Una casa en Formentera: buscando el origen y la esencia isleña
La casa consta de dos partes, una antigua y una de nueva construcción. La parte antigua se ha remodelado respetando las formas de construcción tradicionales de Formentera. De este modo, las paredes con revoque a la cal, los techos con vigas de sabina, los muros gruesos de piedra y las ventanas pequeñas originales, para mantener el fresco en el interior y proteger los espacios del calor intenso del verano.
La parte nueva se ha edificado de forma adyacente a la parte original, manteniendo la esencia de la simplicidad mediterránea. La parte antigua es la que confiere una personalidad fuerte a la casa: la fachada con los muros gruesos es muy auténtica.
Para potenciar su funcionalidad, se han rehecho los baños y la cocina y se ha intervenido con microcemento en el pavimento y en las zonas de agua. Al conservar el reducido tamaño original de las ventanas, se ha decidido incorporar lucernarios que bañan de luz cenital el salón, la cocina y el dormitorio grande.
La decoración sigue un estilo isleño y está basada en el uso de materiales y fibras naturales únicamente: lino para vestir los dormitorios, maderas sin tratar... La cocina, en cambio, está pensada para vivir el exterior: está conectada con el porche y con la piscina, creando un fluir de espacios que invita a compartir experiencias llenas de aire, agua y olor a mar con amigos y familia. En el porche se ha colocado una mesa muy grande y la piscina consta de hamacas y de un banco de obra que invitan al más absoluto relax.
En este sentido, el mobiliario y los elementos decorativos de Let’s Pause se funden con el entorno, aportando un plus de belleza natural con piezas artesanales elaboradas con materiales como el esparto, el fique, la madera de álamo...
Desde el dormitorio principal se disfruta de unas preciosas vistas al mar, a través de una obertura panorámica al exterior; bajo esta ventana se ha colocado una mesa de trabajo con 2 taburetes, para poder trabajar, escribir, desayunar…