Entrevista a Pilar Vázquez, directora general de la Fundación Ecolum
En esta entrevista la directora general de la Fundación Ecolum, Pilar Vázquez, llama la atención sobre los cambios que está generando el actual marco normativo relacionado con la gestión de residuos y de envases. La entrada en vigor de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, así como la aprobación del Real Decreto 1055/2022, de 27 de diciembre, de envases y residuos de envases, han “cambiado la situación para las empresas”.
Respecto al real decreto, Vázquez apunta en conversación telefónica que la obligación de gestionar de forma adecuada, además de los envases domésticos, los comerciales e industriales —así como el corto periodo de adaptación que han tenido las empresas para adaptarse a las obligaciones contenidas en él—, han generado muchas dudas en el tejido empresarial nacional. Dudas que, en el caso de Ecolum, han sido resueltas con celeridad, puesto que el principal papel que desarrolla la fundación es la de asesorar y ofrecer los servicios que requieran las empresas adheridas.
Proliferación de SCRAPs
Una de las consecuencias del RD 1055/2022 ha sido la proliferación de sistemas de responsabilidad ampliada de los productores (SCRAPs) especializados en la gestión de los residuos de envases comerciales e industriales. Si bien Ecolum sopesó la posibilidad de poner en marcha un SCRAP propio que gestionara los residuos de envases, el abanico de iniciativas que se han anunciado ha hecho que la fundación esté informándose sobre los servicios y prestaciones de cada uno de ellos que se pondrán en marcha para alcanzar un acuerdo al que se puedan unir todas las empresas adheridas a Ecolum.
Así, el equipo que lidera Vázquez está evaluando “cuál es el SCRAP que nos ofrece más garantías y las mejores condiciones para firmar un convenio”. Una vez tomada esta decisión, Ecolum será la encargada de trasladar las declaraciones de las empresas que forman parte de la fundación. Ejercer ese papel de interlocutor único facilitará el cumplimiento del RD 1055/2022 a los integrantes de Ecolum, destaca Vázquez, quien explica que “esto ya lo venimos haciendo con otros tipos de productos, como por ejemplo con los residuos de pilas y baterías”, un servicio que es muy valorado por las empresas adheridas a la fundación, “puesto que para ellas es muy cómodo, ya que solo tienen que darnos los datos y nosotros nos encargamos del resto de gestiones”.
No obstante, la Fundación Ecolum lo que ha hecho ha sido “crear una sociedad limitada sin ánimo de lucro para poder asesorar a las empresas adheridas prestándoles servicios de consultoría a través de la cual serán informadas de todos los cambios que se puedan producir en este terreno, tanto de los más recientes como de los que prevemos que sucederán”. El cometido de las empresas adheridas a Ecolum es fabricar productos de iluminación y en ocasiones, apunta Vázquez, “no cuentan con especialistas en asuntos medioambientales y toda esta legislación les ha caído como un aluvión. Nosotros, como Fundación Ecolum, si pusiéramos en marcha un SCRAP tendríamos unas funciones limitadas en las acciones que podemos desarrollar. Y el objetivo de esta nueva sociedad es ayudar a los fabricantes y asesorarles en todas las cuestiones medioambientales que afecten a su actividad”.
La mayor concienciación medioambiental de la sociedad, el creciente cuerpo legislativo que regula la gestión de los residuos y el deseo de la Unión Europea de avanzar en la consecución de la economía circular están generando nuevas oportunidades de negocio e incrementando la actividad de sectores que resultan básicos para lograr una mejor gestión de los residuos, como puede ser el caso de los transportistas especializados en el traslado de residuos desde los lugares en los que se acumulan hasta los centros en los que se gestionan. “Para nosotros”, afirma Vázquez, “hay dos puntos que consideramos básicos. Uno de ellos es la logística y el otro lo representan las plantas de reciclaje”. En este punto la directora general de la Fundación Ecolum considera “evidente que afrontar la gestión de residuos de todo tipo desde un punto de vista de eficiencia medioambiental genera también beneficios económicos”.
“Trabajamos con muchos operadores logísticos y con muchas plantas de reciclaje, de las que cada vez hay más y, además, las que funcionan lo hacen cada vez con más seriedad. Aunque colectivos como Ecolum no tenemos ánimo de lucro, el mercado en el que operamos debe originar beneficios económicos para mantener su actividad. En nuestro caso, realizamos una selección tanto de los operadores logísticos como de los gestores que nos ofrecen mayores garantías. En el caso de las instalaciones, antes de iniciar la colaboración con alguna planta la visitamos y comprobamos cómo trabaja”, explica al otro lado de la línea telefónica Vázquez.
