“Tanto en la construcción de un edificio como en rehabilitación es importante que la envolvente no tenga pérdidas, para que la energía que necesite el edificio se genere de la forma más eficiente posible“

La sostenibilidad es una máxima en el sector de la construcción. La industria avanza en la integración de materiales naturales y en optimizar procesos de producción, que contribuyan a reducir su huella de carbono, como Rockwool, empresa especializada en la fabricación de lana de roca, para mejorar el confort térmico y acústico, no sólo en obras de nueva construcción, sino muy especialmente en proyectos de rehabilitación, como analiza Miguel Ángel Gallardo, Unit Director de Rockwool, en la siguiente entrevista.

En Rockwool, uno de nuestros motores es contribuir a la sostenibilidad por dos vías. Por un lado, tenemos objetivos muy ambiciosos en cuanto a la huella de carbono, tanto en nuestras operaciones industriales en el consumo como en el uso de energía en la producción de nuestros materiales; y, por otro lado, tenemos unos materiales que, de por sí, contribuyen a la sostenibilidad y a la reducción de las emisiones de carbono, con la función que ejercen los edificios en la función de aislamiento. En Rockwool estamos especializados en aislamiento, en concreto con lana de roca. Uno de nuestros lemas es ‘100% lana de roca’, que es un material que une muchas propiedades y una de ellas es la cantidad de energía que permite ahorrar durante toda su vida útil, que supera a la consumida durante su producción.

Los edificios necesitan, para generar pocas emisiones, utilizar poca energía. Se puede actuar por dos vías: la primera, reduciendo el consumo energético con equipos más eficientes o basados en las energías renovables. Pero, para que esto funcione, lo primero que se debe hacer es reducir el consumo del propio edificio. Siempre se ha dicho que la energía más barata es la que no se consume. Con los productos de Rockwool se consigue aislar el edificio, para que tenga menos requerimiento de energía, porque no tiene pérdidas de calor en invierno ni de frío en verano. Tanto en la construcción de un edificio como en rehabilitación es importante que la envolvente no tenga pérdidas, para que la energía que necesite el edificio se genere de la forma más eficiente posible.

Efectivamente, nuestro producto viene de la roca, tal y como el nombre indica. La principal materia prima es la roca basáltica. Mediante un proceso de producción la fundimos a 1.500 grados para crear una lava que, a partir de un proceso de fibrado, transformamos en lana de roca. Es un producto natural que procede del mineral más abundante que hay en el planeta, el basalto, para generar un material que después podemos reciclar infinitamente. El producto que se recupera en una obra lo podemos volver a integrar en nuestro proceso productivo y crear lana de roca a partir de lana de roca.

No solo seguridad, sino que también aportamos otros elementos asociados al confort. En materia de seguridad es una ventaja evidente contra incendios. Algunos materiales aportan carga de fuego a los elementos constructivos y aumentan el riesgo en caso de incendio. La lana de roca, en cambio, no solo es ignífugo sino que frena los efectos porque es un material no combustible. Por otro lado, hay una derivada muy importante que es su eficiente energética, aunque también proporciona confort acústico. Sobre todo, en entornos urbanos donde vivimos, expuestos a mucho ruido. Este, además, es causante de muchas enfermedades como estrés, malestar y tensiones personales. Por este motivo, la lana de roca contribuye positivamente a reducir el nivel de ruido con el que vivimos.

Por supuesto, en rehabilitación y, en especial, en vivienda plurifamiliares, que es donde vivimos la mayoría de personas en España. Una rehabilitación que se hace desde el exterior, ya que desde el interior, los trabajos son más complejos, sobre todo porque se perjudica a los vecinos. Además, por fuera se puede realizar una rehabilitación homogénea y se eliminan también los puentes térmicos, con lo cual la rehabilitación es mucho más eficiente y económicamente más viable. Actualmente, en España, con las tendencias constructivas y sistemas que más se utilizan en rehabilitación, como son SATE y la fachada ventilada, el producto que mejor se adapta como aislante es la lana de roca.

