Las amenazas que no cesan
3 de septiembre de 2010
Fue, por tanto, otro mes también plagado de dudas que se acentuaron cuando conocimos el documento que el Gobierno pretendía que hiciera suya la Subcomisión de Estrategia Energética del Congreso en su reunión del 28 de julio, tras un año de deliberaciones y numerosas comparecencias, entre otras la mía. En ese documento se reducía a 3800 MW la potencia termosolar instalada en 2020 —más reducido aún que los 5079 MW recogidos en el Paner— lo que, a la vista de la potencia actualmente registrada significaba el fin del desarrollo de esta tecnología en España.
De nuevo nuestra labor y la de nuestras empresas ante partidos políticos, grupos parlamentarios y comunidades autónomas dieron sus frutos y en dicha reunión, días antes de agosto, la Subcomisión parlamentaria no aprobó el mix presentado por el Gobierno e incluso dejo constancia en su acta de la necesidad de reforzar el apoyo a la tecnología termosolar. En septiembre deberá reiniciar sus trabajos, confiando en que se materialice esa postura y se establezcan objetivos a 2020 muy superiores a los del Paner para esta tecnología. A lo mejor como consecuencia de mi intervención en la citada Subcomisión se me ha pedido expresamente que de mi opinión al respecto a lo que contestaré en el sentido que todos os podéis imaginar.
Efectivamente la termosolar es la gran alternativa renovable gestionable para el objetivo de reducción de emisiones de CO2, que pone en cuestión el actual status quo de maridaje de intereses entre la tecnología eólica y los ciclos combinados. La termosolar con almacenamiento podría ser la tecnología de respaldo necesaria para los parques eólicos. Instalada de forma distribuida en zonas relativamente cercanas a ellos, podría, además, optimizar la ocupación de las redes de transporte, justificando económicamente dichas inversiones.
El Gobierno se encuentra así ante la tesitura de tratar de defender la rentabilidad de las compañías que efectuaron enormes inversiones en ciclos combinados —de cuyo acierto o error no debe ser responsable toda la sociedad, ni el gobierno o las empresas de renovables— o mirar al futuro apostando por una tecnología, la termosolar, gran generadora de empleo y desarrollo económico en muchas regiones y preparada para aprovechar las grandes oportunidades internacionales que se están abriendo.
Esperamos, no obstante que la cuota para proyectos innovadores del nuevo R.D., que facilite esa necesaria evolución, sea elevada significativamente frente a la propuesta inicial de 80 MW y que dicho nuevo R.D. pueda ser publicado en el B.O.E. a finales de septiembre. ¡Ah! y también que este nuevo curso que empieza sea más tranquilo y se consolide todo lo emprendido.