Los trapos sucios ya no se limpian en casa
29 de julio de 2009
Porque aquí no estamos hablando de restos textiles de un solo uso, aquellos que acaban en la basura junto con los aceites y demás agentes contaminantes, sin control. No, estamos hablando de paños cuidadosamente pensados, diseñados y elaborados con diferentes funcionalidades para satisfacer las necesidades de limpieza de la industria en general.
Christian Ehrentraut, director general de Mewa en España, nos lo resume: “el objetivo del servicio de Mewa es sustituir todos los paños de un solo uso por paños reutilizables, hasta 35-37 veces, a fin de reducir los residuos y, además, evitar el uso de materiales y trapos inadecuados como restos textiles y papel. La idea es trasladar el proceso doméstico al ámbito industrial”.
El proceso es simple: se recoge el material del cliente, se procede al lavado, en sistema de cascada, luego se pasa al secado industrial y, posteriormente, al control de calidad en tres etapas (primero a simple vista, luego un control de metales y finalmente el control del peso para garantizar paños de, como mínimo 32 gramos de peso partiendo de los 45 gramos iniciales. Se considera que con unos 32 gramos todavía pueden absorber dos veces su peso).
Y el proceso para la ropa laboral es similar, añadiendo la reparación o cambio (costura) de elementos dañados (como botones, cremalleras, etc.) y el planchado.
Porque la línea de negocio Mewa comprende desde paños reutilizables hasta prendas de trabajo, protección de suelos, servicio de lavandería y ropa de negocio, todo ello en forma de ‘prestación de servicio’, además de un servicio de venta de artículos complementarios de protección laboral.
Un paño para cada necesidad
Mewa cuenta con diferentes líneas de producto en función del trabajo a realizar, productos, piezas a limpiar (vidrio, pantallas, etc.) y cada tipo de paño se identifica con diferentes colores. Así:
- Azul es para trabajos muy sucios, con materias primas y empresas cuya maquinaria desprende virutas.
- Rojo está pensado para el sector de la automoción
- Verde (el más utilizado, en un 60%), para trabajos de impresión
Y estos colores están disponibles en cada una de las categorías de producto: Mewatex (fuerte, para todas las situaciones, realizado 40% algodón y 30% hilo sintético), Mewatex Plus (eficaz en los trabajos delicados, con muy poca pelusa), Ultra (suave, con un algodón especialmente tratado y sin pelusa) y Protex (100% hilo sintético, ultrafino, especialmente indicado para la industria gráfica, pantallas LCD, etc.).
Esta diferenciación de color, mediante bandas entretejidas, permite luego lavar los paños por separado.
Además, cuenta con un sistema logístico propio, con contenedores de diferentes colores según el tipo de producto limpiado con los paños, dividiéndolos así en función del tipo de suciedad. Por ejemplo, los contenedores negros con para paños con características antiestáticas. Los contenedores Mewa han sido también diseñados para la recogida, almacenaje y transporte de estos paños: con ruedas, es apilable y está homologado según las normativas europeas para el transporte de mercancías peligrosas. La tapa, de cierre hermético, con su color correspondiente, es parte del sistema de clasificación.
El servicio Mewa se dirige tanto a la industria como el comercio, la manufactura, las fábricas, la hostelería y las instituciones públicas e incluye tanto la confección, el suministro, la recogida y el cuidado de los productos textiles, como su mantenimiento y sustitución en el caso de deterioro.
De éstos, el sector de la automoción supone un 40% que se reparte entre proveedores de piezas, fabricantes de componentes, etc., y desde empresas de 3 trabajadores hasta grandes multinacionales. El lema de Mewa es que en una empresa con 3 trabajadores ya sale a cuenta.
En España, donde llevan 10 años en Barcelona y 5 en Madrid, están presentes de momento en el segmento de los paños. El tema de la ropa laboral está en preparación. Actualmente cuentan con una planta de limpieza en el sur de Francia, que da cobertura hoy día a todos los clientes de España. Implantar una planta de este tipo supone toda una serie de inversiones y requisitos legales que se debe justificar con la facturación, con lo que no se descarta en un futuro si las cifras lo aprueban. El objetivo de Mewa es un crecimiento lento y continuo.
