Lo que hay que saber antes de iniciar un proyecto de IoT
Miguel Ángel García Matatoros, director general de Blue Telecom Consulting
16/07/2019Nadie duda ya de que la orientación del negocio hacia el entorno digital es un requisito imprescindible para todas las organizaciones con independencia de su tamaño o de su sector de actividad. En este proceso de transformación, las grandes tendencias tecnológicas como big data, machine learning, Inteligencia Artificial o IoT ocupan un papel protagonista.
Los grandes proveedores de tecnología a nivel global llevan años evangelizando sobre los beneficios que esas propuestas pueden aportar al desarrollo de la actividad comercial. Los analistas, por su parte, publican constantemente nuevas previsiones de evolución de su implantación. Un caso espectacular es el de Internet de las Cosas (IoT), llegando, según datos de Business Insider, a los 40.000 millones de dispositivos conectados en todo el mundo en 2023.
Está claro que Internet de las Cosas es una de las grandes tendencias en las que apoyarse a la hora de emprender el proceso de Transformación Digital, sin embargo, al iniciar un proyecto relacionado con IoT, las empresas deben ser conscientes que entran en juego distintos factores de los que dependerá el éxito final del mismo. De esta forma, es recomendable contar con toda la información al respecto y buscar el apoyo necesario para entender los distintos paradigmas existentes, algo que facilitará la toma de decisión en lo que puede llegar a ser la estrategia decisiva para el futuro de la organización.
Miguel Ángel García Matatoros, director general de Blue Telecom Consulting.
A grandes rasgos, podemos decir que actualmente existen dos aproximaciones muy diferentes a la realidad de internet de las cosas. Por una parte, el proyecto puede basarse en las plataformas estándar que generalmente promueven los operadores de telecomunicaciones. Estas plataformas, aunque simplifican el desarrollo del proyecto, impiden a las empresas ofrecer a sus clientes productos innovadores y diferenciados de los de su competencia. Un ejemplo de este modelo con una amplia implantación en el mercado son las plataformas de servicios de smart cities.
Hay que ser consciente de que a pesar de que el elemento diferenciador de este modelo sea escaso y el valor para el cliente final sea limitado, a los operadores les interesa impulsar esta aproximación, ya que les supone un gran número de conexiones y, por tanto, un alto volumen de negocio.
También hay que tener en cuenta que esta aproximación sobre plataformas estándar suele ser una respuesta apropiada a algún tipo de obligación normativa. Es decir, el regulador, con la intención de fomentar la aplicación de las nuevas tendencias tecnológicas, obliga a determinados sectores a ofrecer servicios utilizando, por ejemplo, infraestructuras IoT. Es el caso, por ejemplo, del uso de ‘smart meters’ dentro del sector de las utilities.
Las organizaciones pueden optar por una aproximación a IoT personalizada sacando partido a las capacidades únicas de innovación de sus productos y servicios.
Está claro que ese paradigma fomenta el uso de dispositivos conectados, pero lo que no está tan claro es si con ellos se promociona la innovación. Cada vez hay más voces que coinciden en apuntar que no solo no lo hace, sino que resulta perjudicial. Esto puede ser así ya que cuando una organización queda atrapada por el modelo de plataforma estándar, su camino natural dentro del mundo de las comunicaciones 'machine to machine' e internet de las cosas queda definido, siendo mucho más complicado poner en marcha nuevos proyectos innovadores.
Afortunadamente, las organizaciones pueden optar también por una aproximación a IoT personalizada, sacando el máximo partido a las capacidades únicas de innovación que incluyen sus productos y servicios. En ocasiones, las empresas no son conscientes de estos valores, por lo que se hace recomendable buscar la colaboración de un consultor externo que les ayude a descubrirlos y explotarlos. La especialización del consultor en todo lo referente a las posibilidades de la tecnología, junto con el conocimiento de la empresa sobre el funcionamiento de su sector y de su negocio, producirán una simbiosis perfecta capaz de trazar la hoja de ruta de la compañía hacia la digitalización del negocio mediante la incorporación de nuevos modelos de explotación que supongan una verdadera innovación.
Además de lo anterior, en el caso de internet de las cosas, esta secuencia se complica, al ser necesario contar con conocimiento sobre otros elementos ligados a la cadena de valor de las telecomunicaciones, como son:
- Conocimiento de los dispositivos, sensores y demás elementos necesarios para la comunicación.
- Conocimiento de la conectividad propiamente dicha, así como de todas las posibilidades asociadas a la misma, según la oferta de los propios operadores.
- Conocimiento de las posibilidades de despliegue virtual y en la nube de las soluciones de las organizaciones.
- Conocimiento de los diferentes paradigmas necesarios para la operación de la flota de productos y servicios IoT asociadas a servicios de valor.
Todos los caminos son válidos y habrá que elegir el que se considere más conveniente en cada circunstancia, pero siempre siendo conscientes de las opciones existentes y del grado de innovación que se precise para asegurar el futuro de la compañía en la complicada e imparable realidad del entorno actual.