Entrevista a Xavier Dols, escultor urbano
¿Cómo definiría la situación que atraviesa la escultura urbana en nuestro país?
Se mantiene la tradición aunque no con el esplendor de las antiguas civilizaciones. Contamos con buenos artistas, muy bien preparados.
¿Se apuesta hoy desde las diferentes administraciones por el desarrollo de la escultura urbana?
Hay administraciones que sí están sensibilizadas con el tema artístico, si bien es cierto que otras sólo recurren al arte público cuando se trata de algún encargo. Evidentemente, la crisis también está mermando esta actividad ya que cuando la economía se resiente se realizan menos proyectos y los que sí se desarrollan son más austeros, dando prioridad a los elementos más imprescindibles.
¿Cuáles son los principales estilos escultóricos que se imponen hoy en nuestras ciudades?
Fundamentalmente el figurativo y el abstracto. Hay ciudades que optan por figuras clásicas pero también las hay con una visión diferente. En general, podemos decir que la gente se siente más atraída por lo figurativo y, si el proyecto lo permite, también se buscan imágenes rompedoras.
¿Cuáles son, a su juicio, las características específicas de la escultura urbana respecto a otros tipos de escultura?
Sobre todo que suele ser más voluminosa y que debe soportar la intemperie. En estas esculturas la funcionalidad crea un interés, pero lo que de verdad la hace ganar peso es el magnetismo que ejerce sobre el observador.
¿Qué valores hay que tener en cuenta para lograr la plena integración de una escultura en un entorno urbano concreto?
Yo los resumiría en cinco factores: la idea, la forma, la dimensión, el material y el color.
En el urbanismo, la tendencia es hacia ciudades cada vez más inteligentes, las ya famosas Smart Cities. ¿Cómo puede contribuir la escultura a su desarrollo?
Las esculturas urbanas pueden enriquecer aún más estas ciudades, haciéndolas más inteligentes.
Personalmente, ¿cuándo se inició en el mundo de la escultura urbana?
Cuando conocí la empresa Esteva Barcelona, la cual atesora una larga tradición en la construcción de mobiliario urbano. Era una disciplina artística que me permitía crear formas para espacios infantiles. Mi primera creación en este ámbito fue Trot, un simpático caballo.
Una de sus últimas obras es la serie que Ud. ha denominado Urban Pins. ¿En qué consiste realmente este concepto?
En dotar la zona de juego de un lugar de contacto desde la primera infancia con el arte plástico. Son elementos que se caracterizan por sus formas orgánicas y afables, que invitan a su percepción: táctil, visual, motriz y afectiva.