101 años a sus espaldas...
Un servicio completo para productos textiles, éste es el ámbito de negocios de la Mewa Textil-Service AG & Co., Rodgau, y lo lleva realizando desde 1908 cuando se fundó en Sajonia. Desde hace 33 años la empresa, instalada en Rodgau, equipa con tejidos para la industria a empresas en Hesse, Renania-Palatinado, Baden-Württemberg y Baviera.
Pero la trayectoria de esta compañía es también la historia de una idea - cómo llevar al mundo industrial lo que cada día hace la gente en su casa (lavar los trapos y reutilizarlos) – y de la superación de los retos que se han presentado en todos estos años.
En 1908, con la producción industrial en pleno crecimiento y Alemania a la cabeza del progreso en la industria del hierro y del acero, la ingeniería ‘made in Germany’ está a punto de conquistar el mercado. Es entonces cuando a Hermann Gebauer, empresario en Ostritz-Alstadt, Sajonia, se le ocurre entonces una sencilla, pero genial, idea empresarial: paños de limpieza para limpiar máquinas, ofreciendo un servicio completo. Así, funda la compañía Mechanische Weberei Altstadt, abreviado: Mewa. Pocos años más tarde, la joven empresa cuenta en su lista de clientes con compañías como Siemens, AEG y Bayer. 101 años más tarde, a partir del sistema de limpieza ‘tejer, lavar y sustituir’ de la empresa sajona de veinte empleados se ha desarrollado un complejo grupo de gestión textil para fábricas y empresas del ámbito industrial. 3.900 empleados trabajan para el grupo Mewa en 41 emplazamientos, abasteciendo a más de 135.000 empresas en doce países europeos.
Hoy día, a la cabeza de la junta directiva se encuentran la nieta del fundador, Gabriele Gebauder, y su marido, Rolf Beisse. Cuando se hicieron cargo de la dirección de la empresa en 1980, determinaron como objetivo conseguir que el grupo Mewa se convirtiese en líder en materia de calidad del segmento de servicios textiles. Sus esfuerzos tuvieron éxito. En 1992 Mewa fue la primera empresa del ramo en introducir la gestión de calidad basada en el certificado de calidad ISO 9001 y consiguió –y también en esto fue la primera empresa del ramo– el certificado ecológico de conformidad con la norma internacional ISO 14001. El grupo empresarial se caracteriza por una ideología, un planteamiento y una conducta sostenibles y consecuentes en el ámbito ecológico que contribuyen a estos éxitos económicos. En 2008 Mewa invirtió alrededor de 2,7 millones de euros en innovación empresarial, incluyendo técnicas de protección del medio ambiente.
Tras sus primeros años de crecimiento y consolidación, en 1976 Mewa trasladaba su emplazamiento en Hesse de Neu-Isenburg a Jügesheim, cuando el parque industrial no era más que un prado verde. Sobre los 12.000 metros cuadrados de superficie se construyó la empresa de servicios textiles más moderna de la época. Las técnicas de los procedimientos utilizados y las técnicas medioambientales cumplían con los estándares más exigentes. Por ejemplo, la nueva empresa poseía una de las plantas de tratamiento de aguas residuales más eficientes de todo el ramo. En 1990 se incrementa la necesidad de ropa de trabajo en las empresas y, con ello, los pedidos a Mewa. El grupo empresarial aumenta pues la capacidad de producción de ropa de trabajo y Rodgau abre una segunda fábrica dedicada a la ropa de trabajo. Finalmente, en 2002 realizan los trabajos de modernización y ampliación del conjunto de la empresa en Rodgau. Se abren nuevas plantas para las tecnologías de primera transformación y medio ambientales dentro del ámbito de los paños de limpieza, con el objetivo de continuar aumentando el ahorro en energías primarias y agua limpia. En el ámbito de ropa de trabajo prosiguen los procesos de automatización y la dotación con una nueva generación de máquinas de acabado.
