Los trabajos llevados a cabo por Anka Demoliciones en un edificio de oficinas de la calle Rosario Pino de Madrid han hecho merecedora a la compañía del Premio Potencia 2023 a la mejor obra de demolición. El desmontaje de la fachada de 18 plantas, en sentido descendente, se ejecutó a lo largo de 11 meses con inquilinos trabajando y con tránsito en la plaza a cota de calle. Entrevistamos a Daniel Anka, presidente de Grupo Anka, que nos da algunos detalles de esta obra.
Daniel Anka (derecha), presidente de Grupo Anka, recibe el Premio Potencia de manos de Pablo Budía, presidente de AEDED.
¿Cuáles son los aspectos clave de esta obra?
La manera tradicional de ejecutar esta obra hubiese sido el desmontaje total de la fachada para una vez finalizado comenzar el montaje de la nueva en sentido ascendente. La complejidad ha sido que hemos actuado como si pelásemos una naranja y se le pusiese una nueva piel inmediatamente después en un entorno de trabajo paralelo y una actividad comercial total.
La propiedad no quería dejar de arrendar el espacio y contrató al mejor director técnico para ejecución de fachadas, D. Tomás Martín, el cual planificó los trabajos en ciclos de 3 niveles y unos plazos de ejecución muy exigentes para molestar lo menos posible a los inquilinos.
Se dispuso de una franja de trabajo hacia el interior del edificio de 1,50 metros donde colocamos un panel acústico y térmico con ventanas para dar luminosidad al interior y que permitiera mantener la actividad, con la menos afectación posible. Rodeando al edificio se instalaron 5 andamios de cremallera y un andamio tradicional dividiendo la acción en 6 módulos en los que poder trabajar casi simultáneamente. Los trasiegos de material tanto de montaje de cerramientos como de evacuación de residuos se han realizado mediante dos montacargas de 1.500 kgs. En total se han gestionado más de 1.000 Tm de cerámicos y fábricas de ladrillo, 365 Tm de vidrio y 205 Tm de metales.
La coordinación diaria en reunión de obra de los tajos y los oficios, la implicación para cumplir con los aspectos de seguridad por encima de la producción y la paciencia de los inquilinos considero que han sido las claves del éxito de la obra.
¿Cuáles son los principales retos a los que os habéis enfrentado en su ejecución?
La novedad en el proceso ha sido el principal reto. Nunca se había ejecutado un trabajo en este orden, pero la confianza que siempre nos ha transmitido D. Tomás ha sido clave para el éxito. En cada reunión de planificación empezaba con el mensaje de que es posible conseguirlo, de que confiaba en los profesionales que había elegido y que “la palabra fracaso no está en su vocabulario. Para atrás ni para coger impulso”.
Los condicionantes climatológicos: trabajar a más de 70 metros de altura con fuertes vientos, el calor de trabajar a la intemperie en verano y frío en invierno, las lluvias al dejar las fachadas sin protección en los cantos de forjados, la falta de medio de elevación tradicional (hemos trabajado con la ayuda de la góndola del edificio) o el constante trasiego de personal de oficina y ocio de la zona han sido circunstancias que suman mérito al éxito de la ejecución de la obra sin incidencias destacables ni accidentes en la ejecución. Como dato relevante, hemos estado trabajando simultáneamente en la ejecución del proyecto más de 140 operarios y 12 técnicos durante más de un año.
- ¿Qué importancia tiene la innovación para el Grupo?
Mucha. Nos tenemos que dar cuenta que el sector evoluciona y si no te renuevas, innovas o te modernizas dejas de ser competitivo, lo que te saca del mercado. La mano de obra escasea, los procesos cada vez se tecnifican más, y la gestión documental es casi tan importante como la ejecución material.
La incorporación de herramienta eléctrica para reducir emisiones, los avances ergonómicos para facilitar la tarea de los operarios, la elaboración de procedimientos para eficiencia de las tareas, la separación en origen para una correcta gestión de los residuos o la digitalización y gestión de toda la documentación necesaria para empezar, trabajar y cerrar una obra son una constante necesidad para conseguir mantenerte en el mercado.
¿Cuál dirías que es la mayor evolución que están experimentando las obras de demolición?
La profesionalidad y la variedad de técnicas que podemos ofrecer a nuestros clientes para ejecutar un mismo trabajo. Desde los aspectos más técnicos usando herramientas de corte con diamante para eliminar la transmisión de vibraciones o seccionar elementos muy concretos, como las cizallas sobre maquinaria que reducen drásticamente la sonoridad y la repercusión en colindantes, las herramientas de mano eléctricas sustituyendo al eterno compresor para reducir carga, ruido y emisiones, la gestión de los residuos olvidando el todo en uno o el vertido masivo incontrolado de años atrás. Por otro lado, la formación de nuestros empleados tanto en los cursos genéricos que ofrecen la Fundación Laboral de la Construcción como las propias empresas con formación más específica o la que nos ofrecen las marcas cuando invertimos en maquinaria hasta la destacable acción que desde hace unos años realiza AEDED con foros, cursos on line, webinar, publicaciones, etc.
Yo estoy en el sector desde 1998 y la evolución ha sido tremenda, pero estoy seguro de que de hoy al día en que de paso a la siguiente generación se va a avanzar muchísimo más.
¿Qué supone para la compañía la consecución de este Premio Potencia?
