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Instalación desarrollada por el grupo Robotlab, en el Centro de Arte y Tecnología Mediática (ZKM) en Karlsruhe, Alemania

Un robot que hace bocetos de retratos

¿Un robot industrial puede ser un artista? Unos investigadores han presentado algo que a primera vista parece contradictorio: un pintor fabricado en metal.

Los artistas suelen ser personalidades llenas de color. Pero en este caso se trata de un artista muy bueno, preciso y metálico, que lo es todo menos extravagante. No es ninguna maravilla: se trata de un robot industrial. Pero su genio artístico sólo aparece cuando alguien se sienta en un taburete colocado en frente del robot y hace de modelo: primero la cámara del robot registra la imagen del modelo; luego, el robot saca de repente un lápiz y traza en el caballete un retrato del individuo. Transcurridos diez minutos, coge el trabajo y lo presenta orgullosamente ante su público. La instalación de este robot ha sido desarrollada por el grupo Robotlab, en el Centro de Arte y Tecnología Mediática (ZKM) en Karlsruhe, Alemania y algunos de sus miembros son ahora empleados del Instituto Fraunhofer de Optrónica, Tecnologías de Sistema y Explotación de Imágenes (IOSB) de Karlsruhe.

Pero, ¿cómo facilita esta producción técnica la renderización auténtica de las expresiones faciales de una persona? “Hemos utilizado un proceso de evaluación de imágenes que fundamentalmente dota al robot del sentido de la vista”, explica Martina Richter, científica en el IOSB. “Hay una cámara montada en el brazo del robot y esta es la que se utiliza primero para sacarle una foto a la persona”. El software de tratamiento de bordes busca los contrastes en la imagen y los transmite al robot en forma de coordenadas: el brazo del robot se mueve.

El software de tratamiento de bordes busca los contrastes en una foto al modelo y los transmite al robot en forma de coordenadas...
El software de tratamiento de bordes busca los contrastes en una foto al modelo y los transmite al robot en forma de coordenadas.

Para los investigadores y artistas lo más difícil fue ajustar el algoritmo para el tratamiento de la imagen, de forma que la imagen abocetada pareciera un retrato. Así, este artista de alta tecnología no recogería las pequeñas arrugas, pero seguiría representando los ojos. “Damos gran importancia a la parte artística de los dibujos que se obtienen, pero por otro lado, también hemos equipado el robot con un sistema automático que le permite llevar a cabo todos los pasos por sí mismo. Con esta instalación hemos creado una interfaz entre el arte, la ciencia y la tecnología ”, Richter está convencido de ello.

Sin embargo, la rutina diaria del robot es menos artística: los científicos del IOSB lo suelen utilizar para analizar las propiedades de la óptica por reflexión en diversos materiales. Dirigen la luz hacia un objeto en varias direcciones, por ejemplo, un reflector como el de que llevan los niños en sus mochilas o chaquetas. El brazo del robot rodea la muestra de material en un patrón hemisférico, midiendo cómo el objeto refleja la luz. Los expertos lo denominan características de reflexión espacial del material. Esto ayuda a diseñar diferentes objetos como, por ejemplo, reflectores que devuelven la luz de una forma lo más compacta posible hacia el mismo sentido desde el que ha venido, en este caso la luz es devuelta al conductor de un vehículo. A continuación el reflector emite una luz destellante que hace que el conductor dirija su atención al niño. El objetivo es diferente cuando se trata de los efectos que tiene sobre pintura en la propia superficie del coche: en este caso el objetivo es mostrar tonalidades diferentes dependiendo del punto desde el que se mira.

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