Almacenamiento y eficiencia medioambiental, piedra filosofal de las pilas del futuro

A este concepto de movilidad que ha acompañado durante décadas la esencia de lo que son las pilas, se ha añadido, recientemente, una nueva idea estrechamente vinculada a la corriente Smart City: la urgente necesidad de almacenamiento que plantean las energías renovables.

En este sentido, son numerosos los productores que, en los últimos años, están dedicando gran parte de sus esfuerzos e inversiones en i+D a la búsqueda de la fórmula más adecuada para almacenar la energía generada por fuentes como el sol, el viento o el agua, con el fin de ser utilizada en aquellos momentos en los que no se produce.

Sin lugar a dudas, este desarrollo de la capacidad de almacenamiento marcará el futuro de las pilas y las baterías, las cuales jugarán un papel muy importante si se produce el cambio de fuente de energía dominante y, finalmente, la electricidad sustituye a los carburantes fósiles.

Hoy, todos los ensayos en este campo parecen señalar a las baterías metal-aire, las cuales tienen el potencial de durar ocho veces más que las de iones de litio usadas actualmente en coches eléctricos, smartphones o tabletas y, además, son mucho más ligeras. Gracias a esta tecnología, los proveedores de energías renovables podrán almacenar grandes cantidades de electricidad a un coste menor que el actual. Sin olvidar el potencial del aluminio-aire en el campo de los coches eléctricos e híbridos, que obtendrían una autonomía nunca antes vista a un coste considerablemente menor.

Esta es, precisamente, la otra gran cuestión que revela el futuro desarrollo del mercado de pilas y baterías. Es decir, dado el volumen de residuos de pilas que se generarán y sus composiciones tan variadas, es fundamental que los progresos en materia de reciclaje corran paralelos a los avances en el terreno de la tecnología electroquímica.

En el sentido de la eficiencia medioambiental, el desarrollo de pilas y baterías pasa por seguir avanzando en proteger el medio ambiente de la agresión que supondría la manipulación incontrolada de un tipo de residuos cuyos componentes exigen tratamientos técnicamente muy avanzados; y en frenar al acelerado agotamiento de los recursos naturales y energéticos, gracias a la reutilización del máximo de materias primas.

Por fortuna, además de avanzar hacia un mayor rendimiento y portabilidad, actualmente, las industrias española y europea de pilas dedican cada vez más esfuerzos a minimizar la presencia de sustancias contaminantes, en una buena muestra de su compromiso con el cierre del ciclo vital de estos productos.

Gracias a su esfuerzo por eliminar sustancias como el mercurio o el cadmio, a día de hoy una sola pila no es peligrosa -es necesaria una alta concentración-, sin embargo, cada batería que no se recicla supone un desperdicio de recursos.

En el caso de las pilas de uso más habitual -las alcalinas/salinas-, el porcentaje de aprovechamiento de materias primas oscila, actualmente, entre el 55% y el 75%, dependiendo del procedimiento de reciclaje, el grado de humedad, el nivel de agotamiento, su deterioro y los porcentajes de un tipo u otro que se traten. Los materiales recuperados en mayor cantidad son el hierro y el zinc, que regresan a la industria metalúrgica y, en menor proporción, aleaciones de metales destinados a fundición para la fabricación de diferentes productos.

Por tanto, además de una fuente de energía durante su vida útil, las pilas y las baterías, tanto domésticas como industriales, son un recurso muy valioso por su contribución al bienestar medioambiental y social, siempre y cuando sean gestionadas correctamente, una vez desechadas.

En definitiva, pilas y baterías jugarán un papel esencial en el desarrollo de este mercado energético en expansión con el concepto Smart City como núcleo. Un mercado que solamente alcanzará el máximo nivel de eficiencia si, además de avanzar en conseguir un almacenamiento más inteligente de la energía, permite el máximo aprovechamiento de materias primas y el menor impacto en nuestro entorno.

Recyclia es la plataforma que gestiona los Sistemas Integrados de Gestión Ecopilas, Ecofimática y Ecoasimelec, dedicados a la recogida selectiva y el reciclaje de pilas usadas y residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.