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Crescere es un proyecto de investigación que busca la innovación en envases biobasados a partir de leguminosas con potencial para transformar el envasado alimentario

Envases sostenibles que reducen residuos y prolongan la frescura de los alimentos

Los envases de alimentos están en el centro de una transformación enfocada a proteger los productos y respetar el medio ambiente. La innovación, encabezada por empresas como Tecnopackaging en el marco del proyecto Crescere, plantea un enfoque pionero: recubrimientos protectores y tintas elaboradas con proteínas vegetales provenientes de residuos de leguminosas. Estos envases no solo disminuyen el uso de plásticos fósiles, sino que también alargan la vida útil de los alimentos, contribuyendo a reducir significativamente el desperdicio alimentario y alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Esto no solo representa un avance en la lucha contra el cambio climático, sino también una oportunidad de negocio para empresas que desean destacarse en sostenibilidad y cumplir con las normativas europeas más exigentes, como el Pacto Verde Europeo y la Directiva de Plásticos de un Solo Uso.

Tecnopackaging está desarrollando una gama de productos de envasado que combina sostenibilidad con funcionalidad. A través de recubrimientos protectores y tintas a base de proteínas vegetales, estos envases actúan como un “escudo natural” para los alimentos que almacenan. Este escudo no solo es una barrera física, sino que también contiene propiedades antioxidantes que ralentizan el deterioro de los alimentos. Así, el tiempo de consumo de los alimentos frescos aumenta, lo que significa menos desperdicio.

El futuro del envase sostenible como negocio en auge

La sostenibilidad ya no es una opción, sino una exigencia de los mercados globales y locales. Las empresas tienen una oportunidad única para destacar en un sector en crecimiento al integrar materiales biobasados y reciclables en sus cadenas de valor.

Los beneficios de adoptar estos envases van mucho más allá de la reducción de residuos. Por un lado, las empresas que utilizan envases sostenibles pueden mejorar su reputación frente a consumidores cada vez más concienciados y exigentes con el medio ambiente. Por otro lado, la posibilidad de acceder a nuevos mercados que valoran este tipo de avances representa un incentivo económico para las empresas, ya que muchos países aplican restricciones a productos plásticos no reciclables y premian el uso de envases con bajo impacto ambiental. En definitiva, optar por estos envases biobasados es un paso hacia la competitividad empresarial en un entorno cada vez más regulado.

Crescere, innovación en cada capa

En el proyecto de investigación Crescere cada componente del envase está pensado para cumplir una función específica. Desde la separación de capas para facilitar el reciclaje hasta la utilización de adhesivos biobasados que aseguran una adecuada degradación del envase, esta nueva generación de envases combina avances tecnológicos con materiales de origen biológico. Gracias a la inclusión de enzimas, los envases pueden biodegradarse de manera más rápida y controlada, lo cual añade otro beneficio ambiental.

A medida que el proyecto Crescere avanza, Tecnopackaging con sus progresos en el desarrollo de recubrimientos que refuerzan las propiedades barrera de los envases y que alargan la vida útil de los alimentos, se posiciona como un referente en el sector de los envases biobasados. La empresa aragonesa, especializada en el desarrollo de materiales plásticos sostenibles, trabaja en la producción de bandejas, tarrinas y otro tipo de envases para alimentos y bebidas a partir de los restos orgánicos de leguminosas.

Con estos principios, en Crescere se están desarrollando envases para tres aplicaciones específicas. En el caso de Interal (fabricante de alimentos en Lezo, España), desarrolla envases multicapa pensados para facilitar su reciclabilidad, una solución sostenible para el almacenamiento de zumos y productos infantiles, asegurando que cada capa sea separable para optimizar su reciclado al final de su vida útil. Por su parte, la catalana Zyrcular Foods trabaja con bandejas que incluyen recubrimientos protectores para extender la frescura de sustitutos vegetales de productos cárnicos, transformando el envase en un “protector activo” que mantiene el producto en óptimas condiciones. Finalmente, Delafruit radicada en Tarragona desarrolla desarrolla tarrinas de comida pensadas para ofrecer soluciones estéticas y funcionales a base de fibras de leguminosas, con tintas vegetales que permiten mantener un acabado atractivo y natural.

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La implementación de envases como estos es un paso claro hacia una economía circular: en lugar de que los residuos de las leguminosas acaben en un vertedero, ahora se transforman en componentes clave para una nueva generación de envases que se degrada de forma natural, protegiendo al medio ambiente y aportando un valor sostenible.

Crescere es un proyecto financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), organismo adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovacion, dentro de su convocatoria de proyectos estratégicos CIEN. Crescere, además, está alineado con la estrategia europea Farm-to-Fork (De la granja a la mesa), que busca orientar las prácticas industriales de toda la cadena alimentaria hacia la sostenibilidad y la economía circular, empezando con la extracción de fracciones proteicas y compuestos de interés de alto valor nutricional de vegetales, hasta el desarrollo de envases sostenibles.

Crescere es un proyecto financiado por el programa Proyectos Estratégicos CIEN (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial E.P.E.) y tendrá una duración total de cuatro años, desde enero de 2021 hasta diciembre de 2024.

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