Descarbonización y digitalización: una movilidad más sostenible para todos

Todos sabemos que nuestro modelo actual de movilidad y transporte representa unos costes muy altos para la sociedad, no solo en lo que a las emisiones de efecto invernadero que acrecientan el cambio climático se refiere, sino también a la liberación de cantidades preocupantes de contaminantes en la atmósfera, promoviendo alteraciones de flora y fauna local, deforestación, accidentes de tráfico, ruidos y atascos que impactan directamente en la salud de la población.

Una de las guías fundamentales por las que todos deberíamos guiarnos es la que se ha establecido con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible u Objetivos Globales). Para aquellos que no estén familiarizados con estos propósitos, se trata de 17 objetivos globales interconectados entre sí, que se diseñaron para promover un “plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”. Los ODS fueron establecidos en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y se pretende alcanzarlos para 2030.

Alvic dispone de una amplia gama de terminales de carga eléctrica de alta potencia, integrados en los sistemas Front Office y Back Office de Alvic. Imagen: Alvic

Por lo que, si lo que se busca es lograr afrontar estos cambios y transformar el sector del transporte de una vez por todas hacia un modelo más sostenible, y las metas de esta Agenda buscan lograr esto para el año 2030, por supuesto que el uso de la tecnología y la innovación ocuparán un rol fundamental en este cambio.

El sector del transporte en la Unión Europea posee una gran importancia, ya que contribuye aproximadamente al 5% del PIB y da empleo a más de 10 millones de personas en toda Europa. Ahora bien, si nos enfocamos a nivel nacional, en España, la cifra que representa es de alrededor del 8% del PIB, y eso significa casi 2 millones de puestos de trabajo, sin dejar de lado el hecho de que el sector del transporte también actúa de manera muy interconectada con otras industrias y sectores, por lo que es fácil de interpretar el motivo de la gran importancia que reside en el tratamiento de este ecosistema.

Para ayudar al sector en esta transformación y acercarnos a cumplir con las exigencias establecidas por las normativas que buscan la neutralidad climática del Pacto Verde Europeo en los países de la Unión Europea, son muchas las ayudas derivadas de las políticas públicas que promueven la fabricación y la compra de vehículos de energías limpias, la micromovilidad sostenible (bicicletas, bicicletas públicas, patinetes eléctricos, zonas de aparcamiento, plataformas de Sharing, etc.), la inversión en infraestructuras para la movilidad sostenible y el desarrollo de alianzas entre actores.

Por lo tanto, en todo este desarrollo y evolución hacia una movilidad más sostenible, las empresas y el Estado tendrán un papel fundamental y se podrán encontrar multitud de oportunidades de negocio.

Los terminales autoservicio Flash Pay y Vertex de Alvic permiten la automatización del punto de carga y ofrecen múltiples formas de pago. Imagen: Alvic

El sector del transporte se encuentra ante una etapa de grandes desafíos que nacen de la necesidad de descarbonizar la economía, fomentando la conectividad, las cadenas logísticas intermodales, poco a poco fomentar más la “desglobalización” y para que todo esto sea posible será necesario aplicar la digitalización en los avances tecnológicos.

Como resultado de todos estos movimientos, ya se están observando algunas innovaciones y tendencias que marcarán el futuro del sector:

Movilidad descarbonizada para cumplir con el objetivo de la neutralidad.

Esta tendencia se caracteriza por fomentar los combustibles alternativos que reduzcan las emisiones de carbono, restringir la circulación de vehículos contaminantes dentro de las ciudades y fomentar la renovación de las flotas de vehículos más limpios y eficientes para el transporte privado, colectivo y de mercancías.

Conectividad y automatización del transporte.

Como en todos los sectores, la conectividad y la automatización juegan un papel fundamental en el transporte. Estos avances en los vehículos nos proporcionan multitud de ventajas: optimizar la circulación con las aplicaciones que nos indican la mejor ruta para reducir el tiempo en carretera, evitar atascos y accidentes de tráfico, localizar aparcamientos disponibles o incluso controlar el vehículo de forma remota. El transporte público y compartido está viviendo en primera persona un cambio hacia la conectividad y la automatización cada día más notable.

Modelos alternativos de movilidad.

Bicicletas, vehículos de movilidad personal (VMP), transporte público y, sobre todo, la movilidad compartida como alternativa al vehículo privado han proliferado en los últimos años, y la tendencia es que se afiancen y aumente su demanda, por lo que las empresas tienen grandes oportunidades de negocio en esta área, no solo a nivel de productos, sino también como operadores, a nivel de software y, por supuesto, de plataformas de servicios.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que más impactan sobre el modelo de movilidad que necesitamos para cumplir con la Agenda 2030 son, sin lugar a dudas:

9 - Industria, innovación e infraestructura.