Precisamente esta instalación de Rodgau fue la que nos invitaron a conocer, acompañados de Hans-Willi Giede, director técnico de la planta. Con algo más de 290 empleados fijos actualmente, reciben hasta 12 millones de paños Mewatex mensuales. Si bien es una de las plantas más antiguas de las que todavía están en funcionamiento, Giede destaca que la actualización de la tecnología es una constante en la empresa.
Con un sistema de lavado respetuoso
El sistema Mewa permite a la empresa ofrecer el proceso completo y global del servicio porque además del sistema de lavado de las prendas y los paños, también cuentan con todo el proceso de recuperación y tratamiento de las aguas residuales, a fin de reducir el impacto en el medio ambiente.
Pero como el objetivo es reducir al mínimo la cantidad de agua, de detergentes y de energía, es decir, lograr la máxima eficacia con el menor impacto ambiental, para el lavado utilizan sólo agua a 90 °C y jabón biodegradable. Sin lejías ni otros productos químicos.
De hecho, el ahorro de agua y energía es uno de los pilares de la empresa. Mewa, gracias a sus propios desarrollos técnicos en el tratamiento de aguas residuales y de gases nocivos, ha contribuido a mejorar continuamente el estado de la técnica y así lo explica Ulrich Schmidt, director del departamento de Técnica y Producción del grupo: “Trabajamos intensamente para poder conseguir el mejor de los resultados protegiendo los recursos de la mejor manera posible, es decir, empleando la menor cantidad de energía, agua o detergentes”. Y con éxito, teniendo en cuenta además el importante volumen de trabajo que asume: 804 millones de paños de limpieza anuales, ropa de trabajo para 797.000 personas y 1,4 millones de alfombrillas que Mewa recoge, lava, seca y devuelve limpios a sus clientes. “Los servicios de lavado de nuestras empresas alcanzan alrededor de 290 toneladas al día. Sin embargo, en comparación, Mewa consume mucha menos agua en el lavado que el ámbito doméstico. Gracias a un sistema de reciclaje del agua empleada en el lavado y aclarado, la técnica en cascada, se puede ahorrar hasta un 50% de agua en relación con procesos de lavado tradicionales. Además, en la última vuelta del aclarado se filtra agua todavía aprovechable que será tratada y utilizada en posteriores procesos de lavado”.
Pero también los intercambiadores de calor disminuyen el consumo de energía: recuperando en varias etapas el calor de las lavadoras y secadoras mediante intercambiadores de calor, reducimos notablemente el consumo de energía necesaria para calentar el agua y las instalaciones de la empresa. De esta manera, Mewa ahorra al año considerables cantidades de gasóleo. Y a través del reciclaje de agentes contaminantes extraídos de los procesos de lavado –como aceites que se encuentran en los paños de limpieza– Mewa cubre hasta un 80% de la energía que necesita.
Pero también se preocupa de las aguas residuales...
Hace tiempo que en la empresa se realiza una práctica para transformar el agua sucia, cargada de aceites, grasas, colores y disolventes, en agua con un grado de limpieza del 99,8%. El tratamiento físico-químico previo elimina de las aguas residuales la mayor cantidad de suciedad y de sustancias nocivas. En la fase de limpieza biológica, se descompone la carga de suciedad que se ha disuelto y permanece en el agua a través de bacterias. Gracias a esta optimización continua de las técnicas utilizadas en los procedimientos y para la protección del medio ambiente se reduce constantemente el daño provocado al entorno.
Ya en 1975 se instaló la primera planta de tratamiento de aguas residuales concebida por Mewa. Así, cuando en Alemania creció la preocupación por el medio ambiente, la empresa hacía tiempo ya que había hecho sus deberes. “La inversión destinada al medio ambiente es equivalente a la inversión destinada a la expansión” era el lema de la dirección de la empresa.
