En 2030 existirán más de 41 megaciudades con 10 millones de habitantes
Año tras año, las ciudades de todo el mundo experimentan un crecimiento sin precedentes. Según el Informe de Perspectivas de Urbanización en el mundo elaborado por la ONU, cada semana un millón y medio de personas se traslada desde entornos rurales a urbanos, un ritmo que provocará que antes de 2050 el 66% de la población mundial resida en ciudades.
“Con una población urbana que no deja de crecer, necesitamos encontrar formas de acomodar a todos los habitantes de nuestras ciudades de una manera que no condicione su salud y bienestar”, afirma Pedro-Luis Fernández-Cano, ‘Business Unit Director’ de Rockwool Peninsular. “En la actualidad, las personas que viven en ciudades pasan el 90% de su tiempo en espacios interiores. Por eso, nuestro bienestar va unido a la comodidad del entorno en el que trabajamos, vivimos, aprendemos, jugamos…”, añade.
Según los expertos, en 2030 existirán más de 41 megaciudades con 10 millones de habitantes que necesitarán el doble de alimentos para abastecerse. El 33% de las construcciones actuales acumulan más de un tercio de la energía utilizada a nivel global. El 66% del consumo energético de los edificios se emplea en la calefacción, la refrigeración y la ventilación, una cifra que se podría reducir con la instalación de un aislamiento eficaz y sostenible, como es la lana de roca, que permite reducir la factura energética entre un 50% y un 90%. Además, protege al edificio ante factores externos, como el moho y la humedad, aumentando su seguridad y confort y también reduce los niveles de ruido.
Soluciones innovadoras
El cambio climático ha aumentado el riesgo de lluvia excesiva e inundaciones urbanas. Se calcula que la intensidad de las lluvias torrenciales invernales aumentará hasta un 35% en la mayor parte de Europa durante el siglo XXI. Por eso, las ciudades necesitan proteger sus hogares y otros activos de los efectos de estos eventos climatológicos extremos.
La lana de roca, apuntan fuentes de Rockwool, puede diseñarse para absorber o repeler el agua. Al drenar el agua de las cubiertas y otras superficies hacia depósitos de lana de roca bajo tierra, “podemos contribuir a minimizar el impacto de las lluvias torrenciales en entornos urbanos”.
Rockwool ha desarrollado el sistema ‘Rockflow’ que amortigua grandes cantidades de precipitaciones de agua en zonas urbanizadas “de forma rápida y eficaz, llegando a absorber un 95% de su volumen en agua, lo que se traduce en que un metro cúbico del sistema Rockflow puede absorber 950 litros de agua en menos de diez minutos”.
En áreas urbanas densamente pobladas, cada vez más gente vive y trabaja en grandes rascacielos, ya que suponen una solución ante el reto de crecimiento de la población, pero, en caso de incendio, las consecuencias pueden ser graves.