La industria valora la situación del sector juguetero y las previsiones para 2022 (Parte 3)

La industria juguetera espera un 2022 previsiblemente mejor que el 2021.

“La sostenibilidad y el deseo de desarrollar productos con un menor impacto ambiental es una prioridad en estos momentos para toda la industria, fruto de una preocupación creciente del consumidor, que ya venía percibiéndose en mercados internacionales, y que ya se palpa también en España. Por otra parte, la dimensión social de los juguetes y su valor educativo como herramienta para construir un futuro mejor también son aspectos fundamentales. No obstante, sigue siendo necesario reforzar la imagen del juguete en España y poner en valor la riqueza del juego en el desarrollo de las habilidades y capacidades de la infancia”.

“Estamos ante un consumidor (niñ@) perfectamente informado y que sabe lo que quiere. De ahí que sea también muy exigente. Además, si algo le ha convencido y le gusta, suele ser muy persistente hasta conseguirlo. En el caso de los padres, también tienen acceso a mucha información acerca de un producto, por lo que generalmente suelen informarse bien antes de adquirir un juguete. Buscan la comodidad a la hora de realizar sus compras, miran precio, pero también valoran la calidad y los aspectos de sostenibilidad y seguridad que hay asociados al juguete. Se valora más el tiempo de ocio en familia y los valores relacionados con la naturaleza y el respeto al medio ambiente. Además, como siempre, tendrán más demandan aquellos que llevan asociados componentes tecnológicos y las modas televisivas o cinematográficas”.

“La situación actual es compleja dada la incertidumbre que hay en el mercado, ya que el consumo está muy estancado. El principal desafío que amenaza al sector es la subida constante en los precios de la materia prima, lo cual repercutirá en los precios finales de los productos. En la sociedad actual, nos encontramos que los hábitos de consumo son impredecibles y las modas cambian continuamente. Aunque el e-commerce creció exponencialmente en 2020, las tiendas físicas van a tener una mayor presencia, ya que los consumidores ya pueden acceder a las mismas sin limitaciones”.

“Al igual que en la mayoría de los sectores, la situación social y económica derivada de la pandemia sigue creando incertidumbre en el sector juguetero. Dicho esto, hay que resaltar que, aunque no hay un horizonte del final de la pandemia claro, lo que sí que se constata es que lo peor ya ha pasado. Creemos que el problema en el transporte marítimo no empezará a resolverse hasta la segunda mitad de 2022. La escasez de equipos y los altos precios marcarán el final de 2021 y el principio de 2022. A nivel productivo, reforzaremos más si cabe nuestra apuesta por la producción propia y local. Los juguetes con consciencia social jugarán un papel muy importante en las tendencias de los próximos años”.

“El principal desafío para el sector juguetero es el incremento de costes tanto en las materias primas como en el transporte, porque habrá que incrementar el precio y ver la manera cómo el cliente final lo asume, para no perder ventas. Confiamos en que la compra de juguetes y juegos se recupere y volvamos a valorarlos como se merecen, disminuyendo las horas que se pasan delante de las pantallas, que aportan cosas positivas, pero siempre con moderación y con control del tiempo. La clave es hacer imagen de marca, cuidando mucho la calidad e ir mejorando ese reconocimiento a un producto de fabricación nacional y de máxima calidad, innovando constantemente en diseño”.

“El sector juguetero se encuentra afrontando una situación insólita que le obliga a replantearse años de patrones comerciales. La pandemia no solo ha trastocado los hábitos de compra de los consumidores, sino que ha tenido un gran impacto en toda la cadena de creación, fabricación y abastecimiento. Los procesos de fabricación se han tenido que adaptar a las nuevas exigencias, debiendo revisar protocolos de seguridad, reduciendo el personal por metro cuadrado, incrementando material de protección, …, lo que ha llevado a un encarecimiento del producto final y una reducción de la capacidad de producción. Adicionalmente, los cargos de transporte se han incrementado de una forma excepcional e inasumible por lo que, a estas alturas del año, muchos minoristas no están seguros de si van a tener los pedidos que tienen confirmados desde hace meses. Ello obliga a tener planes alternativos de reacción y abandonar la rigidez de la oferta encasillada única y exclusivamente por publicidad”.

“El juguetero es uno de los que, dentro de esta situación, no ha salido tan mal como otros sectores. Creo que las empresas han sabido adaptarse tanto el retail como los fabricantes y distribuidores. Nosotros, en concreto, hemos planificado unas compras muy avanzadas para poder así tener mercancía para la Campaña de Navidad. Los aspectos que buscan nuestros consumidores son productos atractivos, con un gran valor de juego, pedagógicos y con componentes ABJ (Aprendizaje Basado en Juegos) para divertirse aprendiendo jugando para intentar mitigar la gran conexión de la sociedad a las pantallas. Actualmente, existe la tendencia de que el cliente busca más informarse sobre el producto, valorando que no solo juegue con él, sino que aparte sea atractivo, didáctico y eco-friendly”.

“Tras la problemática del transporte marítimo, es necesario buscar nuevas alternativas de fabricación con otros países de producción. Las tendencias del sector juguetero van dirigidas hacía un juguete más educativo y aquellos artículos más sostenibles ecológicamente, debido a la mentalidad de los consumidores mayor preservación del medio ambiente. Después de un 2020 en el que el e-commerce creció exponencialmente, creemos que este año crecerá más lentamente, con el retorno a las compras en las tiendas físicas”.

“Actualmente el sector juguetero se encuentra de nuevo en un momento de crecimiento. Para este Black Friday y Navidad tenemos previsión de que se va a estar a la altura del año 2019. A nivel de tendencias, el consumidor cada vez es más exigente y busca juguetes que no solo entretengan, sino que tengan características educativas para que los niños se desarrollen con el mismo. Siempre sin perder de vista tampoco las características ecológicas y de sostenibilidad. El mercado ya es sostenible y los juguetes que no cumplan con todos los requerimientos sabemos que más temprano que tarde el mercado les va a cerrar las puertas”.

“La situación del mercado juguetero, después de un año y medio de pandemia, sigue siendo bastante complicado. Las continuas restricciones y dificultades para poder vender físicamente parece que se van a estabilizar, sin embargo, nos encontramos con nuevos problemas en la logística, costes de producción y de transporte, que hacen difícil una planificación. Se ha trabajado, y creo que bien, en informar de que el juguete debe ser considerado como bien de primera necesidad. Otro punto a tener en cuenta, en mi opinión, sería reforzar la idea de que el sector juguetero ofrece productos para muchas más franjas de edad que la de los niños”.

“Ahora mismo tenemos que trabajar mucho para poder llegar a los niveles de ventas que teníamos en el año 2019. La evolución va poco a poco, ya que nuestro cliente potencial (los niñ@s) ha sido uno de los perfiles más castigados a causa de la pandemia, sin cumpleaños, parques, tiempo con los amigos, etc. El principal desafío es seguir trabajando en el concepto de innovación, haciendo más hincapié en proporcionar más información y publicidad en las redes sociales. Creemos que los niños serán más exigentes y buscarán juguetes coleccionables, mientras las niñas se fijan en detalles más pequeños, que incluyan algo de fantasía. Además, cada vez buscan más el juguete vinculado con las nuevas tecnologías”.