El sector europeo de la construcción prevé seguir creciendo tras la pandemia
El pasado 25 de noviembre, ITeC, Institut de Tecnologia de la Construcció de Catalunya, presentó las conclusiones del informe de invierno de Euroconstruct, grupo independiente de análisis formado por 19 institutos europeos con la finalidad de presentar sus informes sobre la situación actual y futura de los mercados de la construcción. El ITeC elabora el informe de España para este grupo.
La presentación de las conclusiones se hizo en formato telemático y corrió a cargo de Francisco Diéguez, director general del ITeC, y Josep R. Fontana, jefe del Departamento de Mercados del instituto.
En primer lugar, se analizaron los datos del sector europeo de la construcción, sobre el cual confluyen dos potentes corrientes en sentidos opuestos. La corriente positiva proviene de la intensa recuperación económica y de los estímulos que están llegando al sector, que han conseguido no tan solo normalizar la demanda en muy poco tiempo, sino generar un extra de demanda con el cual no se contaba en los escenarios pre-pandemia. Por otra parte, la corriente negativa es consecuencia de la severa inflación que está disparando los costes de construir y que se sobrepone al problema recurrente de la escasez de mano de obra. Esto hace que el reto clave para el futuro inmediato sea contar con suficiente oferta.
Euroconstruct ha intentado conciliar estas corrientes antagónicas en su nueva previsión, y aun así el escenario continúa resultando más optimista que el publicado en el informe del semestre pasado. La vuelta a los niveles de producción del 2019 se producirá ya al cierre del 2021, y no en 2022 como se preveía anteriormente. La recuperación ha requerido menos tiempo porque la caída de producción en 2020 (-4,7%) ha resultado menos extrema respecto a la última estimación, pero sobre todo porque el rebote experimentado en 2021 (5,6%) ha sido muy contundente. El sector todavía conservará suficiente inercia para crecer con claridad en 2022 (3,6%). Sin embargo, en las proyecciones para 2023 (1,5%) y 2024 (1,2%) el ritmo de avance se modera o, si se prefiere, se normaliza, puesto que estas cifras coinciden con las tasas medias de crecimiento del sector en lo que llevamos de siglo.
Otro detalle que infunde confianza es que la recuperación está llegando a la mayoría de países. Once de los diecinueve países que participan en Euroconstruct conseguirán acabar 2021 a niveles iguales o superiores a 2019, y en ese grupo siete países superarán sus cifras del 2019 por más de un 4%. En la previsión para 2022 se observa que el número de países rezagados se ha reducido tan solo a tres, pero que representan casi un 14% del mercado europeo, puesto que Francia aún forma parte de este grupo de cola.
El comportamiento de la edificación residencial de nueva planta responde literalmente a la famosa ‘recuperación en V’. La caída de producción del 2020 (-6,8%) ha venido seguida de un repunte muy vigoroso en 2021 (7,3%) que permite que 2022 empiece al mismo nivel de producción que 2019. Pero 2022 también arranca con una cartera de pedidos con un 4,5% más de viviendas respecto a la de 2019, síntoma de que la demanda se ha intensificado. La previsión de la producción para el 2022 contempla un 3,9% de crecimiento y ratifica el mensaje de informes anteriores conforme el mercado residencial avanza hacia unos niveles que no se creían posibles antes de la irrupción del coronavirus. Pese a que el techo de este mercado está situado más arriba de lo que se creía, no se tardará demasiado en llegar a él porque la recuperación está siendo rápida, con lo cual las proyecciones para 2023 y 2024 tan solo contemplan crecimientos del 1,2% anual. Países Bajos, Dinamarca, Irlanda y Polonia se comportarán por encima de la media, mientras que Finlandia, Noruega y Suiza quedarán por debajo.
La edificación no residencial continúa siendo el subsector con más dificultades para recuperarse, de manera que no se reencontrará con los niveles de producción prepandemia hasta 2023. Sin embargo, la nueva previsión también se ha revisado al alza, y ahora tras el retroceso de 2020 (-8,1%, el más intenso entre los subsectores) ya no se espera estancamiento en 2021, sino crecimiento (2,9%). La mejora proviene del alivio experimentado por el tejido empresarial europeo al constatar que ha sufrido un impacto más moderado de lo esperado, gracias a las medidas de contención de daños y a la intensidad del rebote económico, lo cual permite retomar muchos planes de inversión. Esto se traslada también a la previsión para el 2022 (4,3%) y a las proyecciones para 2023 y 2024 (2,1% anual promedio). Por nichos de mercado, la recuperación irá llegando de manera escalonada: en 2021, la logística; en 2022, las oficinas, los edificios de uso sanitario y del sector primario; en 2023, los edificios de uso sanitario y en 2024, los edificios industriales. Por países, vuelven a destacar positivamente Dinamarca e Irlanda, a los que se suma el Reino Unido.
