de chatarras férricas en el mercado europeo.
En este mismo terreno, cada vez se produce una mayor utilización en las acerías de chatarras de mayor calidad para cumplir con los requisitos de sus certificaciones de calidad y se produce un incremento de inversiones en hornos eléctricos que necesitan las mismas materias primas que los fundidores. Como consecuencia, se ha provocado una subida de costes de las materias primas, del 60% que va directamente al precio de la pieza fundida.
Esta situación presenta una dificultad de repercusión de los costes reales al cliente, ya que en general los clientes del sector fundidor son grandes empresas que marcan las reglas del juego y dificultan cualquier acción comercial de incrementos de costes en un mercado de gran competencia, creando situaciones de difícil solución.
Así, por ejemplo, la industria de automoción a la que la fundición destina el 60 por ciento de su producción, no permite repercutir al precio final de la pieza fundida el incremento de los precios de chatarra que el propio sector de automoción vende al fundidor a través de subastas.
Otra de las batallas es la dificultad de disponibilidad de suelo industrial para crear nuevas fundiciones. En la política de creación de polígonos industriales no cabe una fundición por sus características de espacio y de infraestructura necesitadas de luz, agua, gas. Tampoco los ayuntamientos facilitan la creación de industrias de fundición dada la imagen que se fomenta de “industria primaria a desaparecer y poco ecológica”.
