Entrevista al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre
A punto de cumplir dos décadas al frente del Ayuntamiento de Málaga, Francisco de la Torre, junto a los sucesivos equipos de gobierno municipal, ha pilotado el proceso de cambio que ha vivido la capital malagueña desde el año 2000. Una transformación que ha convertido a la ciudad andaluza en uno de los principales referentes nacionales de lo que debe ser una smart city.
Licenciado en Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca (1965), doctor ingeniero agrónomo por la Universidad de Madrid (1966) y especialista en desarrollo regional por Rennes, Francia (1967), Francisco de la Torre atesora una carrera política que arranca en 1977.
En esta extensa entrevista, realizada el pasado 5 de marzo, antes de que se decretara el estado de alarma impuesto por el Gobierno central el 14 de marzo, De la Torre repasa los pasos que ha ido dando la ciudad de Málaga para reducir su consumo energético, facilitar la movilidad -en particular la de los peatones-, digitalizar las gestiones que se pueden llevar a cabo con la administración local y tejer un entramado público privado que está detrás de iniciativas que en algunos casos son referentes internacionales.
Málaga es una de las ciudades españolas que más esfuerzos está destinando a su transformación en ‘smart city’. ¿Cómo se ha diseñado ese proceso? ¿Qué áreas son las que han recibido hasta la fecha una mayor atención? ¿Cuáles han sido los principales resultados?
El proceso al que se refiere se remonta al inicio de la pasada década, cuando el Ayuntamiento de Málaga comenzó a implantar una serie de innovaciones tecnológicas en los servicios públicos municipales, fundamentalmente en el transporte, como es el caso de la tarjeta sin contacto de la EMT o el sistema de pago y recarga de la tarjeta de autobús a través del teléfono móvil.
Desde el primer momento tuvimos claro el carácter transversal que debe tener la innovación y fuimos pioneros en España con la creación, en el año 2007, de una Concejalía de Innovación y Nuevas Tecnologías que fue irradiando a toda la estructura municipal, a todas las áreas, de la necesidad de aplicar procesos innovadores. Esto coincidió en el tiempo con la aprobación del Segundo Plan Estratégico de la Ciudad en el seno de la Fundación Ciedes, a la que pertenecen las instituciones y principales agentes económicos y sociales de la ciudad. Este plan ya concebía a la Málaga del futuro como una ciudad para el conocimiento y la innovación.
La transformación que hemos impulsado desde el ayuntamiento bajo la premisa de la participación social tuvo su réplica años después en un proyecto concreto, el proyecto SmartCity; un consorcio de once empresas liderado por Endesa que permitió trabajar en lo que se planteaba en aquel entonces como la mayor iniciativa en Europa de ciudad ecoeficiente y que convirtió a la ciudad de Málaga en un centro de pruebas d--e soluciones eficientes energéticamente y sostenibles.
Hoy, Málaga es un referente en esta materia porque ha aplicado soluciones innovadoras y se ha apoyado en la tecnología para mejorar la calidad de vida de sus vecinos y vecinas. Estamos satisfechos de estar incluidos entre las diez ciudades españolas que figuran en el ránking internacional ‘Innovation Cities’ 2018, que nos califica de “ciudad globalmente competitiva” y afrontamos con ilusión, entre otras cosas, lo que supone ser Capital Europea de Turismo Inteligente 2020.
¿Hay detrás de este proceso un consenso político en el que coinciden todos los partidos con representación en el ayuntamiento? Es decir, ¿se trata de un proyecto municipal estructural y estratégico que goza del apoyo de todas las fuerzas con representación en el consistorio?
La participación ha sido básica a la hora de diseñar la hoja de ruta para transformar Málaga, no solo en materia innovadora, sino en muchos otros aspectos. La Fundación Ciedes, en cuyo seno se han diseñado los planes estratégicos de Málaga, es el mejor ejemplo de ello. No hablamos aquí ya de consenso dentro del propio ayuntamiento, sino de un consenso mucho más ambicioso: el del resto de instituciones de la ciudad, los empresarios, los sindicatos y otras organizaciones, todas ellas clave para definir la Málaga que queremos. A esto se suma la colaboración público privada, ya que tenemos la suerte de contar con un tejido empresarial dispuesto a sumar esfuerzos con las administraciones y establecer proyectos de colaboración para que nuestra ciudad siga avanzando.
¿En qué punto se encuentra la ciudad de Málaga en ese proceso de transformación? ¿Cuáles son los siguientes pasos que se darán para seguir en esa línea de cambios?
