IoT, sacando partido al mundo hiperconectado
El Internet de las Cosas es una realidad que estamos viviendo, pero su efecto se intensificará en los próximos años. Sus posibilidades son infinitas, tanto como alcance la imaginación. Según el portal de estadísticas Statista, se prevé que en 2025 habrá más de 75.000 millones de dispositivos conectados en todo el mundo. Más de 25.000 millones en 2019, casi 31.000 millones en 2020 y más de 50.000 millones de dispositivos en 2023. En cuanto a previsiones de inversión global en despliegues IoT, IDC lo sitúa en 726.000 millones de dólares para finales de 2019.
En un sentido técnico, IoT consiste en la integración de sensores y dispositivos en objetos cotidianos que quedan conectados a Internet a través de redes fijas e inalámbricas. El hecho de que Internet esté presente al mismo tiempo en todas partes permite que la adopción masiva de esta tecnología sea más factible. Dadas sus características, los sensores son fácilmente integrables entornos de trabajo y lugares públicos, además de en los hogares. De esta manera, cualquier objeto es susceptible de ser conectado y “manifestarse” en la Red. Además, el IoT implica que todo objeto puede ser una fuente de datos, lo que está transformando la forma de producir, hacer negocios, la organización del sector público y el día a día de millones de personas.
No obstante, el nuevo mundo conectado presenta diferentes retos, siendo el principal, según Luis Montero, director de Soluciones Data, IoT & AI de Microsoft, la estandarización y la seguridad de los dispositivos IoT. “Ahora mismo, el ecosistema IoT es un paraguas heterogéneo donde cabe cualquier ‘cosa’ con conexión a la red: pequeños sensores, routers, electrodomésticos, televisores, smartphones, dispositivos de monitorización deportiva, relojes, cámaras de vigilancia o, incluso, coches autónomos. Esta variedad de dispositivos engloba decenas de sistemas de comunicación, protocolos y adaptaciones que garantizan la interoperabilidad de los dispositivos y facilitan la recolección de datos. Y esa falta de estandarización, como es lógico, dificulta su seguridad”, explica Montero.
Por su lado, Josep Albors, responsable de Concienciación e Investigación de Eset España, considera que esta incorporación de millones de nuevos dispositivos supone un desafío importante “ya que se debe aprender a gestionarlos de una vez por todas de forma eficiente. En caso contrario, nos encontramos ante un grave problema para poder hacer que tanto dispositivo conectado funcione de forma eficaz, por no hablar de los problemas de seguridad derivados que pueden acontecer”.
Para Eric Polvorosa, responsable de Marketing y Comunicación de GMV, las cuestiones relacionadas con la privacidad y la seguridad de los datos son las principales batallas a las que nos enfrentamos en este nuevo entorno, “además de la incertidumbre de invertir en tecnologías innovadoras y nuevos modelos de negocio frente a los beneficios que conllevan. Un cambio que a su vez va ligado a la necesidad de formación y talento interno para poder valorar las oportunidades de negocio y poder sacarle el mayor partido al mundo hiperconectado”.
Aitor Jerez, director comercial en Sarenet, va más allá al considerar la necesidad de hacer que los sistemas sean cada vez más expertos y que la inteligencia artificial sea algo natural en todo lo relacionado con IoT. “Actualmente podemos recoger cantidades increíbles de datos y almacenarlos en BBDD, pero sacar partido de ellos no es sencillo sin inteligencia artificial o sistemas de aprendizaje automático. Esa inteligencia se presentará en gran medida embebida junto con las plataformas de big data y cada vez serán más estándares los tratamientos matemáticos que se apliquen”.
En relación a los retos, como apunta Guillermo Fernández, sales engineer Soutthern Europe de WatchGuard Iberia, ya hay investigaciones en el mercado que indican que el 50% de las preocupaciones de los directivos con respecto a IoT tiene que ver con la ausencia de estándares específicos para toda la industria. “Esto hace que algunos países estén tomando las riendas para tratar de atajar este problema, como es el caso de la ley de seguridad de IoT de California, que establece estándares mínimos de seguridad para estos entornos”.
