Una estación de tren reconvertida en hotel de lujo
Ilmiodesign, el estudio fundado por Andrea Spada y Michele Corbani, firma el interiorismo de Canfranc Estación, el nuevo y flamante hotel del grupo Barceló que opera bajo la marca Royal Hideaway Luxury Hotels & Resorts. Un establecimiento que permite viajar al pasado con el confort del lujo contemporáneo.
La Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc se empezó a construir en 1915, con el objetivo de convertirse en un paso fronterizo entre España y Francia a través de los Pirineos, pero no fue hasta 1928 cuando fue inaugurada por Alfonso XII, convirtiéndose en la segunda estación más grande de Europa. No obstante, su servicio se vio interrumpido entre 1945 y 1949 por desacuerdos políticos con el gobierno francés.
Pese a que su actividad quedó lastrada, la Estación Internacional de Canfranc fue un claro ejemplo de la arquitectura industrial de la época. No es de extrañar que sea uno de los proyectos más especiales para el equipo de Ilmiodesign, con el objetivo de dar una segunda vida y personalidad propia a este singular edificio. Para ello, se han inspirado en la estética de estética de las antiguas estaciones del siglo XX y de sus lujosos trenes de largo recorrido - con sus particulares vagones y elementos representativos-, pero aportando un guiño contemporáneo.
De esta forma, se ha querido proyectar el magnetismo de este espacio tan emblemático, diseñando espacios cálidos y elegantes que se fusionan con sutiles elementos art déco, para crear ambientes contemporáneos y nostálgicos. Sin duda, Ambientes donde resaltan materiales nobles como la madera y el latón, tejidos ricos como el terciopelo y una gama cromática inspirada en los años 20 en tonos beiges, verdes y petróleos.
Un diseño artesano, integrado y respetuoso con el entorno que al mismo tiempo redefine y recupera el exquisito y refinado glamour de este espacio reconocible en la región. Para ello, invita a vivir una experiencia única que, a su vez, se convierte en un viaje poético a través de la historia y la arquitectura.
Reminiscencias del Art Decó
Uno de los grandes retos del nuevo Canfranc Estación a los que han hecho frente desde Ilmiodesign ha sido respetar e integrar el carácter monumental de la estación (estructura, morfología…), protegida como bien de interés cultural, al proyecto de renovación planteado.
Así, la estación de Canfranc se compone de un edificio de 241 metros de largo y de 12 de ancho, de planta alargada y estructura simétrica, articulado en cinco cuerpos: un cuerpo central, el lobby de la antigua estación y dos alas laterales, totalmente simétricas, que culminan en un cuerpo de coronación.
De estilo afrancesado, su exterior está inspirado en la arquitectura parisina de finales del siglo XIX. A nivel de materiales, combina de forma variada hormigón, piedra, hierro, cristal y pizarra, generando un interesante contraste cromático.
A nivel creativo, el estudio ha desarrollado un hilo conductor común para todo el proyecto, evocando esa época dorada del ferrocarril de los años 20, pero creando una personalidad propia para cada espacio dentro del hotel. Así, a través del diseño exclusivo de piezas y luminarias, del desarrollo de paletas cromáticas ad-hoc y de la atención pormenorizada a los detalles, han conseguido que cada estancia proyecte su propia esencia.
El lobby, por ejemplo, es sin lugar a dudas uno de los espacios más especiales del establecimiento, no tanto por su innovación sino por su monumentalidad, y por lo que implica tener que actuar sobre un espacio protegido desde su apertura en 1928, intentando trabajarlo de forma sutil, pero dejando huella.
Así, por un lado, Spada y Corbani han recuperado el suelo original de la parte central del lobby, creando una especie de alfombra alrededor de la escalera principal, y por otro, han reinterpretado las formas geométricas de este diseño, simplificándolas y actualizándolas para el suelo restante de la estación. Además, han apostado por tonos piedra para las paredes, junto a materiales textiles como Vescom en tonos marrones, en contraste con las molduras en blanco, para dar más calidez a este gran habitáculo.