Málaga ha experimentado una gran transformación desde el punto de vista urbanístico, empresarial, turístico y cultural que ha supuesto una mayor calidad de vida y más oportunidades para los malagueños. En materia de innovación, como le decía, esa transformación ha sido igualmente muy relevante porque nos hemos posicionado como una ciudad inteligente, laboratorio de pruebas de grandes empresas, sede de congresos internacionales en los que se toman decisiones acerca de las sociedades del futuro y, junto al Parque Tecnológico de Andalucía y la Universidad, hemos creado un ecosistema que se ha convertido en referencia para muchas compañías internacionales.
En este mandato nuestros retos pasan por continuar avanzando en la administración electrónica: a día de hoy pueden realizarse 290 trámites municipales por internet. Igualmente, hemos puesto en marcha en fase de pruebas una plataforma para que el ciudadano pueda ver desde el teléfono móvil información en tiempo real sobre servicios públicos municipales: nivel de ocupación de los aparcamientos y las estaciones de bicicletas; estado del tráfico en las principales vías de la ciudad; estado de las playas, etcétera. Esto no es más que realizar un esfuerzo para que los centenares de datos abiertos que tenemos publicados ya en nuestra página web sean comprensibles y, sobre todo, útiles para los malagueños en su día a día.
Continuaremos con nuestra apuesta por las energías renovables, por una parte, con la instalación de más cubiertas fotovoltaicas en la ciudad que se sumen a las 39 de las que ya disponemos y, por otra, con la creación de un gran huerto solar urbano. Además, mantendremos nuestra fuerte apuesta por la tecnología LED y en este mandato la implantaremos al 100% de las farolas de la ciudad, con el consiguiente ahorro en la factura de la luz.
Desde Emasa continuaremos trabajando con los contadores inteligentes, no solo para detectar fugas y reducir costes al consumidor, sino para llevar a cabo programas en materia social y poder detectar, también en función del consumo registrado, si hay alguna incidencia en hogares en los que viven personas mayores solas.
Málaga cuenta con un Plan Estratégico de Innovación 2018-2022 que detalla unas 200 acciones concretas a llevar a cabo por las diferentes áreas municipales. Si tengo que destacar algunas de ellas, diría que la prioridad en los próximos años pasa por llevar a cabo una apuesta por las energías renovables, la movilidad sostenible, la innovación social y la transparencia y la gestión eficientes. Todos los proyectos que estamos llevando a cabo con ilusión encajan de una u otra forma en esos ejes que acabo de mencionarle.
Bajo la denominación de smart city caben multitud de definiciones y prácticas. ¿Qué debería ser para usted una smart city? ¿Se acerca Málaga a esa idea que tiene de una ciudad inteligente? ¿Qué le falta para estar aún más cerca de esa idea de ciudad inteligente?
Por supuesto que Málaga es una smartcity: una ciudad en la que puedes pagar el autobús utilizando tu teléfono móvil, realizar 290 trámites municipales desde Internet sin necesidad de desplazarte, disponer de información de servicios públicos en tiempo real a través de datosabiertos.malaga.eu y miportal.malaga.eu. Una ciudad en la que más de 39 edificios municipales tienen instaladas cubiertas fotovoltaicas y se está trabajando en una red aún mayor para favorecer el autoconsumo de energía, en la que se apuesta por priorizar el espacio para el peatón y fórmulas de movilidad sostenible con la compra de vehículos eléctricos o híbridos.
Todos estos ejemplos hacen que podamos hablar, en definitiva, de una ciudad en la que resulta más cómodo vivir porque la innovación está al servicio de la ciudadanía. Creo que es la mejor definición que podemos dar de una ciudad inteligente, aquella que mejora la calidad de vida de sus ciudadanos, al mismo tiempo que colabora con el entorno al que pertenece, teniendo como referente la sostenibilidad en el crecimiento y, por tanto, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030 con los que tenemos un firme compromiso.
¿Qué papel juega en este proceso de cambio de la ciudad de Málaga la celebración en Fycma de Greencities y de S-Moving?
Ambos eventos se enmarcan en una apuesta muy específica que está llevando a cabo el propio Palacio de Ferias y Congresos por promover y desarrollar eventos vinculados a la innovación, la transformación digital y la generación de conocimiento científico y tecnológico, y que, lógicamente, están alineados con el posicionamiento de la ciudad como enclave innovador de referencia en el Sur de Europa.
Junto con otras convocatorias afines, como Transfiere o ‘Startup Europe Smart Agrifood Summit’, son foros pioneros en sus sectores que refuerzan el papel de Málaga en este ámbito y suponen una aportación más de la ciudad al ecosistema innovador global. En este caso, Málaga se convierte en centro de debate en torno a los retos y oportunidades en la configuración de ciudades y territorios inteligentes, un campo donde tenemos sobrada experiencia. Además, con la celebración en paralelo de S-Moving se potencian las sinergias entre ambos encuentros en el apartado de la movilidad urbana.