Lo cierto es que actualmente el desarrollo de soluciones de IoT está en una fase temprana en la que conviven numerosos estándares, soluciones o tipos de redes. “Estamos en un punto de ‘experimentación’ viendo qué funciona mejor en cada caso. Es verdad que a la velocidad a la que está evolucionando estas tecnologías, en poco tiempo contaremos con un panorama más maduro, en el que se imponga la lógica, se reduzcan los estándares a un número que resulte gestionable y sostenible y donde prevalezcan solo aquellos que realmente hayan resultado ser más efectivos y eficientes en un mayor número de escenarios”, pronostica Eduard Contijoch, Head of IoT & Industry 4.0 Business Development de T-Systems Iberia.
Por otro lado, explica Jordi Calvera, Regional Managing Director Iberia, Israel & LATAM de Intersystems, en muchos casos las empresas ven limitada su capacidad de crecimiento e innovación debido a que las tecnologías heredadas que utilizan no se diseñaron para cubrir las necesidades actuales. “Por ejemplo, en la industria del petróleo y gas solo el 1% de los datos de IoT que se recopilan se utilizan para el análisis, lo que limita la capacidad de la empresa para tomar decisiones que mejoren la eficiencia de los procesos. De ahí la necesidad de utilizar una plataforma unificada como InterSystems IRIS, una plataforma completa multi-modelo y' multi-workload' que cumple los requerimientos característicos de las aplicaciones de IoT”. Esta herramienta está diseñada para el desarrollo, ejecución y mantenimiento de estas aplicaciones en un entorno coherente y unificado. Su arquitectura distribuida soporta ingestas masivas de datos, al tiempo que es flexible, como una base de datos transaccional, para incorporar, procesar y conservar datos de muy diferentes formatos, procedentes de una gama amplia de dispositivos.
El desarrollo de soluciones de IoT está en una fase temprana en la que conviven numerosos estándares, soluciones o tipos de redes.
Nuevas oportunidades para el entorno empresarial e industrial
A medida que la información y las personas están cada vez más conectadas, la tecnología IoT sirve como herramienta de colaboración y toma de decisiones en un mundo en el que converge lo físico con lo digital.
La recopilación de información del entorno, la eficiencia energética, el desarrollo de nuevas soluciones o la trazabilidad de productos son solo algunas de las oportunidades que ofrece IoT. “De la misma manera”, apunta Eric Polvorosa, de GMV, “el IoT ha favorecido el resurgimiento de otras tecnologías en las que desde hacía algunos años que no existían avances significativos. Por ejemplo, es el caso de la inteligencia artificial (IA), que se ha reactivado como consecuencia de la inmensa cantidad de datos que actualmente se pueden obtener desde los sistemas IoT, suponiendo un avance importante en la mejora de la eficiencia operativa, desde el mantenimiento predictivo y la logística, hasta la optimización de los procesos”. En este sentido, la IA es capaz de enseñar a las máquinas a anticiparse a posibles errores y paradas, o que sepan actuar ante imprevistos, además de usar datos nuevos para aprender continuamente a auto-programarse y auto-optimizarse. “Estos avances han desencadenado en que IoT ya no sea sólo una necesidad, sino una tecnología fundamental para desarrollar nuevos productos personalizados que a día de hoy demandan los clientes”, declara Eric Polvorosa.
Para el responsable de GMV, el big data es otra de las tecnologías impulsadas por el IoT, “proporcionando a través de los datos una mayor gestión predictiva de los procesos de la mano del ´gemelo digital'. Éste es una réplica virtual de una máquina, línea o planta de producción, que permite hacer una simulación de lo que, después, se tendrá en el mundo real".
En definitiva, y como se atreve a afirmar Eduard Contijoch, de T-Systems Iberia, “no somos conscientes de las posibilidades reales que aporta la tecnología IoT a cualquier sector de actividad. Estamos en una fase de experimentación y de momento esta tecnología no hace sino demostrar su utilidad en industrias y aplicaciones, abriendo a su vez nuevas opciones y propiciando el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas. La tecnología seguirá evolucionando y conectando cada vez más cosas, con lo que las oportunidades seguirán apareciendo y creciendo”.
