Soluciones logísticas para la correcta distribución de la vacuna del COVID-19
Los productos alimentarios, geles hidroalcohólicos, mascarillas y papel higiénico fueron algunos de los artículos demandados en grandes cantidades durante la pandemia. Ante esta situación, muchas cadenas de suministro y distribución se vieron colapsadas por los miles de pedidos recibidos y no pudieron atender los fuertes picos de demanda. De la misma forma, cuando salga al mercado la vacuna del COVID-19, la logística ha de ser perfecta para que esta solución tan anhelada llegue al consumidor final de la mejor manera posible. Para lograrlo con éxito, Moinsa, empresa referente en el ámbito de la logística e intralogística, explica cuáles son las mejores soluciones logísticas para este fin.
Se estima que para vencer al SARS-CoV-2 es necesario que, al menos, el 60% de la población global sea inmune y para ello se necesitan cerca de 4.700 millones de dosis de vacunas. Éstas han de conservarse a una temperatura específica (cerca de los -80 ºC), por lo que para su distribución es necesario contar con una capacidad de infraestructura e integración entre los diferentes agentes, asegurando así la cadena de frío.
A la hora de hablar de los agentes que intervienen en este proceso, como fabricantes (laboratorios farmacéuticos), distribuidores y proveedores (centros de vacunación), es fundamental que todos logren los siguientes objetivos: asegurar la calidad, ya que las vacunas tienen que seguir un protocolo de almacenamiento y transporte en cuanto a la temperatura; asegurar la asistencia al paciente y, a largo plazo, se tiene que incrementar la eficiencia de los recursos.
En este contexto, Moinsa ofrece una serie de soluciones y productos, cuya meta es la correcta distribución de la vacuna del COVID-19 una vez que entre en circulación en el mercado.
Soluciones de RFID e integración con SGA
Este tipo de solución permite, en tiempo real, conocer la situación de las vacunas en cada punto de la cadena, garantizando así la continuidad asistencial. Consigue, además, identificar un producto a través de una etiqueta, la cual transmite información a un lector y éste, a su vez, envía los datos a un servidor. Incluso, una vez almacenadas en los centros de vacunación, permite conocer el stock y prever la demanda. Moinsa presenta diferentes tipos:
- Etiquetas RFID especiales para la cadena de frío, para monitorear artículos sensibles a la temperatura, como los productos farmacéuticos durante el transporte y almacenamiento. Además de tener un registro de temperatura, que nos permitirá saber que se ha cumplido de manera correcta toda la cadena de frio, las etiquetas pueden tener un indicador visual, de modo que cuando la temperatura supera el rango establecido, cambia de color, de esta manera nos aseguramos que las vacunas cumplirán con la función que fueron creadas.
- Los receptores de la información transmitida por la etiqueta pueden ser fijos, como arcos ubicados a la entrada y salida en almacenes y muelles de carga, en vehículos, o móviles como los lectores de mano o los túneles de identificación masiva.
- Los lectores móviles con clasificación para frío están diseñados para soportar la condensación y el choque térmico. Son perfectos para que los operarios que trabajan entre cámaras frigoríficas y áreas con diversas temperaturas puedan despachar pedidos con agilidad y eficiencia. En el caso de los túneles las ventajas aumentan, ya que se permite la identificación masiva y automática de las etiquetas de una caja sin necesidad de manipular el contenido.
En palabras de Ismael Herreros, especialista en Soluciones de Radiofrecuencia de Moinsa: “Por ahora, el reto está en lograr una vacuna efectiva, plantas de fabricación específica, disponer de todos los elementos complementarios para hacerla posible, etc. Pero mientras esto sucede, debemos trabajar en paralelo para asegurar la distribución, y ahí es cuando Moinsa entra en juego, creando y testando las mejores soluciones logísticas para que la tan ansiada vacuna llegue en perfecto estado al consumidor final”.