Un iceberg de I+D
En este punto, la directora general de la Fundación Ecolum reconoce con humildad que “para mí, que no llevo tanto tiempo en el sector de los residuos, ha sido muy sorprendente ver todo el I+D que se aplica para encontrar formas más eficientes de recuperar cada vez más residuos. De hecho, como sabes, nosotros pusimos en marcha un proyecto para medir el índice de reciclabilidad de componentes utilizados en la fabricación de nuevas luminarias. Con esta iniciativa buscamos facilitar a los fabricantes el ecodiseño de sus productos al utilizar materiales que se recuperen con mayor facilidad y también que los componentes sean más fácilmente desmontables, lo que incrementa la vida útil del equipo de iluminación. En cuanto los gestores de residuos, de esta forma pueden adaptar sus instalaciones a los materiales que en unos años llegarán a sus plantas”.
Un área en la que está empezando a trabajar la Fundación Ecolum es en la medición de la huella de carbono que se genera en la correcta gestión de los residuos de productos de iluminación. “Nosotros ya estamos trabajando en ello. De hecho, es una meta que hemos fijado para el próximo año. Dentro de nuestros proyectos se encuentra el análisis de la huella de carbono que se genera en todo el proceso de reciclaje: desde que la luminaria se desmonta hasta que concluye el proceso de reciclaje”.
Otro de los beneficios que propicia esta mayor información es incrementar la transparencia del sector.
En efecto. Además, medir la huella de carbono nos permitirá colaborar de forma más estrecha con los proveedores logísticos. También podremos comparar unos resultados con otros. Al trabajar con una gran variedad de transportistas, en el momento que unos valores se salgan de forma muy llamativa de la media nos permitirá detectar desvíos. Otra consecuencia es que trabajar en este terreno facilitará que las empresas que destaquen en este terreno sean las elegidas.
La medición de la huella de carbono puede penalizar a los fabricantes y distribuidores de luminarias que tengan sus instalaciones y clientes en zonas con baja densidad de población en las que los desplazamientos son mayores.
Éste es otro tema sobre el que también trabajamos. Vamos a diseñar un plan logístico para, entre otros beneficios, facilitar al máximo las recogidas. Buscamos los recorridos más cortos. Otra medida que resulta beneficiosa es el establecimiento de puntos intermedios en los que se almacenan residuos. Dependiendo de si son peligrosos o no se debe establecer unos tiempos máximos de almacenamiento. La labor que cumplen estos puntos de almacenamiento es acumular una cantidad de residuos que permita la utilización de camiones de mayor tamaño con los que se reducen las emisiones de CO2 por tonelada transportada.
¿Qué te aporta a nivel personal desarrollar tu actividad como directora general de Eoclum en un momento normativo, tecnológico y social como el que atraviesa en la actualidad el sector de las luminarias?
Llevo poco tiempo ejerciendo esta labor y aunque yo estuve muchos años trabajando en una empresa fabricante de luminarias, no conocía todo lo que implica la correcta gestión de los residuos que genera esta industria. Y ésta es una actividad que me ha sorprendido muy agradablemente. Para mí, tal y como te decía antes, visitar instalaciones de reciclaje ha sido muy enriquecedor, porque he visto que una planta no tenía nada que ver con la idea que tenía yo inicialmente.
Soy una persona muy inquieta y la verdad es que estar en un sector en el que hay tanto movimiento, en el que hay tantos cambios y, además, éste es un sector en crecimiento y que seguirá ganado peso con el paso de los años. Y esto es una enorme suerte.
Eso sí, es una actividad exigente porque tienes que estar aprendiendo todos los días. Hay cambios continuos y mucho camino aún por recorrer. Otra cosa que resulta muy estimulante es impulsar nuevos proyectos, ver cómo nacen y van cogiendo forma hasta que se ponen en marcha y generan mejoras en el sector. Vivir esto es un lujo.
Es cierto que la visibilidad que están logrando vuestras iniciativas hace que generen una mejor acogida entre los integrantes de Fundación Ecolum.
Sí, además, para nosotros también es muy importante involucrar al usuario final. Porque es cierto que gran parte de los residuos que se generan provienen de obras de remodelación, pero hay un volumen de residuos muy importante que proviene del ámbito doméstico. Y aunque cuando hablamos con los amigos todos somos muy ecológicos, luego en casa hay momentos en los que se hace la vista gorda.
Para nosotros todo lo que sea difundir nuestra labor, informar a los particulares, explicarles los beneficios que se obtienen al separar los residuos en origen, explicarle los problemas de no hacerlo y que calen hasta el último usuario es fundamental, ya no sólo porque sea nuestro trabajo y nuestra misión, sino porque estamos convencidos de lo que hacemos.
"Es evidente que afrontar la gestión de residuos desde un punto de vista de eficiencia medioambiental genera también beneficios económicos”, señala Vázquez