Restauración de una antigua casa rural en Mallorca
La interiorista Raquel Chamorro firma la reforma de esta casa en el sur de Mallorca. Se trata de una vivienda del S. XVII, en la que se ha trabajado una restauración respetuosa con los elementos originales, así como un proyecto de paisajismo e interiorismo que reinterpreta el estilo local bajo una mirada contemporánea.
El recorrido por la historia de la casa empieza en el portal de acceso, formado por un arco de medio punto producido con piedra local de Santanyí, clásico en este tipo de edificaciones. Este tipo de arco se repite en otros puntos de acceso de la vivienda.
La altura de las puertas originales es de 1.60 metros, algo que sugiere que en el momento de la construcción original esa era la altura media necesaria para los habitantes. Una vez dentro, el complejo de la casa cuenta con una torre de la misma época, un jardín con piscina y la vivienda. Precisamente, en el jardín el tono sobrio de la piedra contrasta con el alegre color de la vegetación y los elementos decorativos. De hecho, en esta zona se ha trabajado diseñando diferentes rincones para el descanso y el ocio.
Incluye un chill out al descubierto, en que se han instalado muebles en hierro con cojines fucsia y malva, del mismo tono que las flores. Las palmeras del entorno se iluminan por la noche en diferentes colores, con acento en el fucsia. Y los caminos están realizados en piedra mallorquina, que conducen a otro chill out con chimenea central realizada en obra, con cojines con la típica tela de ‘llengües’ mallorquina estampadas en color rosa. En el centro se sitúan unas mesas con base de piedra y puertas antiguas de madera maciza a modo de sobre. Detrás de este chill out hay una sauna y un aseo.
En otro de los puntos del jardín se ha situado un comedor de piedra cubierto con un techo de rosales y zona de parilla. La piscina está revestida en piedra gris haciendo contraste entre la zona superior y las escaleras que no están cubiertas con el agua.
En cuanto al edificio de la vivienda, pueden verse las pequeñas ventanas a diferentes alturas que se abren en la piedra, sin cristal. Estos elementos originales se han mantenido, así como los huecos que se usaban para hacer fuego y cocinar. Para ampliar la cantidad de luz se han abierto 17 ventanas Velux en la reforma.
Interior de la vivienda
Ya en el interior, se ha intervenido el suelo de la zona noble, el salón, la biblioteca, el comedor y zona de piano y hall. En la entrada principal se instala una mesa central redonda del S. XIX comprada en un anticuario. En esta zona también hay una jamuga con su tela original en color borgoña, así como una mesa antigua mallorquina con fiadores de hierro y patas de torneado salomónico, un elemento que volveremos a ver en la zona de comedor.
En la zona noble, el suelo se ha diseñado como una réplica de una abadía del S.XI en tonos verde, marfil y teja. Estos colores han actuado como eje para el resto de la decoración del salón.
Los sofás de la zona de estar se han diseñado en el estudio de Raquel Chamorro y se ha realizado en color teja con tachuelas en los laterales y la trasera. Cuenta con dos mesas de centro en hierro cortado a láser en diagonal, un diseño también hecho por el estudio. La pared se decora con un tapiz antiguo. La sala se completa con un mueble canterano. Los sillones altos en color verde frente a la chimenea también son diseño de Raquel Chamorro y se han tapizado con capitoné, evocando los muebles ingleses por su altura y líneas puras.
En el comedor destaca la mesa de nogal oscuro macizo con el fajeado del sobre en madera de limoncillo. Las patas de la mesa en torneado salomónico son una reinterpretación de la interiorista acerca de las tradicionales mesas mallorquinas del S.XVII. Las sillas son de madera de nogal oscuro y tapizadas en marfil con capitoné y tachuelas. Sobre este conjunto pende un candelabro de cristal en dos niveles.
Todas las estancias cuentan con obras de arte, principalmente de temática religiosa y mitológica, la mayoría de grandes formatos. Estas obras se han adquirido en anticuarios europeos, sobre todo en Londres, Alemania, o bien en subastas y anticuarios de Madrid.
La cocina, realizada con piedra de la zona, cuenta con una zona de comedor de diario en la que se instala una mesa y sillas antiguas también con las patas torneadas.
Por su parte, la suite principal se abre a un patio inglés con un árbol en el centro. En el piso superior se encuentran las habitaciones de los niños. Las luminarias, apliques de cristal, centros y copas distribuidas por la casa se han fabricado en Mallorca.
Los techos de esta vivienda tienen una gran altura, cerca de los 5 metros, con una cubierta a doble vertiente. Cuentan con un soporte en viga de madera maciza, que ha habido que completar, rehacer o sustituir, pero respetando el estilo de la época.
Casa anexa
Anexa a la vivienda se encuentra una casa más pequeña, realizada en el S.XX y ampliada recientemente por el estudio Raquel Chamorro. Se accede a través de un porche con suelo de piedra de Santanyí. Tiene un área con tumbonas, una zona de chill out de Kettal de estilo vintage en verde, con una mesa central en forja y piedra, y un comedor de verano.
La vivienda recibe con las enormes puertas y contraventanas de lamas, típicas de Mallorca, que permiten ver la vegetación exterior, también con flores malvas y fucsias siguiendo el estilo de todo el jardín. En el interior se encuentra un salón con una cocina integrada de más de 80 m2. La decoración es original del S. XVIII alemán, estilo Biedermeier. Los sofás en marfil están diseñados por el estudio Raquel Chamorro, con líneas contemporáneas y reminiscencias inglesas. Los muebles se han tapizado en colores claros y se han realizado desde el estudio. Las alfombras son de Quilombo.
El comedor del centro es un exponente exquisito del estilo alemán realizado por ebanistas de la época. Al fondo, otro rincón con sofás en piel tostada se mezcla con la obra contemporánea pictórica de autores europeos.
Tras unas puertas dobles, las vigas del techo y los cubre radiadores se han lacado en blanco roto unificándolos visualmente. Desde aquí se accede a una suite de 50 m2 que el estudio ha ampliado. La preside una enorme cama en gris antracita estilo Biedermeier, y está flanqueada por mesitas y luminaria del estudio Raquel Chamorro.
El dormitorio cuenta también con una chaise longue diseñada también por el estudio. Se acompaña con dos librerías en blanco roto. En el centro, dos puertas dobles dan paso a un vestidor con iluminación frontal y cenital con LED.
El baño de la suite está realizado en tonos grises y blanco roto, con ducha con hornacina iluminada en leds a modo de escultura y con muebles diseñados por Raquel Chamorro. Todos los elementos de cristal de esta casa, igual de los de la vivienda principal, son hechos en Mallorca.