Actualmente IoT se está extendiendo a todos los sectores a un ritmo vertiginoso, “y no es fácil ya acotarlo a verticales cuando tenemos que hablar de decenas de miles de millones de dispositivos conectados y creciendo”, comenta Luis Montero, de Microsoft. “Hay sectores donde el uso ya es masivo y juntos constituyen un panorama amplio y heterogéneo. Estamos hablando de ciudades inteligentes, seguridad, infraestructuras críticas, retail, sector energético y medioambiental, sanidad… La realidad es que todos los sectores pueden beneficiarse del Internet de las Cosas, más ahora que el Edge Computing permite un procesamiento de los datos local e inteligente”.
Cierto es que prácticamente todas las industrias están incorporando IoT para agilizar los procesos, mejorar la visibilidad y crear nuevos servicios. Jordi Calvera, de Intersystems, aporta los siguientes ejemplos:
- En el ámbito sanitario, una organización puede recibir datos de cientos de miles de dispositivos dedicados a la monitorización de los pacientes y de los equipos sanitarios, además de la monitorización del mantenimiento de las instalaciones. Estas aplicaciones facilitan el mantenimiento predictivo, en lugar del preventivo, que se basa en el histórico, y en la medición en tiempo real. Esto minimiza el número de incidencias, mejora la tasa de utilización de los equipos y reduce las pérdidas.
- En la industria del transporte ya es habitual optimizar la gestión de flotas, eliminar los retrasos y sus consiguientes pérdidas, optimizar el gesto energético, realizar seguimiento de la carga transportada en tiempo real, reducir los accidentes, diagnosticar el rendimiento y tomar medidas oportunas para optimizarlo en tiempo real, utilizar el mantenimiento predictivo e las flotas y muchas más operaciones de las que éstas son solo un ejemplo.
- En el campo energético (petróleo y gas), hoy día se utilizan decenas de miles de sensores en plataformas petrolíferas marinas para monitorizar los parámetros de las operaciones y mantener el estado general de la máquina y del sistema.
- Las fábricas están implementando aplicaciones de IoT para monitorizar en tiempo real, habilitar el mantenimiento predictivo para reducir los costes, minimizar errores y tiempos de inactividad y prevenir accidentes.
Actualmente IoT se está extendiendo a todos los sectores a un ritmo vertiginoso.
Ciudades más sostenibles
Las ciudades inteligentes no son solo un sueño del futuro. Gracias a las soluciones innovadoras del Internet de las Cosas, muchas ya están activas y se están expandiendo rápidamente. En este caso, IoT es uno de los pilares de su funcionamiento, impulsando el desarrollo de nuevos modelos de producción que recopilan datos de cómo se mueve una ciudad en el ámbito de los servicios públicos como el transporte, la iluminación, sistemas de riego, recogida de residuos, etc, para establecer métodos eficientes en el uso más de los recursos y desarrollar modelos de sostenibilidad de consumo que reduzca el gasto público.
No obstante, para Aitor Jerez, de Sarenet, a pesar de que vemos claramente como utilizar IoT en los escenarios anteriores, "la verdad es que todavía se pueden desarrollar muchos servicios y no es raro ver concursos de idea promovidos por la administración como por ejemplo el reciente que ha lanzado la Diputación de Badajoz en forma de “reto IoT”. La iniciativa está orientada al despliegue de nuevos y mejores servicios digitales. Uno de los focos importantes de actuación del proyecto es la propia Diputación y los Ayuntamientos, sobre todo con la idea de posibilitar una mejor atención al ciudadano en áreas como medioambiente, desarrollo sostenible y turismo.
Además de lo anterior, como apunta Jordi Calvera, de Intersystems, el sector público y el energético están adoptando medidores inteligentes y redes inteligentes para equilibrar la oferta y la demanda de energía, establecer precios en tiempo real, identificar y corregir interrupciones del servicio y ahorrar en los costes de los clientes mediante el ajuste programático de los dispositivos conectados y su activación y desactivación en tiempo real.
En el caso de la agricultura, un ejemplo es el puesto en marcha por Ibercaja para impulsar el sector. “Gracias a los dispositivos IoT instalados en el terreno y el análisis de los datos en la nube de Microsoft Azure, es posible conocer con precisión el momento óptimo para sembrar, regar, fertilizar o cosechar los cultivos, de manera que los agricultores pueden obtener una mayor trazabilidad de la producción de sus explotaciones. Además, los datos permiten realizar un consumo más eficiente de los recursos naturales, es especial del agua, algo clave en el momento actual”, explica el portavos de Microsoft, Luis Montero.