Sobre todo, un reconocimiento al trabajo de nuestros empleados que son los verdaderos protagonistas de Anka. Yo siempre digo que soy doctor porque intento solucionar a nuestros clientes el dolor de cabeza que supone una obra, y que los demoledores son los excelentes trabajadores que tiene Anka, que son los que de verdad hacen que ese dolor de cabeza sea el gozar de la deconstrucción de la obra.
Para nosotros es muy gratificante seguir contando con trabajadores que empezaron a levantar nuestra empresa familiar allá por 1987, cuando mi padre Celso Anka se reunió con mis tíos Paco, Alfonso y Plácido y le propusieron entrar en un mercado emergente en ese momento. Ellos trabajaban hace años en el sector y veían a mi padre como el gestor necesario para complementar sus ambiciones de dejar el pico por la organización de equipos y tener su nombre en los carteles de las obras.
Competir sanamente a diario con empresas tan distinguidas del sector de la demolición como las que actualmente hay en España, que son referencia europea como lo demuestra la presencia habitual en los foros y ponencias relevantes, y recibir un año más el reconocimiento del experto jurado que falla este premio nos da fuerzas e ilusión para pensar que estamos en ese mismo nivel que marcan el resto de las compañías.
¿Qué destacarías de la ceremonia de los Premios Potencia de este año?
El gran poder de convocatoria que demostráis cada año, el gran elenco de empresas y patrocinios que hacen de esta gala referencia del sector, el entorno que se genera de coworking ya que llegas a un ambiente relajado, fuera del estrés de obra diario y te juntas con esos otros profesionales con los que departir, charlar o incluso acordar las siguientes colaboraciones que juntos se pueden abordar.
Afortunadamente he acudido a muchas ceremonias de los Premios que organizáis y año tras año os superáis, más aún con las dificultades que habéis sufrido por la pandemia y las crisis que como a todos nos han azotado.
¿Cómo está siendo 2023 para el Grupo Anka?
Pues afortunadamente de bueno a muy bueno, y me explico. Cuando se presentan todos los elementos para que se forme la tormenta perfecta (pandemia, guerra, inflación, elecciones, etc.), llega el resultado del primer semestre y ves un crecimiento de más de 17% sobre un año 2022 magnífico y recibes el Premio Potencia sólo puedes sentirte afortunado.
De cualquier modo, esperamos que este segundo semestre consolidemos esos datos y podamos afrontar el 2024 con mucha menos incertidumbre, pero el mismo espíritu.
¿Cuáles son los principales proyectos en los que estáis trabajando?
Como acabado de indicar está siendo un gran año y tenemos en activo 19 proyectos en Madrid, 2 en Guadalajara y estamos en la fase final de una gran obra en Málaga, la cual, si nos la adjudican, adelanto que será nuestra candidata al XVIII Premio Potencia 2024.
Nuestro principal objetivo no es tanto la consecución de obras sino el seguir implantando un sello propio que nos dé un valor diferenciador sobre nuestra competencia. Hace unos años empezamos a ver la posibilidad de dar un paso más para ampliar el abanico de clientes haciendo una campaña de difusión a promotores, arquitectos y projects managements, lo que nos ha llevado a que en menos de 5 años estos sean ya el 38% de nuestro volumen de obra. Esto implica una acción más directa sobre la obra, una mayor responsabilidad y un mayor contacto con la toma de decisiones en fase de proyecto. Esto nos permite la posibilidad de ofrecer a los técnicos, para siguientes licitaciones, que las demoliciones sean un elemento aislado del resto de ejecución de la obra, permitiéndoles adelantar los plazos de licencia y ejecución, eliminar los costes de intermediación, focalizar sus ideas en la creación del nuevo proyecto sin distracciones en una actividad la mayoría de las veces desconocida e incómoda y dignificar un sector como el de la demolición tan bello, al menos para mí.
Cambio de fachada en sentido descendente en un edificio de oficinas
El proyecto consistía en la ejecución de una serie de obras de conservación y la reconfiguración de la fachada de un edificio de oficinas situado en la calle Rosario Pino de Madrid, con la finalidad de mejorar el comportamiento bioclimático. En paralelo, se ejecutarán una serie de trabajos directamente ligados a los anteriores que servirán como medios auxiliares, como elementos de instalaciones del edificio y como elementos de mantenimiento futuros.
El edificio objeto de las obras se construyó en el año 1978. Se trata de una torre de 18 plantas de oficinas con un cuerpo adosado en planta baja y primera y dos plantas de instalaciones en cubierta. En planta baja tiene asociados locales utilizados en la actualidad para restauración, así como el vestíbulo de entrada de las oficinas. Todo ello ordenado en una plaza de grandes dimensiones.
El trabajo de Anka Demoliciones ha conllevado el desmontaje de la fachada en sentido descendente, con inquilinos trabajando y tránsito en la plaza a cota de calle. Asimismo, se han llevado a cabo trabajos de remodelación de distribución e instalaciones para ajustar a nueva la fachada. Entre las acciones llevadas a cabo se encuentra el desmontaje de escalera de emergencia, coordinado con la instalación de nuevos anclajes.
La ejecución de las obras, que han tenido una duración de 11 meses, ha contado con puntas de trabajo de 120 operarios de demolición, 12 montadores de andamios motorizados, 9 montadores de andamio y 11 colocadores de panel sándwich para aislamiento de interior.