Con una población de 574.654 habitantes a 1 de enero de 2019, según los registros del Instituto Nacional de Estadística, Málaga es la sexta ciudad más poblada de España y la segunda de Andalucía.
¿Qué opinión le merece el trabajo desarrollado por el Polo Nacional de Contenidos Digitales?
El Polo Nacional de Contenidos Digitales es un gran ejemplo de cómo es importante saber detectar qué sectores cobrarán cada día más protagonismo en la economía y atenderlos, porque es ahí donde se generarán nuevas oportunidades de empleo.
El Polo apuesta por la industria del videojuego y la creación audiovisual, y ofrece formación y apoyo a quienes quieren dedicarse a ello. Existen pocos ejemplos en España que promuevan e impulsen un ecosistema vertical desde lo público, que gire en torno a la innovación, la transformación digital, el emprendimiento y la formación. De hecho, hemos conseguido que este espacio ubicado en Tabacalera, junto a la Colección del Museo de Arte Ruso de San Petersburgo y el Museo del Automóvil, se posicione como un ‘hub’ de innovación digital que ha sido capaz de captar recursos a través de financiación europea con fondos FSE y Feder por valor de 4,9 millones de euros.
Recientemente hemos presentado la memoria de resultados del Polo y destacábamos, por ejemplo, que durante sus casi tres años de andadura ha prestado apoyo a más de 166 ‘startups’ de contenidos digitales, ha contribuido con el trabajo de los emprendedores tecnológicos mediante el préstamo de equipamiento tecnológico avanzado y con la cesión temporal de laboratorios en más de un centenar de ocasiones el año pasado. Además, solo en el último año el Polo ha formado a más de 1.400 alumnos, ha sido capaz de atraer a 12.000 personas a los eventos que ha organizado y ha colaborado en la organización de otros como ‘Gamepolis’ o ‘FreakCon’ a los que han asistido 114.000 personas. Tampoco debemos olvidarnos de que este espacio ha sido en 2019 escenario del rodaje de producciones audiovisuales de éxito como ‘The Crown’ o ‘Warrior Nun’ y que sus espacios de ‘coworking’ y preincubadoras están prácticamente al 100% de ocupación.
Las smart cities buscan aprovechar de forma más eficiente los recursos naturales, ¿qué iniciativas se han puesto en marcha en Málaga para mejorar el aprovechamiento del agua (tanto en lo que respecta al riego y baldeo de zonas municipales, como en el aprovechamiento de las aguas depuradas)?
En lo que respecta al agua, la Estación Depuradora de Aguas Residuales del Guadalhorce es un buen ejemplo de actuaciones que van en la línea de la economía circular y las prácticas sostenibles. Solo en 2018 esta EDAR produjo unos cuatro millones de metros cúbicos de agua regenerada gracias al tratamiento terciario y el aprovechamiento de esa agua residual depurada para las torres de refrigeración de la central de ciclo combinado de Málaga, para cubrir los servicios de la propia planta y para tareas de limpieza o riego de zonas ajardinadas.
Igualmente, en la EDAR se lleva a cabo lo que se conoce como secado térmico de fangos y está relacionado con la valorización de los lodos extraídos del agua residual en sus distintas fases de depuración. Además, no debemos olvidar que la planta de secado térmico cuenta con cuatro motores de 2.500 KW que generan energía eléctrica y térmica aprovechando el biogás que se produce en la depuradora con un aporte suplementario de gas natural. La electricidad que generan estos motores se aprovecha para atender la demanda energética de los procesos de la propia EDAR.
El tráfico y la iluminación son dos áreas en las que antes se suelen implantar medidas eficientes relacionadas con el uso de las nuevas tecnologías, ¿qué avances se han logrado en ambos campos en la ciudad de Málaga?
En materia de iluminación, continuamos con una fuerte apuesta por la tecnología LED que, como le decía, va a permitir que en este mandato alcancemos su implantación en el 100% de las farolas con el consiguiente ahorro en la factura de la luz de todos los malagueños y malagueñas.
Además, continuamos con la instalación de placas fotovoltaicas en las cubiertas de edificios municipales, con una novedad como añadido y es que apostaremos por destinarlas a autoconsumo, de modo que no venderemos la energía producida, sino que en primer término la utilizaremos para el autoabastecimiento, con el consiguiente ahorro económico y energético.
Las cubiertas fotovoltaicas que próximamente se van a instalar en los edificios del complejo municipal de Tabacalera que albergan el Museo Ruso, el Polo Nacional de Contenidos Digitales y el Museo del Automóvil, así como en el edificio de servicios múltiples municipales, se sumarán a los 39 edificios municipales, la mayoría de ellos colegios, que ya cuentan con este tipo de instalaciones. Precisamente en los últimos cuatro años, entre 2015 y 2018, ambos incluidos, estas cubiertas han producido en total 1.630.508 Kwh.
