Indra probará la conducción autónoma en carreteras de Lisboa, Madrid y ParÍs
Indra, una de las principales empresas globales de consultoría y tecnología, lidera uno de los primeros proyectos —Autocits— que probarán la conducción autónoma en las carreteras europeas, en concreto en las áreas metropolitanas de Lisboa, Madrid y París, las tres ciudades más grandes del llamado Corredor Atlántico, formado por vías consideradas prioritarias para el desarrollo de la infraestructura de transporte europea.
La Dirección General de Tráfico (DGT), la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la Autoridad Nacional de Segurança Rodoviária (ANSR), la Universidad de Coimbra (UC), el Instituto Pedro Nunes (IPN) e Inventeurs du Monde Numérique (INRIA) completan el consorcio del proyecto de I+D+i Autocits, liderado por Indra, y que que cuenta con un presupuesto de 2,6 millones de euros y financiación del programa europeo CEF (Conecting Europe Facility).
Autocits pretende facilitar la circulación de los vehículos autónomos en los nodos urbanos mediante el desarrollo de los servicios inteligentes de transporte basados en sistemas cooperativos (C-ITS), que permiten la comunicación y el intercambio seguro de datos entre vehículos, usuarios e infraestructura, utilizando el estándar de comunicaciones europeo ITS-G5.
El proyecto aborda los vínculos entre esa conectividad y la automatización, centrándose especialmente en la seguridad vial y en los cambios necesarios en la infraestructura y en los centros de control de tráfico, en un sentido físico y digital. Se trata de conciliar la función de gestión del tráfico que se lleva a cabo desde estos centros con la presencia de los vehículos sin conductor, teniendo en cuenta además que la información que proporcionan las autoridades de tráfico a través de los servicios inteligentes C-ITS tiene una importancia creciente en los niveles más altos de automatización para desencadenar acciones tanto en vehículos convencionales como automatizados.
Los tres pilotos que se van a diseñar y que se van a desarrollar y desplegar en Lisboa, Madrid y París a lo largo de 2017 y 2018 permitirán probar esta relación entre coches autónomos, convencionales y centros de control y la elaboración de recomendaciones a partir del análisis de resultados. El objetivo es avanzar en el marco regulatorio y las normas de tráfico para mejorar la interoperabilidad de los coches autónomos, asegurar su correcta circulación a través de todos los tipos de carreteras de los diferentes países europeos y su convivencia segura con el resto de vehículos. Actualmente no existe un estándar a nivel europeo y las normas de cada país tienen distinto grado de madurez, con España y Francia en una posición avanzada.
Además de contar con la participación de autoridades de tráfico, operadores y universidades, Autocits prevé colaborar con otras iniciativas de I+D+i existentes a escala europea en este ámbito, por ejemplo, el proyecto C-Roads y la plataforma EU EIP Platform.
Vehículos con y sin conductor en las carreteras europeas
Los pilotos de Lisboa, Madrid y París son pioneros en el Corredor Atlántico y de los primeros que van a incluir en Europa pruebas de vehículos autónomos, de distintos proveedores, cerradas y abiertas al tráfico convencional en carreteras urbanas, suburbanas y enlaces con autopistas. En concreto, las pruebas se desarrollarán en el carril Bus-VAO que conecta con la vía de circunvalación M-30, en Madrid; en la autopista A-4 a las afueras de París; y en las Avenidas Marginal y Brasilia, dos vías importantes que conectan la ciudad de Lisboa con la autopista A-36 y otras infraestructuras de transporte, como barco y ferrocarril.
En cada uno de estos pilotos se van a desplegar servicios cooperativos que tecnológicamente ya son posibles hoy en día (denominados servicios ‘Day 1’), gracias a otros proyectos de I+D+i previos, en los que diferentes miembros del consorcio han participado.
El proyecto Autocits pretende facilitar la circulación de los vehículos autónomos en los nodos urbanos mediante el desarrollo de los servicios cooperativos inteligentes de transporte, que facilitan el intercambio de información entre vehículos, usuarios e infraestructura.
Por ejemplo, en el caso de Madrid está previsto probar el envío directo de información desde el centro de control a los vehículos (I2V) para notificar puntos potencialmente peligrosos, como obras viales, presencia de un vehículo de emergencia, lento o estacionado, así como alertas por condiciones meteorológicas. En Lisboa, se notificará información similar con advertencias y ubicaciones peligrosas, pero utilizando la comunicación V2X entre el vehículo y cualquier objeto o dispositivo conectado, en este caso un segundo vehículo “instrumentalizado”.
En París, además de este tipo de avisos de situaciones peligrosas se notificarán los atascos y se contribuirá a gestionarlos, ofreciendo información sobre la velocidad o carriles recomendados, alternativas, etc. utilizando la comunicación I2V desde el centro de control a los vehículos autónomos.
En los tres pilotos se diseñarán y probarán también diferentes servicios que aprovechen la información que los propios vehículos conectados ofrecen a los centros de control. Además, los servicios y sistemas que se prueben en una ciudad se intercambiarán con los de las otras dos para comprobar que son interoperables y funcionan correctamente.