Mewa y las artes gráficas
En el sector de las artes gráficas, uno de los principales clientes de Mewa hasta la fecha, han tenido un importante escollo: el tema de las tintas UV, que no son solubles al agua y, por tanto, no se han podido tratar con este sistema...La consecuencia ha sido pues que Mewa no ha podido ofrecer sus servicios para este tipo de máquinas, en lugar de rebajar sus objetivos de calidad medioambiental... sin embargo, el futuro se presenta en positivo: “cada día más las leyes europeas están apostando por la eliminación del uso de estas tintas, así que la jurisdicción nos favorece”.
Externalizar el ‘cuidado’ de la ropa laboral
Si bien en España es un segmento del mercado todavía por desarrollar, que quizá encuentre más reticencias por simple desconocimiento y falta de costumbre, la verdad es que en Alemania es un servicio más de Mewa desde hace años. Para los cerca de 9.200 clientes de los ámbitos del comercio, la manufactura, la industria y las fábricas, la empresa representa una alternativa profesional para la compra de productos textiles con la que ahorrar tiempo. “Nuestros clientes aprecian el buen servicio y la buena calidad de nuestros productos”, explican Jürgen Seidl y Hans-Willi Giede, directores de Mewa en Rodgau. Ya se trate de un taller de coches o de una imprenta, ya sea una empresa que se dedica al metal o un comercio de alimentación, “cada vez nos vamos dando mayor cuenta de lo importante que resulta el servicio para una empresa”, añade Seidl. Las empresas modernas están ocupadas con el núcleo de su negocio. “Y, por lo general, eso no incluye la limpieza de sus paños de limpieza o la ropa de trabajo”.
En la planta de Rodgau esta línea de negocio supone alrededor de unas 270.000 piezas al mes. Pero el proceso de limpieza es seguramente la parte más sencilla. En este caso, la logística, la separación de piezas y la entrega correcta por empresas, tallas y personal es la parte más importante y delicada. “Porque la particularidad de la ropa es que las prendas están mucho más relacionadas con su usuario, es decir, que si un uniforme es de tal persona, está marcada con su nombre y debe volver a su departamento, no es una pieza anónima”, nos explica Giede. “En la ropa laboral se trata de garantizar que se devuelve la misma camisa o el mismo pantalón”. Y para ello han desarrollado un complejo, pero simple a la vez, sistema de colgado de las perchas y trayecto por la planta que asegura esto. Así, cada prenda se identifica con un código de barras y con este sistema de identificación de base informática puede seguirse el recorrido de la prenda a través del proceso de limpieza desde la llegada a la planta hasta su salida para ser entregada. Es posible comprobar en cualquier momento si la prenda está siendo lavada, reparada en el taller de costura, si está siendo reemplazada por otra o preparándose con el equipo de reparto para salir de las instalaciones. Si las empresas así lo desean, la ropa de trabajo puede ser decorada con el nombre del trabajador, con el logo o el nombre de la empresa con su grafía correspondiente.
Por otra parte, la entrega y recogida puntual y el reemplazo de los productos textiles en el momento preciso se dan por supuesto, a la vez que la empresa se ajusta a tiempo y con flexibilidad a los cambios en el personal.
Asimismo, la ropa no sólo tiene que parecer limpia, sino cumplir asimismo condiciones de higiene. Para ello, Mewa trabaja según el sistema RABC (el sistema Risk Analysis and Biocontamination Control) y la correspondiente normativa europea 14065. Es importante poder confiar en que la ropa cumple todas las condiciones de higiene, especialmente para las empresas del ramo de la alimentación.
La compañía Mewa Textil-Service AG & Co., con sede en Wiesbaden, es uno de los distribuidores más importantes en Europa en el sector de servicios textiles. En la actualidad, trabajan para la empresa 3.900 empleados en 41 emplazamientos repartidos entre Alemania, Austria, Italia, Bélgica, Francia, España, Suiza, República Checa, Eslovaquia, Polonia, Países Bajos y Hungría. En 2008, año de su centenario, Mewa alcanzó un volumen de ventas de cerca de 428 millones de euros, de los cuales 38,2 millones corresponden a la planta de Regdau. Estas cifras, comparadas con años anteriores, dan una idea de trayectoria ascendente de la compañía: la facturación en 1965 era de 8 millones, en 1995, 211 millones y, en 2005, 340 millones de euros.