Entrevista a Pablo Martín, director de Asefave
Diversos factores confluyen en que la renovación esté adquiriendo un papel cada vez más importante dentro del sector de la ventana y el cerramiento. Entre ellos, se puede citar las actualizaciones normativas que inciden en la mejora energética de las envolventes o las ayudas públicas en forma de subvenciones o desgravaciones fiscales para incentivar este propósito. Asimismo, tras la salida del confinamiento se ha producido un importante auge de las intervenciones de renovación en los hogares para hacerlos más cómodos, ante el temor a la repetición de un escenario similar. De todo ello hemos conversado con Pablo Martín, director de Asefave.
La mejora de la eficiencia energética en los edificios es esencial para cumplir con los compromisos europeos de reducción del consumo de energía. ¿Cuál es el peso que tiene la ventana y el cerramiento acristalado en este reto?
Una buena rehabilitación energética ha de actuar primero sobre la reducción de la demanda, de forma que cuando se intervenga sobre las instalaciones, estas queden dimensionadas de forma óptima. Se hace necesario, por tanto, mejorar la calidad de la envolvente térmica, como medida pasiva, lo que permitirá controlar el consumo energético del edificio y las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, un buen diseño del edificio, y en especial un correcto tratamiento de su envolvente será fundamental.
La forma de reducir la demanda en un edificio existente es rehabilitar su envolvente térmica, siendo las ventanas y los cerramientos acristalados los elementos sobre los cuales, habitualmente, se consiguen mayores porcentajes de mejora respecto a la situación de partida.
La entrada en vigor del renovado CTE, ¿cómo influye en el impulso a la rehabilitación energética de los edificios y, en consecuencia, de sus envolventes?
Todo cambio normativo ha de suponer un estímulo para avanzar en la mejora de los edificios. Los cambios de diciembre de 2019 en el DB HE suponen unos valores más exigentes en los valores de transmitancia térmica y de permeabilidad de los huecos. Ello supone que las mejoras en ahorros son superiores cuando se lleva a cabo una rehabilitación y, por lo tanto, hay más facilidad de optar a programas de subvenciones como el programa PREE, de próxima entrada en funcionamiento.
Por ello, hay que esperar que en los próximos meses se note una mayor actividad en el sector de la rehabilitación, con los condicionantes que la actual situación socioeconómica supone para la puesta en marcha de proyectos.
Más allá de las medidas que empiezan a ser de obligado cumplimiento para los edificios de nueva construcción con el objetivo de reducir su consumo energético, existe todavía un gran parque de construcciones que están por debajo de las exigencias deseables. En estos casos, las ventanas tienen un papel esencial. ¿Existe una estimación del número de ventanas en España que deberían ser sustituidas para reducir el gasto energético en viviendas y oficinas?
En la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación (ERESEE 2020) que el Gobierno envió a Bruselas esta primavera, se analiza sobre el total del parque edificatorio existente (estimado en unos 25 millones de viviendas) cuál sería el número de viviendas sobre el que sería rentable realizar una rehabilitación basada únicamente en criterios de ahorro energético.
La rentabilidad se centra en las zonas climáticas con un invierno más exigente (zonas D y E, aunque también ciertas localidades en zonas C), lo cual supondría tener que actuar de forma más inmediata sobre un total de 7 millones de viviendas.
¿Cuál es el peso que tiene en la actualidad la rehabilitación energética en la actividad del sector de la ventana y el cerramiento? ¿Qué margen de mejora tiene esta actividad en nuestro país?
Hay que recordar que el ahorro energético no ha de ser el único criterio que se siga a la hora de valorar la rentabilidad de una rehabilitación, hay otros criterios (acústica, salubridad, ...) que mejoran el confort de los edificios y viviendas.
Con los datos de visados a finales de 2019, mientras se iniciaron 110.000 viviendas, los visados en rehabilitación de edificios y viviendas no llegaron a 60.000.
No obstante, centrándonos en el sector de la ventana y el cerramiento, se debe considerar que la gran mayoría de actuaciones de sustitución de carpinterías para el usuario particular no conlleva la obtención de un visado colegial, por lo que quedan fuera de las estadísticas oficiales.
Una estimación aproximada nos indica que, en 2019, dos de cada tres ventanas fabricadas en España se destinaron a la rehabilitación.
¿Qué medidas se están adoptando desde las administraciones para impulsar la rehabilitación de elementos de la envolvente con el objetivo de mejorar el rendimiento energético de los edificios?
En la situación de 2020 se están juntando diversas circunstancias.
Por un lado, se mantienen planes específicos con criterios de eficiencia energética como son los planes renove de ventanas impulsados desde las comunidades autónomas, a los que en las próximas semanas se sumará el programa PREE (plan de rehabilitación energética de edificios) impulsado por el IDAE, pero que será gestionado por las comunidades autónomas.
Por otro lado, existen programas que buscan estimular la demanda en el sector para paliar los efectos de la crisis provocada por la pandemia, no necesariamente vinculados a objetivos de ahorro energético, como puede ser el Plan renove etxea lanzado por la Diputación de Vizcaya.
Finalmente, iniciativas como la de Galicia de permitir la desgravación en la cuota íntegra autonómica del IRPF por rehabilitación de la vivienda, suponen un importante estímulo a que los ciudadanos realicen obras de rehabilitación.
Desde Asefave se propone la creación de un IVA específico para estimular la rehabilitación energética de edificios. ¿En qué consiste esta medida? ¿Cuál está siendo la aceptación de esta propuesta por parte de la administración?
Se trata de generar una cultura de rehabilitación en España desligada de subvenciones, de forma que la demanda de la actividad se mantenga constante durante el año, sin sufrir los efectos punta y valle que se generan en el sector cuando el ciudadano se decide en función de si existe un programa de ayudas o no.
De esta forma, si la rehabilitación se realiza con unos productos que tienen las prestaciones conformes con los objetivos de ahorro energético que establezca la administración y los instalan profesionales debidamente formados y acreditados por la administración, el IVA a aplicar en el conjunto de la obra debería ser un IVA específico muy inferior al 21% actual.
Existe la experiencia desde 2014 en Francia (a través del programa Cité) que ha funcionado muy bien hasta la actualidad.
ASEFAVE lleva años proponiendo esta línea de actuación a la administración, siendo en general buena la acogida, pero quedando todo en manos del Ministerio de Hacienda.
Es cierto que en la estrategia ERESEE 2020 se contempla la fiscalidad verde en actividades como la rehabilitación de edificios, hay que esperar que se incluya este IVA específico.
Mejorar la calidad de la envolvente térmica contribuye a controlar el consumo energético del edificio,
Finalmente, se ha notado en el sector un incremento de la demanda de renovación de cerramientos tras el periodo de confinamiento motivado por la pandemia?
Desde el mes de mayo y, sobre todo, junio la actividad está siendo elevada. A ello han contribuido dos factores.
El parón desde mediados de marzo hasta mediados de mayo, ha conllevado retomar las obras paradas o retrasadas y reactivar las carteras de pedidos.
Asimismo, el confinamiento al obligar a los ciudadanos a pasar más tiempo en las viviendas, ha puesto de manifiesto las carencias de los hogares, con lo que sí que se ha notado un incremento en la petición de presupuestos.
Pero es cierto, que se está trabajando con la incertidumbre de lo que pueda suceder con nuevas medidas de confinamiento en los próximos meses, lo cual hace que la puesta en marcha de grandes proyectos se esté viendo postergada.
