UN DRON PARA INSPECCIONAR EL SUBSUELO
Sin embargo, aquellos colectores donde su tamaño permite la entrada de personas, no pueden ser inspeccionados de la misma manera puesto que su tamaño lleva aparejado un mayor caudal de
agua residual y una mayor velocidad de la misma, lo que hace inviable el funcionamiento de dicho robot. Por esta razón, estos colectores son recorridos habitualmente por el personal de inspección y mantenimiento que caminan, cuando es posible, por el andén lateral (por el que no hay agua en tiempo seco, pero que se inunda en tiempo de lluvia) en unas condiciones difíciles de visibilidad y de seguridad. Estos son los que se denominan “colectores visitables” y son sobre los que se va a desarrollar este proyecto.
Centrándonos en el caso de Madrid, Canal de Isabel II gestiona más de 15.000 kilómetros de colectores en la red de saneamiento de la Comunidad de Madrid, de los cuales, más de 2.400 kilómetros son visitables. Esta red de colectores visitables presenta una serie de características que dificultan las labores de inspección por parte del personal de Canal: los colectores más pequeños tienen una altura de 1,7 metros y su cota más baja en la red puede alcanzar una profundidad de 25 metros, a lo que hay que añadir la acumulación de sustancias que acarrean riesgo para la salud en grandes cantidades (fango, embolsamiento de gases …). Además, el ambiente es corrosivo para los instrumentos de medida e instalaciones eléctricas necesarias en el colector. El mantenimiento de este tipo de instalaciones requiere de la inspección in situ para verificar el estado de estas y decidir sobre la priorización de las actuaciones necesarias.
Desde Canal de Isabel II se está impulsando, mediante una Compra Pública Precomercial, el diseño, fabricación y posterior validación de un dron autónomo y autoguiado que realice las inspecciones, mejorando los resultados de las inspecciones actuales en diversos aspectos que pasamos a relatar a continuación:
El primero es el aumento de la seguridad del personal de inspección; y es que, hasta la fecha, la inspección de un colector visitable se realiza por una brigada de campo que visita periódicamente la red en busca de fisuras, obstrucciones u otras anomalías. Esta brigada de campo está compuesta por un total de tres personas que, durante la fase de inspección, se organizan de la siguiente manera: dos personas se adentran en el colector y realizan la inspección propiamente dicha, mientras que la tercera se queda en la superficie.
El personal de apoyo en superficie tiene un papel fundamental en la seguridad de los otros dos miembros de la brigada, que se verán expuestos a un ambiente contaminante en un espacio confinado, con riesgo de caída o resbalamiento por existencia de fangos, lo que puede provocar incluso que entren en contacto con el agua residual.
Antonio Lastra de la Rubia
Coordinador de Innovación de Red. Subdirección de I+D+i – Canal de Isabel II
Publicado en: FuturENVIRO Nº 63 Septiembre 2019