La rehabilitación, ¿la fórmula para salir de la crisis?
Según un informe de Euroconstruct del segundo semestre de 2010, y que sitúa a España a la cola de Europa, la construcción española seguirá cayendo hasta 2013 por el frenazo en la inversión en infraestructuras, que compensaba hasta 2010 parte de la caída del sector de la edificación, y por la persistencia de las restricciones de crédito.
Con estos datos poco alentadores, es lógico que los empresarios del sector muevan cielo y tierra para intentar salvar su negocio y una de las opciones es la rehabilitación de edificios y domicilios particulares. Siete años atrás, una acción como vender una vivienda era mucho más fácil que no realizar una rehabilitación. Tanto es así, que antes que ejecutar alguna reforma se prefería vender el inmueble, pero desde que estalló la crisis esta actitud ha dado un giro de 180 grados.
A corto plazo, la rehabilitación sí puede ser una solución a la crisis económica, pero según Josep Soler, gerente de Materials Soler, “en ningún caso puede ser una solución a largo plazo, ya que para ejecutar una rehabilitación se puede prescindir de dos terceras partes de la mano de obra necesaria en la ejecución de una construcción”. Entonces, ¿qué ocurre con estas dos terceras partes del total? Pueden destinarse al ‘stand by’ durante un corto período de tiempo, pero el problema es que si el modelo empresarial toma otro rumbo, puede que ya no vuelvan a formar parte de él. Por este motivo Josep Soler afirma que “la rehabilitación da solución en un momento concreto pero el futuro de la construcción no debería pender del hilo de las rehabilitaciones”.
Actitud del cliente. En unos años, en los que todos intentamos ceñirnos bien el cinturón, las reformas también se ven disminuidas, ya que sin dinero no hay rehabilitación que valga. Según Josep Soler, gerente de Materials Soler, “hoy en día hay una mayor sensibilidad en lo que a la rehabilitación y a las reformas se refiere. La gente es consciente de que las transacciones inmobiliarias y el auge en el mundo de la construcción de hace diez años, no volverá a ocurrir. Es por este motivo que a la hora de plantearse un obra en su domicilio o edificio, lo miran mucho, consultan más y exigen una mayor calidad en la reforma”. La mentalidad del cliente, en los tiempos que corren corresponde a la necesidad de solicitar un servicio con la mayor calidad porque la rehabilitación realizada está pensada para que dure el mayor tiempo posible para retardar la acción de volver a contratar un servicio de reforma, debido al problema económico.
Los baños, el producto estrella. Bien lo sabe Josep Soler, que su empresa se dedica a la distribución de materiales para ejecutar reformas y rehabilitaciones, que actualmente los baños son aquellos espacios que más se prestan a cambios en un corto espacio de tiempo. Los factores de tiempo y economía juegan un papel imprescindible para llevar a cabo una nueva imagen del baño. Según Josep Soler, “por unos 5.000 o 6.000 euros y en dos semanas puedes tener un nuevo y moderno espacio en tu domicilio”.
El cliente que más solicita dichas obras suele responder a un perfil de persona mayor que se ve con la obligación de acondicionar el espacio para una mayor facilidad de uso, sobre todo a lo que se refiere a bañeras y sanitarios. El plato de ducha adquiere un mayor protagonismo por su comodidad en el aseo de la gente mayor. Tal y como nos informa el gerente de Materials Soler, “existen familias que, por motivos económicos o personales, no pueden ni desean que sus progenitores hagan uso de los servicios que les puedan ofrecer las residencias de ancianos y, por este motivo, deben acondicionar todos los espacios de su domicilio para que los mayores puedan llevar una vida normal y con las menores dificultades posibles”.
En este sector como en otros, hay empresas que se han intentado adaptar a los nuevos tiempos mediante las rehabilitaciones y reformas, pero por desgracia ha habido otras, que no han sabido ir en la dirección donde sopla el viento, no se han adaptado, y han tenido de cerrar el negocio.