Un proyecto europeo busca aumentar la autonomía del vehículo eléctrico reduciendo su peso en un 40%
La movilidad sostenible es un modelo de movilidad que busca paliar los problemas medioambientales y sociales ocasionados por las formas tradicionales de transporte, como la contaminación del aire, la dependencia energética de combustibles fósiles o los efectos adversos sobre la salud de la población. En este contexto, el vehículo eléctrico es una de las herramientas que, en el futuro, pueden contribuir a alcanzar esa movilidad sostenible. No obstante, en el presente la tecnología asociada al vehículo eléctrico presenta algunas limitaciones como la autonomía de las baterías: un coche eléctrico de tamaño medio solo puede circular entre 150 y 200 kilómetros sin ser recargado.
El Laboratorio de Materiales Celulares (CellMat) de la Universidad de Valladolid (UVa), que forma parte del Grupo de Investigación Reconocido (GIR) Física y Química de los Sólidos, participa en un proyecto del VII Programa Marco de la Comisión Europea que tiene como fin último incrementar la autonomía de los vehículos híbridos (aquellos que combinan un motor eléctrico con uno de combustión) y totalmente eléctricos. El proyecto, denominado Evolution, cuenta con un consorcio formado por 24 entidades procedentes de diversos países europeos como Alemania, Reino Unido o Italia, y está coordinado por la universidad danesa de Aalborg. Además del grupo de la UVa, en la iniciativa colaboran otras dos entidades vallisoletanas, la Fundación Cidaut y la empresa ABN Pipe Systems, ubicada en Medina del Campo.
El trabajo del Laboratorio CellMat se centra en contribuir a la reducción de peso de ciertas estructuras mediante la incorporación de materiales celulares de baja densidad. “Anteriormente formamos parte de otro consorcio europeo, el del proyecto Nancore, en el que desarrollamos una tecnología para fabricar espumas de polipropileno de baja densidad para sustituir a la madera de balsa que se emplea en las palas de los molinos eólicos. Vimos que ese material podría ser útil en otros sectores, como el de la automoción. Estamos tratando de implementar nuestros materiales celulares en base polipropileno que, al ser porosos, incluyen menos material y por tanto pesan menos y pueden aportar rigidez en ciertas estructuras además de absorción de energía en caso de impactos. Además estos materiales tienen la ventaja de ser reciclables”, explica Miguel Ángel Rodríguez.
Evolution se inició en noviembre de 2012 y tiene una duración de cuatro años. En total, el proyecto cuenta con diez paquetes de trabajo. En estos momentos, la parte del proyecto en la que trabaja la UVa se encuentra en fase de prototipado. “Se han diseñado siete prototipos de distintas zonas de un automóvil”, apunta el investigador de la UVa, quien avanza que se ensayarán también otros materiales para comprobar cuál puede ser el más idóneo.