11 - Ciudades y comunidades sostenibles.

Sin embargo, los (ODS) más trabajados para el sector del transporte a día de hoy, podría decirse que son los siguientes:

5 - Igualdad de género.

7 - Energía accesible y no contaminante

8 - Trabajo decente y crecimiento económico.

13 - Acción por el clima.

Hay que tener en cuenta que una transformación del sector del transporte de esta magnitud, también tendrá un impacto muy directo sobre:

3 - Salud y bienestar.

10 - Reducción de la desigualdad.

Y dará lugar a una mayor cohesión social y garantías de movilidad a colectivos vulnerables.

El uso de la tecnología y la innovación ocuparán un rol fundamental en el cambio y la transformación que buscan los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Imagen: Naciones Unidas.

Hoy en día no existe ningún proceso en el cual no se requiera el uso de tecnología en cualquier de sus etapas, ya sea para detectar, analizar, evaluar, medir, gestionar, informar y corregir. Al mismo tiempo, cualquier actividad, proyecto o desarrollo tiene un impacto medioambiental y cada vez son más las inversiones financieras que incorporan los criterios de sostenibilidad en su evaluación y aprobación.

Si tomamos, por ejemplo, los estudios realizados por la empresa Gartner (Gartner Inc., empresa consultora y de investigación de las tecnologías de la información con sede en Stamford en Estados Unidos), en 2023 más del 80% de las empresas que no dispongan de plataformas digitales para gestionar su estrategia sostenible no cumplirán sus objetivos.

Ya no nos encontramos en las puertas de un cambio de paradigma, sino que hemos puesto el primer pie en el recibidor. Las nuevas generaciones hacen palpable el cambio de prioridades cuando, entre otras decisiones, valoran vivir en la ciudad y no hacer uso de coches privados, se promueve el teletrabajo para evitar desplazamientos innecesarios o, simplemente, a través del simple hecho de reciclar residuos o promover el consumo de productos de cercanía en su día a día.

La digitalización es la palanca de aceleración y éxito con la que activar una nueva manera de entender la movilidad. Imagen: Canva

La Movilidad como Servicio (MaaS, por sus siglas en inglés), es un marketplace que abrirá muchos de los nuevos servicios de movilidad responsable. Imagen: Canva

Son muchas las Administraciones (ayuntamientos, comunidades autónomas y Gobierno) que se necesitan en estrecha colaboración para que el servicio público que se ofrece pueda convertirse realmente en una alternativa para el cambio modal que necesita la movilidad sostenible. En este camino, la colaboración público-privada es imprescindible para incorporar nuevas ofertas de movilidad, de manera que el usuario sea capaz de aprovechar las diferentes ventajas que existen, según su necesidad y patrón de uso diario.

Un escenario como este da lugar a una retroalimentación continua, creando un círculo virtuoso que impulse la multimodalidad y la capacidad de escoger del consumidor. Nadie se queda afuera.

En ALVIC, una de las virtudes que nos distinguen del mercado, es que nos hemos enfocado principalmente en la capacidad de ofrecer, no solo una plataforma sólida de gestión y explotación de estaciones de servicio durante los últimos 36 años, sino que también hemos sido capaces de desplegar e integrar infraestructura de recarga en diferentes escenarios, permitiendo así una unión de modelos de negocio y gestión completo.
Este ha sido sin lugar a duda uno de los pasos más importantes en el sector, y nos ha dado la oportunidad de convertirnos en una de las herramientas fundamentales para facilitar este cambio de modelo de Movilidad Sostenible como Servicio.

El futuro de la movilidad ya está aquí, los objetivos están definidos y la tecnología lo está haciendo posible: el ciudadano en el centro es nuestro modelo.

Los retos que plantea la movilidad sostenible en las ciudades del siglo XXI son muchos y simultáneos: descarbonización, electrificación, automatización, teletrabajo, conectividad de infraestructuras de movilidad, vehículo conectado, etc.

El diseño e implementación de nuevos modelos de movilidad a gran escala es algo complejo y requiere de una nueva manera de aproximarse y avanzar. Así como las tecnologías, servicios y proyectos necesarios para llevarlos a cabo sufrirán grandes cambios, también lo harán, en diferentes niveles, las inversiones que se necesitan para conseguir implantar estrategias ambiciosas de movilidad.