Como elemento central del hall, se encuentran las antiguas escaleras que daban acceso a la estación, que dividen a un lado la zona de recepción y al otro una zona de sofás y bancadas. Ambas áreas están encabezadas por los escudos de España y Francia, uno enfrentado al otro, y dos grandes chandeliers diseñados en exclusiva por el estudio, junto a faroles originales recuperados de la época.
Para la recepción del hotel, el estudio ha diseñado un gran mostrador reinterpretando las taquillas de las grandes estaciones del siglo XX, en este caso utilizando madera de nogal con elementos metálicos en tono bronce e incorporando guiños a los hoteles de la época, como el casillero de llaves diseñado ad-hoc. Encima de este mostrador se ubica un gran reloj que simboliza el paso del tiempo, de forma valiosa y pausada, reflejando de forma simbólica el sentimiento que en esos años representaba un viaje en tren.
En la zona de sofás, se encuentran varias bancadas inspiradas en los bancos de las estaciones de la época dorada del ferrocarril, que se materializa en otras estancias de este resort.
Viaje al pasado
Canfranc Estación Royal Hideaway Hotel cuenta con 104 habitaciones de distintas tipologías (de las cuales cuatro son suites de lujo) repartidas en dos plantas. Todas ellas guardan la misma estética, aunque las estancias de la primera planta tienen los techos más altos y las de la segunda son abuhardillados, debido a la propia estructura del edificio.
Para el diseño de las habitaciones Ilmiodesign ha buscado esa sensación de confort y dinamismo a través de distintos elementos y materiales. Por ejemplo, destacan los rastreles de madera en paramentos y techos que van conformando la estética de la habitación y guiando al huésped. A nivel cromático, Spada y Corbani han apostado por tonalidades beiges en distintas intensidades para las paredes, aportando el toque de color a través de las piezas de mobiliario. Así, se descubren unas mesas diseñadas en exclusiva para el proyecto en un tono verde agua, evocando de nuevo ese color de los lagos pirenaicos. También en los tejidos se ha querido plasmar un plus de personalidad, como en los cabeceros de terciopelo en estampado gráfico, que recuerdan a los tapizados de los asientos de los vagones de los años 20.
A nivel de iluminación, el estudio ha diseñado un circuito de intensidad y color de la luz muy cuidado, apostando por piezas de diseño propio. Mientras que a nivel decorativo, se han recuperado las antiguas ventanas de las habitaciones y se les ha dado un uso artístico, enmarcando fotos históricas de los exteriores de la estación y referenciando de nuevo las raíces de este emblemático espacio.
En cuanto a los pasillos que recorren el hotel y comunican con los dormitorios, desde el estudio tuvieron que buscar una idea creativa que les ayudase a romper su extremada longitud de 99 metros de largo. Para ello, han creado tres elementos de transición que interpretan el pasillo como si fuese el interior de un vagón, y dan la sensación del paso de un vagón a otro. Para ello, han incorporado a estos elementos ‘descompresores’ elementos en madera y una moqueta diferente al resto del suelo, generando un ritmo visual aleatorio, que rompe la estética general del propio pasillo.
Pero, sin duda, uno de los espacios que recuerdan a esos vagones restaurante de la época es el Art Decó Café y su Restaurante Internacional. Se trata de las dos zonas de restauración del hotel ubicadas dentro de la propia estación. Están emplazadas en el mismo espacio y conectadas por las galerías exteriores, compartiendo el mismo estilo a nivel creativo.
A nivel arquitectónico, en el techo se encuentran elementos en madera que reinterpretan las vías del tren y que acompañan al comensal en el recorrido del propio espacio, desde que entran por la zona del café hasta que llega a la parte del restaurante. Para el suelo de las zonas laterales, Ilmiodesign ha apostado por un estampado damero en piedra, en tonos beige y marrones, y para la zona central un suelo de madera simulando una gran alfombra y ofreciendo un aspecto retro. Destaca la importancia que cobran las luminarias en este espacio, todas ellas diseñadas por el estudio.
