La revista en el maletín
19 de julio de 2010
A principios de los sesenta cayó en mis manos un ejemplar de la revista Kunststoffe. En aquellos años era gerente de una pequeña empresa en los alrededores de Frankfurt que nada tenía que ver con el plástico. Ya en aquel entonces era una persona inquieta y lo que vi y leí en ese ejemplar me abrió los ojos a otro mundo. Un mundo nuevo, que no me dejó indiferente. Es más, me fascinó.
Semanas más tarde leí en Kunststoffe que un importante fabricante de máquinas de inyección se encontraba en plena expansión y buscaba representantes, entre otros, para España. No lo dudé un momento. Me puse en contacto. La entrevista fue bien. Debía decidir dejarlo todo, incluso mi familia, para iniciar la aventura empresarial en España.
Cogí mis pocos ahorros, cuatro catálogos de las máquinas de inyección y, por supuesto, una Kunsstoffe, que viajaba junto a los prospectos en mi maletín y salí hacia la Península.
Hospedado en una pensión, lejos de mi familia, visitaba a diario empresas del sector. Se agotaba el tiempo y se acababan los ahorros. Debía volver. Pero en el último momento, mis esfuerzos se vieron compensados con un importante pedido. Llamé a mi familia y nos instalamos en España.
Esta historia ocurrió ahora hace casi 50 años. Kunststoffe y luego Plásticos Universales durante todos estos años.
Yo ya estoy retirado desde hace algunos años, pero mis hijos, que forman la segunda generación, siguen en el mercado colaborando con Plásticos Universales. Una colaboración, que se ha traducido en amistad y una excelente relación con Ibon Linacisoro y todo su equipo.