En ingeniería civil se suman dos circunstancias que lo convierten en el subsector más expansivo: previamente a la pandemia, su potencial de crecimiento a medio plazo era el mayor del sector y luego ha sido el menos afectado por las disrupciones de 2020 (-1,3%). El mercado ya contaba con que los próximos años fuesen un ciclo favorable para las infraestructuras en Europa, de manera que los fondos Next Generation harán posible que todo ese potencial latente no se posponga y se pueda materializar, como mínimo, tal como se preveía antes del coronavirus. De momento, se espera cerrar el ejercicio 2021 con un crecimiento del 5,1% que implica superar con claridad la producción del 2019. La tendencia no se interrumpe en 2022 (4%) y a diferencia de la vivienda, en ingeniería civil no se prevé la inminencia de un techo, de manera que se aspira a seguir creciendo en 2023-2024 a ritmos del 2,2% anual. En la nueva previsión, el nicho de la energía se ha convertido en el que concentra las mayores expectativas. Italia ha revisado significativamente al alza su previsión y se une al grupo de países con un horizonte más ambicioso, en donde encontramos países extracomunitarios como Noruega y el Reino Unido, ajenos al factor Next Generation.
En España, aumentan las expectativas y las incertidumbres
La economía española está muy pendiente de la evolución de la inflación y del despliegue del Plan de Recuperación sufragado por los fondos Next Generation. Ambos factores son también muy críticos para la construcción, puesto que podrían echar a perder el clima de optimismo del sector, alimentado por el buen pulso del mercado inmobiliario. Aunque las previsiones han mejorado como en la mayoría de países europeos, la incertidumbre también ha repuntado puesto que no hay garantías de que la escalada de costes tenga un final próximo ni de cuál será el efecto tractor del Plan de Recuperación.
Tras la contracción sufrida en 2020 (-9,3%), se prevén dos años de crecimiento sustancial (6,5% en 2021 y 8,0% en 2022) que bastarían no solo para recuperar los niveles del 2019, sino para sobrepasarlos con un 4% de margen. Desde ITeC se confía que las inercias generadas aún sean capaces de propulsar al 2023 (4,5%) por encima de la previsión del PIB. En la proyección para el 2024 sí que se esperan crecimientos (2,5%) más en sincronía con la economía.
La vivienda de nueva planta sufrió un retroceso del -10,6% en 2020, pero recuperará los niveles prepandemia en 2022. La demanda ha vuelto con fuerza durante 2021, con lo que se espera crecer un 7,5%. No está claro que la demanda pueda mantenerse así a medio plazo, ya que podría tratarse tan solo de demanda embalsada durante la crisis sanitaria. Las viviendas para alquiler social incluidas en los fondos Next Generation suponen el regreso de la demanda pública tras un largo periodo de virtual ausencia, y no parece que la nueva Ley de Vivienda vaya a causar un ‘shock’ excesivamente traumático. La producción aún puede crecer a buen ritmo en 2022 (8%) si bien la proyección para 2023 y 2024 contempla un retorno a ritmos más normales (2,5% anual promedio)
La rehabilitación también tiene previsto volver en 2022 al nivel de producción de 2019, en buena parte gracias al crecimiento de la demanda entre las familias que han detectado carencias en sus viviendas durante los meses de emergencia sanitaria, y que ahora están sufragando con el ahorro forzoso de este periodo. Sobre el papel, las medidas de estímulo a la rehabilitación del Plan de Recuperación deberían convertir 2022 en un año todavía más expansivo. Sin embargo, las ayudas están condicionadas a rebajar el consumo de energía, lo cual podría disuadir a parte de la demanda (inversiones demasiado elevadas) y al mismo tiempo limitar la oferta (insuficientes especialistas). En suma, hay suficiente potencial teórico para encadenar tres años (2021 a 2023) con crecimientos anuales entorno al 7%, pero hay muchas incertidumbres al respecto de qué parte de ese potencial se conseguirá materializar en la práctica.
La edificación no residencial deberá esperar al 2023 para que la producción regrese a las cotas de antes de la pandemia. Como en el resto de Europa, el impacto sufrido en 2020 (-13%) ha sido superior al del resto de subsectores y el arranque en 2021 aún ha sido dubitativo (5%) puesto que los inversores aún perciben riesgos excesivos en determinados nichos de mercado (comercial, industrial). Debido al tipo de materiales consumidos, la inflación de los costes de construir se está notando más en el contexto no residencial, de manera que se hace difícil prever demasiada aceleración en 2022 (5,5%). La proyección para 2023-2024 se limita al 2,5% anual.
La ingeniería civil parte de una situación pre-pandemia bastante deprimida, que ha contribuido a que el 2020 haya resultado bastante llevadero (-6,1%) y a que en los años siguientes las tasas de crecimiento sean altas. El ciclo electoral municipal ha sido decisivo en el buen comportamiento de 2021 (7%) que se debería superar en 2022 (8,5%) y 2023 (5,9%) gracias a los efectos catalizadores del Next Generation. El éxito del Plan de Recuperación, aparte de que se gestione adecuadamente, depende de que se atraiga suficiente inversión privada. Éste es un tema en el que España no tiene una trayectoria particularmente brillante, la cual no ha mejorado tras las últimas medidas de choque para reducir la factura eléctrica.
La siguiente reunión del foro Euroconstruct se celebrará los próximos días 9 y 10 de junio en Varsovia, organizada por PAB, el miembro polaco del grupo.