Isaba señala las tendencias para los espacios de ocio acuático para este 2020
Fuentes de Isaba destacan cuáles son esas tendencias para esta temporada 2020 “y lo que más se reclama a proyectos de este tipo.”
Sostenibilidad. Requisito imprescindible
La responsabilidad con los espacios que se configuran y cómo se hacen. Desde la fase de producción, con la elección de materiales y tratamientos no dañinos con el medio ambiente. La configuración de sistemas hidráulicos eficientes energéticamente y que minimizan el uso del agua. La gestión a distancia de las instalaciones, evitando costes de desplazamiento. La propuesta de activadores para que los parques sólo funcionen cuando haya quien los use. Y un proceso de producción interno en el que controlamos la huella de carbono, las emisiones y los transportes. Estas medidas son algunas de las que la empresa de ocio, Isaba, destaca y promueve en cada uno de sus proyectos.
Personalización y una identidad propia para cada alojamiento
Espacios que transmitan emociones a través de una historia, el reflejo de un entorno o una cultura, y que se consiguen diseñando cada proyecto de juego de forma individualizada.
Integrar los parques de ocio dentro de la identidad de la cadena, creando un concepto que ligue con sus valores y lo que quieren transmitir a sus huéspedes. Un ejemplo de ello es el espacio de ocio que estrenó este verano Moralzarzal, un proyecto realizado por Isaba, cuyo valor diferencial es la personalización en base al entorno del municipio.
Perfil adolescente, no nos olvidemos de él
Los alojamientos son conscientes de que es uno de los segmentos de edad más complicados. Para ellos, se desarrollan soluciones enérgicas, retadoras y que a su vez puedan integrarse en la distribución de la instalación. Propuestas como la Burbuja, tirolinas o Torres Activ de Isaba, así como zonas aventura, son perfectamente integrables en propuestas globales dentro de cualquier instalación.
La importancia del juego: más que diversión
Las instalaciones deben dar un valor añadido, un compromiso con sus usuarios y la sociedad. Ese valor es crear espacios donde la diversión vaya acompañada de aprendizaje, de ayuda al desarrollo infantil, de actividades que promuevan habilidades en cada etapa de crecimiento.
Los alojamientos están incorporando este compromiso a sus valores, y valoran cada vez más propuestas de ocio construidas sobre un por qué lúdico. Se aprecia la interacción y jugabilidad de cada espacio.
Los espacios pueden transmitir “emociones a través de una historia, el reflejo de un entorno o una cultura”, objetivos que se logran “diseñando cada proyecto de juego de forma individualizada”, señalan desde Isaba.
Experiencias en familia para recordar
Todas estas tendencias llevan a crear espacios de ocio donde las familias vivan emociones, momentos y experiencias que puedan llevarse a casa tras las vacaciones. Recuerdos que les unirán al lugar donde los vivieron.
Este tipo de experiencias son las que fidelizan y consiguen que repitan vacaciones si, especialmente los niños, han quedado satisfechos.