Exacto. Circularidad tanto por una demanda social como por las nuevas normativas que, cada vez, son más exigentes, ya que se tienen en cuenta más criterios de circularidad en los proyectos. Desde Rockwool estamos preparados y somos muy activos en impulsar proyectos piloto, para ir desarrollando un modelo que nos permita reintegrar en nuestro proceso de producción la lana de roca excedente de las obras nuevas e incluso la recuperada en obras de demolición.

Rockwool en el mundo lleva desde la década de los 30 del siglo pasado como empresa. Somos una multinacional danesa con presencia global. En España estamos a nivel comercial desde 1989 con una fábrica que tenemos en Navarra desde el 2000, donde actualmente producimos unas 120.000 toneladas anuales de lana de roca. Hay sitio en el mercado para mucha lana de roca y, como tiene muy buenos resultados positivos tanto a nivel de 'payback' de una inversión en rehabilitación como por lo que se refiere a impacto ecológico, se espera que haya mucha lana de roca en el mercado.

Ha habido transformación del sector, lo que ocurre es que el sector de la construcción español todavía que está condicionado por la fuerte crisis que se vivió en 2008; no se han vuelto a los niveles de entonces. Sí se ha llegado a una estabilidad en cuanto a obra nueva que se hace en España, pero una parte que ha de dinamizar el sector de la construcción es la  de la rehabilitación, que es la gran asignatura pendiente en España. Los ratios de rehabilitación en nuestro país están muy por debajo de cualquier país europeo. Se está intentando impulsar, con suerte desigual, con los fondos Next Generation, pero sigue siendo la asignatura pendiente del sector de la construcción en España, que es donde se espera el mayor crecimiento. Por lo que estima la mayoría de analistas, el ritmo de viviendas que se construyen actualmente en España está en torno a las 100.000 viviendas. Un ritmo sostenible y estable, aunque el gran crecimiento debería venir de la rehabilitación donde tenemos mucho que hacer y que seguro llegará en forma de obligación en la próxima directiva europea.

La principal apuesta de la compañía es seguir avanzando tecnológicamente para tener los mejores productos y más eficientes. Seguir estando presentes en la obra nueva, que es un sector que va a seguir activo, e ir desarrollando sistemas que se puedan adaptar a las nuevas necesidades del mercado, tanto a mejorar la eficiencia en obra nueva como adaptarse a las demandas del mercado de rehabilitación.

Existe un importante incremento de la demanda social y las regulaciones del marco de la construcción en 2020, que entró en vigor porque se pospuso con la pandemia el nuevo Código Técnico, que incrementa un poco las exigencias en cuanto a aislamiento. Esto nos da oportunidades comerciales para que se aplique más aislamiento o de mayor espesor que, en definitiva, es más volumen de aislante. Por otro lado, los planes en cuanto a rehabilitación son mucho más ambiciosos. Más allá de los fondos Next Generation hasta 2026, en la Unión Europea está en trámite la nueva directiva, que tiene exigencias muy potentes de rehabilitación hacia 2030 y 2050, donde el aislamiento es clave. Hay que empezar por reducir la demanda por la envolvente para poder hacer una rehabilitación que funcione.

El mercado va a ir al alza, sobre todo en rehabilitación. Aunque también se está hablando últimamente acerca de la industrialización en la construcción, aunque en muchos casos se mezcla un poco y se confunden, porque no se ve una barrera clara entre la prefabricación y lo que se considera industrialización, que no tiene porqué ser lo mismo. Creo, por esa parte, que se irá progresando, pero tardará en llegar porque somos un mercado muy lento y tradicional y hay algunas áreas en las que necesitamos claramente un impulso, como es en la formación y la mano de obra. Estamos hablando de los fondos Next Generation que hace falta que se activen a nivel de liberación de expedientes, concesión de subvenciones… pero después habrá que ejecutar toda la obra de rehabilitación y se necesitan personas. Conseguir mano de obra cualificada es un reto para el sector y, además, entre la gente más joven todavía no se ha conseguido hacerlo más atractivo, para que se incorporen a la construcción.