Un viaje —solo de ida— hacia la sostenibilidad y la conexión

La movilidad sostenible se está convirtiendo en una prioridad cada vez más relevante tanto en contextos urbanos como rurales, impulsada por el aumento de la urbanización y la conciencia ambiental. Las ciudades españolas están adoptando medidas para promover medios de transporte más ecológicos y eficientes, tales como la expansión de la red de transporte público, la implementación de carriles bici y zonas peatonales, y la introducción de vehículos eléctricos y opciones de movilidad compartida. Estos esfuerzos buscan reducir la dependencia del automóvil y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, repensando el uso de espacios e infraestructuras para adaptarlos a nuevas prioridades sostenibles. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer en términos de infraestructura y concienciación pública para alcanzar objetivos más ambiciosos, especialmente considerando la contaminación en áreas urbanas, evidenciada en los mapas europeos de calidad del aire. La sostenibilidad está cada día más presente en nuestra vida diaria, enfocándose en la innovación tecnológica y las energías renovables, pero, sobre todo, en promover un cambio de mentalidad en la ciudadanía para reducir la huella medioambiental generada en sus desplazamientos cotidianos.

Un ejemplo del uso de las infraestructuras para alcanzar una movilidad más sostenible es la nueva línea de autobús exprés entre Olesa de Montserrat, Terrassa y la Universitat Autònoma de Barcelona, que aprovecha la puesta en servicio de un nuevo tramo del Cuarto Cinturón barcelonés. Este servicio ha sido creado para mejorar la movilidad en transporte público entre poblaciones que, aunque cercanas, anteriormente contaban con escasas conexiones sostenibles, facilitando además el acceso a la universidad.

La movilidad compartida es otro aspecto importante en la visión del futuro del transporte. Más allá del transporte público, la movilidad compartida implica una redefinición de la propiedad y el acceso a los medios de transporte, siendo necesaria una importante labor de concienciación. Esto incluye fomentar el uso colaborativo de bicicletas, motos, patinetes e incluso coches como alternativas viables y sostenibles. En cuanto a estos últimos, existen numerosas opciones que se adaptan a las preferencias de los usuarios, desde empresas que ofrecen alquileres por horas hasta cooperativas o clubes que comparten la propiedad de una flota de coches eléctricos, como es el caso de la cooperativa Ecotxe en las Islas Baleares. Esta cooperativa nació en Palma de Mallorca, pero en los últimos años ha expandido su presencia llegando a Esporles, un área rural de la Serra de Tramuntana, ampliando el alcance de este tipo de soluciones a otros ámbitos distintos del urbano. Para garantizar el éxito de este tipo de soluciones, es necesario fomentar la inversión y la innovación en estaciones de carga para vehículos eléctricos, así como en sistemas de 'sharing' que estén al alcance de toda la ciudanía.

Reconocer la importancia de la movilidad conectada en la creación de ecosistemas de transporte más eficientes y accesibles para todos es crucial. El concepto de Mobility as a Service (MaaS) representa un paso adelante en la integración de diferentes modos de transporte en una sola plataforma, facilitando a los usuarios la planificación y el pago de sus viajes de manera más cómoda. Para asegurar el correcto funcionamiento de la movilidad conectada es necesaria una estrecha colaboración público-privada entre autoridades locales, empresas de transporte y desarrolladores de tecnología, asegurando que los datos se comparten de manera segura y eficiente.

Asimismo, el transporte a la demanda (TAD) ofrece una solución flexible y personalizada para satisfacer las necesidades de movilidad de las comunidades, reduciendo la dependencia del transporte privado y optimizando el uso de los vehículos. Actualmente, esta tendencia está cobrando impulso en Europa, especialmente en ciudades medianas y pequeñas y en zonas de baja densidad. Este modelo se diferencia de los taxis en que tiene rutas y horarios preestablecidos, y tarifas reguladas conocidas de antemano por parte del usuario.

Tras el Pacto Verde Europeo firmado en 2021, el destino final de nuestro viaje debe ser el de la neutralidad climática en el 2050. Se trata de un camino que no admite billete de vuelta y que debe ser compartido por todos y todas, sin dejar a nadie atrás. Es fundamental comprender que la movilidad sostenible, compartida y conectada no es solo el futuro, sino que también es el presente. A través de la adopción de prácticas de movilidad más responsables y la colaboración entre el sector público y privado, podemos crear territorios más habitables, limpios y conectados para las generaciones venideras.