La reducción de la demanda energética, la gran olvidada del programa de rehabilitación de edificios públicos (PIREP)
La Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (Afelma) ha celebrado la reciente publicación de la primera convocatoria de ayudas del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos (PIREP) por parte del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), que cuenta con un presupuesto de 600 millones de euros dirigidos a entidades locales (concretamente municipios, Diputaciones Provinciales, Cabildos y Consells insulares). Sin embargo, muestran su preocupación por no tener en cuenta la reducción de la demanda como criterio de exigencia en la parte de comprobación del ahorro energético de las actualizaciones realizadas, sino únicamente la reducción del 30% del consumo de energía no renovable.
Las políticas de subvenciones que se adoptan a nivel del Estado mandan señales a todo el sector, tanto sobre el presente como sobre el futuro. En el caso de la rehabilitación, la disparidad de criterios entre programas de un mismo Ministerio, como sucede entre la Dirección General de Agenda Urbana y Arquitectura y la de Vivienda y Suelo, pueden generar cierta intranquilidad y desconfianza en el mercado.
“En un momento en el que se acusa el gran aumento del precio energético para las familias, y teniendo en cuenta la necesidad de una transición hacia un modelo basado en la reducción del consumo, la Administración Pública debe servir de ejemplo para el resto de la sociedad en el momento de acometer reformas en los edificios públicos”, ha afirmado Oscar del Rio, presidente de Afelma. “Aunque el PIREP ya se ha publicado y se han abierto las primeras convocatorias, consideramos que el Gobierno debe adoptar medidas adicionales para garantizar que las actuaciones que se acometan dentro de este programa también vayan encaminados a buscar la reducción de la demanda energética, un objetivo que, a la larga, beneficiará a toda la sociedad. El Documento Básico de Ahorro de la Energía (DB-HE) del Código Técnico de la Edificación (CTE) exige que los edificios dispongan de una envolvente térmica que limite las necesidades energéticas”.
Afelma lleva tiempo trabajando con las autoridades para concienciar sobre la necesidad de edificar y rehabilitar mejor, principalmente mediante la elección de materiales que permitan aumentar la eficiencia energética de los edificios y reducir la dependencia energética, contribuyan con una economía circular, mejoren el confort acústico y garanticen la seguridad frente al fuego en caso de incendio de nuestros edificios.
En materia de eficiencia, en España los edificios son responsables de un tercio del consumo de energía final, principalmente por las elevadas necesidades de calefacción y refrigeración de un parque edificado que se construyó, en el 90% de los casos, antes de la aprobación del CTE, y casi un 60% antes de que existiera cualquier normativa sobre eficiencia energética.
Con el fin de demostrar la reducción en el consumo energético que se puede alcanzar mediante mejoras en el aislamiento de la envolvente de un edificio, Afelma junto con Atedy, han realizado una simulación de rehabilitación que ha demostrado la posibilidad de reducir la demanda energética en valores cercanos al 40%.
Teniendo en cuenta los excepcionales resultados, la Asociación considera que impulsar únicamente una transición a otras fuentes de energía es un enfoque estratégico desacertado, y más teniendo en cuenta la oportunidad única que suponen los fondos europeos para impulsar la transición energética y descarbonizar el parque edificatorio existente, medidas que España necesita para afrontar los retos económicos, geoestratégicos y climáticos de las próximas décadas.
Se han asignado a España más de 6.000 millones de euros a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia del Fondo Next Generation de la Unión Europea. Unos fondos que sólo son el punto de partida de una ola de renovación con un horizonte de más de 30 años. Para cumplir con los objetivos europeos, España tiene que rehabilitar 1,2 millones de viviendas de aquí a 2030 (7 millones para 2050) y será necesario aprovechar esas intervenciones para mejorar su calificación energética, en gran parte mediante mejoras a nivel de aislamiento en la envolvente, para que los edificios tengan menos necesidades energéticas y emitan menos CO2.