También en materia energética trabajamos en la implementación de sistemas de iluminación sostenibles en parques. El parque de la Laguna de la Barrera, en Teatinos, es un magnífico ejemplo de esto.
Respecto a la movilidad, por la que también me pregunta, hemos implantado bonificaciones fiscales a vehículos limpios, desplegado una red de bicicletas públicas y hemos sido elegida ciudad sede de proyectos internacionales en materia de movilidad sostenible como ‘Zem2All’, impulsado por los gobiernos japonés y español y empresas españolas y niponas, ‘Green Emotion’ o el proyecto Paloma, presentado el año pasado de la mano de Endesa y Alstom para la carga rápida de autobuses eléctricos en la propia parada y sin catenaria.
Málaga ha sido y sigue siendo laboratorio de pruebas a nivel mundial, de modo que aquí se ponen a prueba soluciones de movilidad sostenible que luego se implantan en otros países. Y la elección de nuestra ciudad no es casual, estoy convencido de que la mano tendida del ayuntamiento ha tenido mucho que ver.
Sin ir más lejos, actualmente acogemos el laboratorio de I+D más avanzado del sur de Europa para la conducción conectada. Este proyecto, impulsado por Telefónica y Dekra en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, la Junta de Andalucía y Seat, ofrece a las empresas un entorno de pruebas ubicado en el Parque Tecnológico de Andalucía para que puedan validar sus dispositivos en materia de conducción conectada con 5G.
En los próximos cuatro años queremos que el 100% de la flota municipal esté integrada por vehículos limpios (híbridos y eléctricos) y continuaremos ofreciendo facilidades a los propietarios particulares de este tipo de vehículos mediante la creación de una red de puntos de recarga en vía pública y la red de aparcamientos municipales, así como la ampliación de plazas de aparcamientos para estos coches e incentivos fiscales para este tipo de vehículos.
En lo que respecta al transporte público, en los últimos tres años la EMT ha incorporado 58 nuevos autobuses de los que 11 son eléctrico-híbridos. Las nuevas incorporaciones consumen un 26% menos de combustible y permitirán un ahorro global en la flota durante un año de más de 37.000 litros de combustible y una consiguiente reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Más allá de la apuesta por los vehículos no contaminantes, es importante subrayar que Málaga continúa inmersa en un proceso que inició de forma pionera hace ya casi dos décadas, para transformar la trama urbana y permitir que el peatón conquistase el espacio público, poniendo coto al vehículo privado. En este sentido, cabe recordar que la renovación del centro histórico (la ciudad antigua, los arrabales y Muelle de Heredia) entre 1994 y 2019 nos ha dejado más de 11 nuevas hectáreas de espacio peatonal en la ciudad.
El trabajo que ahora hacen otras ciudades para restringir la circulación del vehículo privado es un trabajo que Málaga ya viene haciendo desde hace décadas. Además, en este mandato trabajamos con ambición en la nueva articulación de la movilidad metropolitana y, entre otras cosas, hemos impulsado los correspondientes estudios técnicos para llevar a cabo el soterramiento del tráfico del Eje Litoral entre la avenida Muelle de Heredia y el Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso.
Este proyecto, en el que han trabajado el ingeniero José Alba y el arquitecto Salvador Moreno Peralta, implica además la creación de infraestructuras modernas y funcionales que potencien el transporte público metropolitano e interurbano; la ampliación y extensión del centro de la ciudad hacia el Este, con la Malagueta y, hacia el Oeste, en la zona de Vialia, la integración del puerto en la ciudad y la creación de nuevos espacios urbanos de calidad.
¿Puede una smart city acortar las distancias sociales y económicas de la población que reside en una ciudad inteligente? Si es así, ¿cómo puede lograrlo?
Residir en una ciudad inteligente debe conllevar necesariamente residir en una ciudad con una mayor calidad de vida. En este sentido, es importante lo que llamamos innovación social, que es aquella que nos permite acortar esas distancias entre una población y otra e implantar de una forma real la igualdad. Por ejemplo, estamos desarrollando un proyecto para que alumnos de institutos del último curso del ciclo de informática ofrezcan formación a personas mayores para que sepan cómo realizar sus trámites municipales on-line. Esta alfabetización tecnológica es clave para romper barreras y ayudar al progreso de todos con independencia de su edad o su formación previa. De este modo, de hecho, contribuimos a disminuir la brecha digital en las personas mayores, que constituyen un colectivo que nos preocupa y ocupa especialmente.