En la zona Art Decó Café se encuentra una exclusiva barra realizada en madera con un sobre de piedra Vancouver de Consentino y zócalo en gresite marmóleo. La trasera de la barra está diseñada en un vidrio estriado vertical en tonos bronce. Sobre esta barra, se sitúan unas exclusivas lámparas diseñadas por el estudio que representan los ejes de las ruedas de los trenes, haciendo referencia, una vez más, al hilo conductor que guía el proyecto.
Premios y reconocimientos
Canfranc se ha convertido en un emblema en el sector hospitality. La recuperación de un edificio tan emblemático, unido al proyecto de diseño interior, recuperando la esencia de la década de los 20, le han reportado al estudio Ilmiodesign importantes premios de reconocimiento, como el de Mejor Diseño de Hotel de Interhotel o el premio a la mejor Dirección de Ejecución de Obra, en la figura del arquitecto técnico Fernando de Marcos, en la III Gala Aragonesa de la Edificación.
Y como hotel de lujo, se completa el proyecto con una zona de wellness, donde además de vivir un viaje al pasado, también se convierte en una oda al bienestar y al disfrute de los sentidos. Un área que está dividida en tres áreas: gimnasio, zona de masajes y spa. Para su diseño, el estudio ha tratado de proyectar un espacio cálido, desarrollando una estudiada iluminación en tonos dorados, que combina con una envolvente oscura, pensada para conseguir un ambiente de relax que ayude a la desconexión.
Desde las ventanas que dan al exterior, también se trabaja ese contraste, que se nutre de las maderas y los tonos verdes presentes en distintos elementos de esta sugerente estancia. Así, sobre la piscina, el elemento central del spa, se han diseñado en exclusiva tres luminarias de aro que crean reflejos dorados en el techo, pintado en color chocolate oscuro. Este tono dorado combina a la perfección con el verde que se encuentra en el vaso de la piscina, a través de un gresite mosaico que emula el color intenso de los lagos del Pirineo Aragonés, y juega con el efecto de profundidad del agua.
En cuanto al mobiliario, Spada y Corbani han buscado piezas que evoquen calma e inviten al disfrute, como una serie de tumbonas y mesas auxiliares. También se encuentran apliques en latón que emulan antiguos faroles, para recuperar ese concepto retro que se trabaja de forma global en todo el proyecto.
Un conjunto que se completa con uno de los espacios más sofisticados del hotel, que se encuentra en el ala norte. Se trata del Club Library - Cocktail Bar, cuya elegancia evoca a los grandes clubs sociales de principios del siglo XX.
Esta sugerente biblioteca cuenta con un diseño clásico inspirado en los cafés de tertulia parisinos de la época, proyectando la esencia de estos puntos de encuentro pensados para el entretenimiento con largas y animadas charlas donde dejar que el tiempo se pare. Es, además, un espacio totalmente permeable y abierto al exterior, con luz natural y vistas al paisaje, lo que favorece esa sensación acogedora.
Pero no sólo ha restaurado este impresionante edificio, sino que Ilmiodesign se ha encargado de dar vida a vagones originales convertidos en espacios gastronómicos: restaurantes 1928 y Canfranc Express. De este modo, estos vagones restaurados se ubican en el exterior de la estación, para devolver todo su esplendor. Unos espacios que recuerdan a los míticos del Orient Express. De este modo, en el primer vagón, con 40 plazas, encontramos el Restaurante 1928 con una cocina franco- aragonesa; y en el segundo, de solo 16 plazas y con cocina vista, nombrado Canfranc Express, propone un viaje gastronómico dentro de la cocina creativa aragonesa. Al frente de ambos se encuentra el premiado chef Eduardo Salanova y Ana Ancín.
FICHA TÉCNICA
- Nombre del proyecto: Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel.
- Emplazamiento: Canfranc, Huesca.
- Propiedad: Barceló Hotel Group, marca Allegro.
- Autores del proyecto: Andrea Spada y Michele Corbani, Estudio Ilmiodesign.
- Fotografías: Manolo Yllera.