El listado de beneficios y aplicaciones del IoT en la smart city es cada vez mayor.
Generando confianza en el mercado
Hablar del Internet de las Cosas lleva inevitablemente a hablar de los riesgos asociados. La relevancia de la tecnología IoT como objetivo de posibles amenazas que comprometan su ciberseguridad y privacidad viene dada principalmente por el hecho de que esta tecnología utiliza y depende de elementos cotidianos (vehículos, aplicaciones de localización, sistemas inteligentes de cuidados médicos, etc.) con la capacidad de poder transmitir y procesar información a través de internet.
En muchas ocasiones, sobre todo las pequeñas empresas, no son conscientes del peligro que suponen los dispositivos IoT ni del alcance que puede llegar a tener un ciberataque a través de ellos. “Un ataque puede afectar y hasta inhabilitar servicios críticos, muy especialmente, teniendo en cuenta que el número de dispositivos conectados va en aumento, más allá de peligros más “clásicos” como el phishing o los referentes a las redes WiFi”, advierte Sergio García, de OneseQ. Como explica, las medidas de seguridad deben ir acordes a la organización, protegiendo los activos más valiosos, pero, en cualquier caso, “lo que resulta realmente útil es disponer de un servicio gestionado 24x7, con un centro de operaciones de seguridad con especialistas velando por la seguridad de los sistemas. De igual modo, existen ciberpólizas que ayudan a las compañías a hacer frente a posibles ciberataques y a dar cobertura a las consecuencias, transfiriendo el riesgo y salvaguardando el patrimonio de la compañía y accionistas”.
“Lamentablemente ya tenemos ejemplos de que la ciberseguridad no se ha considerado en el diseño de los componentes o de la infraestructura, evidenciando vulnerabilidades que es necesario gestionar”, apunta Eric Polvorosa, de GMV. “Se puede decir que la primera generación de los componentes IoT dan sensación de cierta vulnerabilidad y confiamos en que las siguientes mejoran bastante en este aspecto.
Y es que, tal y como desarrolla Guillermo Fernández, de WatchGuard Iberia, en general, los dispositivos IoT se fabrican y se compran en base al coste, más que teniendo en cuenta la ciberseguridad. “Afortunadamente, las cosas están cambiando y los proveedores de seguridad TI ya tienen en el mercado soluciones de IoT que cuentan con plenas garantías, tales como las soluciones de seguridad para las conexiones WiFi con gestión cloud, o las propuestas de segmentación de IoT que permiten la separación de la red corporativa en segmentos (IIoT, WiFi para invitados, WiFi corporativo, etc) ayudando a aislar los dispositivos de IoT de los equipos principales. Hacer esto limita la desagradable propagación de un ataque, en caso de que se produzca”.
Por su parte, Aitor Jerez, de Sarenet, considera que el entorno en el más se está invirtiendo en seguridad es en el de las plantas de producción, donde cualquier ciberexposición se puede “pagar muy cara”. En este aspecto, “se están segmentando y segregando las redes que nos encontramos en las plantas y fiscalizamos el tráfico para que las máquinas hablen sólo con quien deban hablar de forma segura. También ofrecemos redes cerradas para aislar ecosistemas y soluciones para protegerlas desde el exterior. Los fabricantes también están concienciados y crean sus productos cada vez menos vulnerables”.
La industria también se está encontrando con el reto de contar con los perfiles profesionales cualificados en el ámbito de la ciberseguridad. “La falta general de recursos de TI ha generado grandes carencias de personal de todas las industrias, y el déficit de profesionales de ciberseguridad a nivel global no hace más que aumentar. Asimismo, IoT y las nuevas tecnologías están creando nuevos puestos de trabajo que, en algunos casos, ni siquiera están inventados”, indica Guillermo Fernández.
