El proyecto ‘Smart Mature Resilience’ reúne a sus socios europeos en Donostia
“Donostia necesita estar preparada para responder adecuadamente a las crisis derivadas del cambio climático, las problemáticas sociales y las dependencias entre infraestructuras críticas”, asegura el investigador de Tecnun, José María Sarriegi. De hecho, este fue el objetivo con el que nació el proyecto ‘Smart Mature Resilience’ hace tres años.
La finalidad de este proyecto es desarrollar, validar e implementar herramientas que aumenten la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático, las problemáticas sociales y las dependencias entre infraestructuras críticas, informaron fuentes de Tecnun.
Los socios del proyecto compartieron recientemente los resultados del mismo en la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra en San Sebastián. “Hemos cerrado los últimos flecos del proyecto y hemos hecho un balance interno del mismo”, declaró Sarriegi, uno de los coordinadores del proyecto, junto con Josune Hernantes y Leire Labaka.
El concepto de resiliencia se refiere a la capacidad de un sistema, en este caso las ciudades, para evitar sufrir crisis, disminuir su impacto en caso de padecerlas o reducir el tiempo y los recursos necesarios para volver a la normalidad tras haberlas padecido, recuerdan desde Tecnun.
Guía pionera de resiliencia
Coordinado por el Departamento de Organización Industrial de Tecnun, y enmarcado dentro del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, el proyecto ha contado con la colaboración de doce socios más, como la Oficina de Estrategia del Ayuntamiento de San Sebastián, universidades internacionales y ciudades como Glasgow (Escocia), Riga (Letonia), Bristol (Inglaterra), Roma (Italia), Vejle (Dinamarca) y Kristiansand (Noruega).
“El elemento principal del proyecto es un ‘Modelo de Madurez´que permite definir varios estados por los que tiene que atravesar una ciudad en su camino a la resiliencia”, apuntó Sarriegi.
Una de las consecuencias del Proyecto SMR es la elaboración de la ‘Guía de Resiliencia’, “cuya finalidad es que las ciudades puedan resistir, absorber, responder y recuperarse de los efectos de una crisis de manera oportuna y eficiente, así como planificar cómo preservar y/o restaurar las infraestructuras críticas y las funciones esenciales”, detallaron desde Tecnun.
La evidente importancia de las infraestructuras críticas (ICs) para garantizar el bienestar de la sociedad ha cobrado mayor relevancia en este enfoque resiliente de las ciudades. “Las ICs proveen a los ciudadanos de agua, energía, transporte, gestión de residuos, asistencia sanitaria, educación y otros servicios básicos. Además, son fundamentales para la vida en las ciudades modernas y cuando éstas fallan, la salud humana, el bienestar, y la economía se ponen en peligro”, relató la investigadora de Tecnun Cinta Lomba, encargada de desarrollar esta guía “que servirá de referencia a otras ciudades y que cuenta con la financiación de Ihobe, sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno Vasco”.