Joaquin Rabinad. Ferromatik

"No bajamos ni subimos sino que cambiamos de dirección. Los mercados se harán más reales al consumo y todos tocaremos con los pies en el suelo. Los transformadores que queden después de esta crisis serán solamente los necesarios y muchos tendrán que cerrar. Esta situación tendrá como resultado un excedente de maquinaria usada semi nueva, procedente de estas empresas que están cerrando, e incidirá de forma importante en la demanda de máquinas nuevas, esto afectará a los fabricantes que también tendrán que adaptar su número, al mercado real. En los próximos años los transformadores comprarán solamente máquinas nuevas cuando no puedan conseguirlas en el mercado usado, o máquinas especiales para proyectos muy concretos y se incrementará la demanda de máquinas eléctricas.

Es muy difícil agudizar el ingenio en estos momentos ya que la mayor preocupación de los trasformadores es la financiación y buscar la manera de sobrevivir a esta crisis, ellos saben que los que queden serán más sólidos para afrontar el futuro. La reducción de costes para adaptarse al mercado, casi siempre pasa por la reducción de personal que es la parte más negativa, los que vivimos la crisis del téxtil, en los años setenta, todavía recordamos el aspecto tan triste de las empresas que había costado tantos años levantarlas a empresarios y a trabajadores, trabajando codo con codo, y en poco tiempo se quedaban vacías.

De las actuales tendencias en la fabricación de inyectoras, está claro que de forma natural las máquinas eléctricas se irán imponiendo en el mercado, los fabricantes europeos tendrán que consolidar más esta tecnología con el tiempo. Es una puerta abierta al mercado del futuro para los fabricantes".

Joaquin Rabinad.