En este escenario de inestabilidad global y de urgencia climática, los fondos europeos van a ser imprescindibles para lograr apalancarse en este momento y lograr dar un salto cualitativo en el momento más crítico, que es tan necesario. Es menester un impulso real de liquidez hacia los diferentes países miembros y, por consecuencia, a las diferentes CCAA, en programas de digitalización, reducción de emisiones y en negociación sectorial, para que la financiación de proyectos se articule de manera ágil y sin tantas trabas burocráticas.

Entre todas las claras ventajas que acarrea la digitalización de la movilidad, cabe destacar que algunas de las derivadas más interesantes son: la posibilidad de planificar viajes a través de apps de móvil; la automatización de pagos para diferentes suministros (carburantes, eléctricos, etc); permitir diferentes mecanismos de pago digitales (QR’s, códigos de promoción, tarjetas de fidelización de clientes, pagos por NFC/Contactless, uso de beacons de localizacion, TPV, etc); y, de esta manera, convertir el transporte en una alternativa no sólo menos contaminante, sino más rápida y fiable para todo tipo de viajeros.

De la misma manera que poco a poco todos hemos ido dejando de lado el uso de los SMS y hemos comenzado a utilizar cada vez más plataformas de mensajería como WhatsApp para comunicarnos, por las claras ventajas que nos ofrecían como usuarios, en lo que a movilidad se refiere sucederá lo mismo.

No es una cuestión de qué tipo de transporte prevalecerá por encima de otro, pero sí será una cuestión de cómo de bien estén interconectados todos estos servicios. Ahí se encuentra la clave de esta nueva etapa que estamos viviendo como sociedad. Servicios que nos permitan movernos de una manera cada vez más fácil, eficiente, rápida, intuitiva y, de seguro, cada vez más digital. Quien sea capaz de interconectar todos estos nodos, y lo logre hacer de manera tal que simplifique el día a día, no solo de los empresarios, sino que también de los usuarios finales, será quien dicte el ritmo del mercado.

La movilidad necesita soluciones digitales que aporten cierta “inteligencia”, sin entrar en el típico cliché del uso de esa palabra que últimamente está tan de moda y es usada con tanta facilidad. Hablamos de adquisición y procesamientos de datos en tiempo real, de soluciones Cloud Based, de analítica descriptiva de procesos, inteligencia artificial, Industria 4.0 con IoT como su piedra angular, y sobre todo con la optimización de todos y cada uno de los nodos que se encuentran involucrados en una cadena de suministro tan ambiciosa como la que intentamos doblegar.

El potencial que representa hacer todo esto tangible, asegurando la cobertura y conectividad total del territorio, integrando todos los medios de transporte, ofreciendo modelos flexibles de tarifas y métodos de pago, hará que la digitalización sea un paso imprescindible y de seguro irrevocable.

En lo que a la “fórmula” para avanzar hacia la movilidad más limpia se refiere, indefectiblemente será una combinación de diferentes pilares:

a) En primer lugar, y en cierta manera uno de los puntos más importantes en toda esta dinámica, será la actualización de flotas con vehículos eléctricos e híbridos. (Reducir al máximo todos los focos de emisiones de CO₂).

b) Por otro lado, es fundamental la consolidación y promoción del uso de transporte público y/o compartido. (Lograr que las emisiones de CO₂ per cápita emitidas sean aún menores, optimizando la cantidad de personas que se transportan por viaje teniendo en cuenta el mix energético utilizado para la generación de dicha energía).

c) Y, por encima de los dos puntos previamente mencionados, se podría decir que es más que imprescindible dar especial importancia a la micromovilidad personal. (Donde ya no solo el impacto medioambiental será ampliamente mitigado, sino que es y será una contribución clave para la salud pública en todos sus aspectos).

La digitalización es el medio con el que conseguir un resultado así de ambicioso: es la palanca de aceleración y éxito con la que activar una nueva manera de entender la movilidad. Reconducir este cambio modal y hacer que el ciudadano elija la mejor manera de combinar el uso de vehículos privados, transporte público y movilidad personal de manera sostenible sólo es posible si las ventajas y facilidades son obvias y tangibles.

En la fase de avance donde nos encontramos hoy en día en nuestra sociedad, debemos hacernos responsables de diseñar y promover estrategias que fomenten el uso de la movilidad como un servicio de primera necesidad, y que realmente se aporte un valor añadido, permitiendo así que esta inclusión de nuevos conceptos sea tan sencilla y orgánica, que sea difícil poder decir cuando se incorporaron al modelo con el que tanto nos hemos acostumbrado a vivir.