Maestros de almazaras: una fuente de ingresos y valor añadido para la almazara
Formación técnica
Formación mecánica en general
Su carácter creativo debe permitirle actuar no sólo allí donde su profesionalidad se lo permite, sino también coordinar y supervisar cualquier reforma que pueda darse en su almazara, ya que sólo su proyección de futuro le permitirá imaginar la eficacia de esas transformaciones.
Formación mecánica oleícola
Siempre se le van a pedir explicaciones sobre el rendimiento industrial de la almazara, es decir, agotamientos de orujos, kilos de aceituna molturada, litros de aceite en bodega, calidad de los aceites obtenidos, etc. Sus amplios conocimientos respecto al proceso industrial general de la almazara, y los específicos de la maquinaria con la que cuente, tienen que ser lo suficientemente amplios como para responsabilizarse de los resultados finales.
La complejidad técnica de los procesos industriales en los que se basa actualmente la obtención de nuestros aceites de oliva es bastante alta, y abarca una gama muy variada de procesos: recepción, limpieza, lavado, molienda, batido, centrifugación, decantación, etc., cuyo conocimiento específico y eficaz es ya de por sí un objetivo sólo al alcance de unos pocos.
A estos procesos primarios, se le están añadiendo cada vez más otros que inicialmente son para ellos herramientas de ayuda, pero que les obligan a ampliar su formación específica, como por ejemplo la informática, con todo lo que de gestión de datos y control de los procesos aporta. Y hay quien puede pensar que un buen sistema de autocontrol, por eficaz que sea, pueda permitirle prescindir del Maestro: nada de esto funciona sin su plena aceptación, en primer lugar, y sin su posterior plena integración. Repito lo dicho inicialmente, la peor de las almazaras la hace buena un buen Maestro, y la mejor de ellas, con el más sofisticado programa de gestión y autocontrol, es un desastre en manos de un mal Maestro, o en ausencia de éste.
Formación en calidad de los aceites
La apuesta por la calidad no es ya una opción, sino una apuesta segura de futuro, eso sí, sin obsesionarnos por ella, porque de nuevo aquí nuestro Maestro será el que nos pueda evidenciar nuestras posibilidades de obtención de aceites de calidad.
Queremos ofrecer al mundo en general el mejor aceite vegetal comestible, y no sólo por sus grandes propiedades organolépticas sino por los interesantísimos beneficios para nuestra salud que su consumo nos aporta. Todo esto no basta sólo con contarlo, sino que, y es lo más importante, hay que demostrarlo. Pues bien, todo este proceso empieza desde que nuestro Maestro mira el primer porte de aceituna que entra en su almazara.
Formación en recursos económicos
Debe ser un eficaz gestor de recursos económicos, por los muchos beneficios que su buena gestión al respecto puede reportar, unos en conceptos de ahorros y otros por su profesional elección de aquellos elementos mecánicos que conforman una almazara. Si como responsables de una almazara hemos acertado en la elección de nuestro Maestro, lo hemos formado adecuadamente, nos demuestra campaña tras campaña, su profesionalidad, ¿cómo luego no va a entrar a formar parte importante en las elecciones de las diferentes maquinarias de molturación? Su opinión debería ser tomada con la máxima consideración en todos los asuntos y decisiones técnicas y, por supuesto, equilibrada posteriormente con los argumentos económicos de sus directivos. Pero en ningún caso debe ignorarse su participación o minimizarse sus opciones, toda vez que luego le vamos a hacer primer responsable de los resultados industriales.
Sin duda que la partida de gastos de molturación y personal de una almazara es la más importante de su presupuesto y no hay persona que la viva más intensamente cada minuto de cada día del año que el Maestro de la almazara. Imaginad si una adecuada formación en gestión económica no posibilitaría un excelente resultado final económico de la almazara. Es tan vital su intervención en estos aspectos y a la vez, y por desgracia, el escaso protagonismo que aquí se le da, que si algo caracteriza a una buena almazara es el compromiso personal y profesional de su Maestro en estos controles. Desde el personal de patio, el de producción, pasando por los gastos variables de luz y agua, de mantenimiento y hasta todos los productos auxiliares necesarios en el proceso, deberían estar gestionados por nuestro Maestro de almazara, porque es quien los 'vive' minuto a minuto.
Formación básica en recursos humanos
Por último, no quiero acabar este artículo sin señalar lo importante que es para conseguir la adecuada formación de nuestros Maestros la existencia y la pertenencia a grupos de profesionales como Aemoda. Se convierten en verdaderos centros formativos para nuestros Maestros de almazara, y en donde posiblemente mejor se puedan impregnar no ya sólo de oportunidades de mejoras técnicas, sino también de aquellas que pudieran parecernos algo más inalcanzables en un principio, como las humanas y las económicas.
El apoyo por parte de los directivos de las almazaras para que su Maestro pertenezca y se integre en estos grupos es sin ninguna duda una de las mejores opciones formativas que les pueden ofrecer.