Lo cierto es que con el aumento de los ciberataques a dispositivos IoT, el cumplimiento de las regulaciones también empieza a tomar forma. Igualmente, para ayudar a generar confianza en el mercado, se están poniendo en marcha iniciativas de investigación, capacitación y formación específicas para concienciar de los riesgos y saber cómo identificarlos y actuar. No en vano, con IoT la superficie de ataque es más grande y las empresas quedan muy expuestas. Afecta a consumidores, pero especialmente a desarrolladores y fabricantes. En este sentido, Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Iberia, comenta que, junto con distintos miembros de la industria y dentro del Consorcio Industrial de Internet (IIC, por sus siglas en inglés), los expertos de su compañía han formulado el Manual Práctico del Modelo de Madurez de Seguridad (SMM, Security Maturity Model). “Esto ayuda a los operadores del Internet de las Cosas a definir el nivel de madurez de seguridad que tienen que alcanzar en función de sus metas y objetivos de seguridad, así como si nivel de aversión al riesgo”.
En España, el INCIBE, Instituto Nacional de Ciberseguridad, está también muy involucrado en difundir y formar en esta materia.
Con el aumento de los ciberataques a dispositivos IoT, el cumplimiento de las regulaciones también empieza a tomar forma.
¿Qué son capaces de hacer los sensores?
En gran medida, según se deprende del informe ‘El Internet de las Cosas. En un mundo conectado de objetos inteligentes’ realizado por la Fundación de la Innovación Bankinter en colaboración con Accenture, los sensores IoT que integramos en nuestro entorno tienen tres grandes aplicaciones. Por un lado, permiten capturar información tanto del entorno como del objeto en el que se encuentran integrado, para un análisis posterior. Por ejemplo, las compañías de seguros pueden utilizar sistemas de sensores para recuperar información de las pautas de conducción de sus asegurados. En segundo lugar, los sensores pueden actuar como desencadenantes de una acción, permitiendo la automatización de determinadas funciones. Este puede ser el caso de la activación de una alarma por la detección de una persona no autorizada o el frenado automático de un coche ante la inminente colisión con otro vehículo.
Por último, los sensores también son localizables en todo momento, con lo que se expande el rango de aplicaciones. Por ejemplo, la localización de los paquetes en los sistemas de gestión de logística permite la determinación de su posición exacta a lo largo de un trayecto y la comunicación con las cintas transportadoras para establecer el destino de las mercancías.
No obstante, las aplicaciones no acaban ahí, sino que el IoT añadiría la posibilidad de integrar el comportamiento del consumidor o las decisiones de la empresa contratante durante el proceso, pudiendo hacer cambios sobre la marcha para minimizar costes, evitar retrasos o, simplemente, adaptarse a las fluctuaciones en la oferta y la demanda de productos.
El impacto de 5G
La estandarización de la llegada de la nueva tecnología 5G está prevista para 2020 e IoT será uno de los grandes beneficiados ya que velocidades de transferencia de datos muy superiores a las actuales y rendimientos que mejoran los que ofrecen hoy las redes Wi-Fi e incluso muchas redes cableadas y la reducción notable de las latencias están especialmente concebidos para mejorar el funcionamiento de las redes IoT. Como comenta Luis Montero, de Microsoft, se espera que la latencia de extremo a extremo caiga por debajo de un milisegundo, permitiendo tecnologías y aplicaciones que simplemente no son posibles con el 4G actual.
Así, para Aitor Jerez, “5G será decisivo en entornos en los que las latencias son críticas, por ejemplo, en un sistema de frenado que se activa tras la detección de un obstáculo. El coche conectado recibiendo datos de un ecosistema de elementos de su entorno y tomando decisiones será una realidad”. Para el responsable de Sarenet, muchos servicios que se desarrollen favorecidos por las características de esta nueva tecnología aún no han nacido y el impacto de los mismos es una incógnita; por el momento se está hablando siempre de los mismos ejemplos: coches conectados, telegestión de máquinas en tiempo real, realidad aumentada…".
El big data es una de las tecnologías impulsadas por el IoT proporcionando a través de los datos una mayor gestión predictiva de los procesos de la mano del 'gemelo digital'. Éste es una réplica virtual de una máquina, línea o planta de producción que permite hacer una simulación de lo que, después, se tendrá en el mundo real
IoT implica que todo objeto puede ser una fuente de datos, lo que está transformando la forma de producir, hacer negocios, la organización del sector público y el día a día de millones de personas
Las fábricas están implementando aplicaciones de IoT para monitorizar en tiempo real, habilitar el mantenimiento predictivo para reducir los costes, minimizar errores y tiempos de inactividad y prevenir accidentes