Hay que evitar riesgos como caídas de objetos, desplazamientos de la estructura o entrada de intrusos no deseados
Cómo asegurar un andamio frente a caídas, desplazamientos y cacos
Los andamios son un elemento más del paisaje urbano. La necesidad de rehabilitar edificios hace que, en los paseos por cualquier pueblo o ciudad, uno se encuentre, muchas veces, con una de estas estructuras. Hay que acercarse sin miedo. Los trabajadores encargados de proyectarlo, montarlo y mantenerlo habrán tomado las medidas de seguridad necesarias para evitar riesgos como caídas de objetos, desplazamientos de la estructura o, para seguridad de los habitantes del edificio andamiado, entrada de intrusos no deseados a los locales comerciales y viviendas que quedan en su interior.
Jonathan Alonso Martínez es CEO de Andamios en Madrid, una empresa que lleva años en el negocio del alquiler de andamios —y su posterior montaje— por toda España. Según Jonathan Alonso, todo correcto y seguro montaje de un andamio tendrá que tener en cuenta los siguientes puntos:
- Realizar un estudio previo del lugar de instalación.
- Observar tanto las instrucciones del fabricante como las condiciones de trabajo de los montadores.
- Instalar, si fuera necesario, la correspondiente iluminación artificial.
- Observar las vibraciones y las condiciones meteorológicas del lugar, en particular las cargas de viento.
- Reparar en la protección colectiva para evitar caídas.
- Que todas las labores descritas hayan sido realizadas por un profesional cualificado.
Montaje, uso y desmontaje
Por mucho cuidado que se ponga, siempre serán pocas las precauciones que se tomen cuando se proceda a realizar el montaje y desmontaje de estas estructuras. David Manchado Vilches lleva años en la profesión. Para él, si se quiere minimizar cualquier tipo de riesgo, durante el montaje de un andamio, habrá que “tramitar un certificado de estabilidad que garantice la seguridad de los trabajos; evitar la improvisación y el desplazamiento accidental de las plataformas; eliminar, reducir y controlar el riesgo de caídas; poner todos los medios para impedir que el equipo se desequilibre mientras se trabaja; eliminar, reducir y controlar los riesgos derivados de las condiciones meteorológicas, las interferencias entre edificios y obras próximas; y, por último, instalar y aislar todas las instalaciones eléctricas que necesite el andamio”.
En qué consiste el trabajo de este coordinador
Barreras y detectores de infrarrojos
Todos los expertos coinciden en que ambos elementos son, por integrar, los dos, dispositivos de rayos cruzados, una de las mejores opciones existentes para detectar intrusos. Estudiados, además, para evitar falsas alarmas, funcionan, básicamente, a través de transmisores que son leídos por todos los detectores instalados en el andamio. Cuando uno de los rayos se interrumpe, se retrasa la activación de la alarma. Es cuando la interrupción se da en dos, o más, rayos, cuando el sistema de aviso se activa. Es la manera de evitar falsas alarmas.
En cuanto a que factores habrán de tenerse en cuenta a la hora de elegir un buen sistema de protección de andamios o estructuras tubulares, el montador David Manchado los enumera:
- Factores climáticos: Un sensor perimetral debe funcionar todo el día y bajo cualquier tipo de climatología. Sin embargo, bajo niebla o humo denso –y también, como consecuencia de fuertes granizadas o nevadas- los sensores perimetrales pierden efectividad. No así los infrarrojos, que suelen ir dotados de un mejor sellado de las ópticas, lo que les aísla de las interferencias provocadas por la humedad. Un buen andamio suele llevar una combinación de ambos tipos de sensores.
- Resistencia a la luz: Un sensor perimetral puede verse afectado por el deslumbramiento del efecto espejo de los charcos del agua de lluvia, los faros de los coches, la luz de una linterna. Por esta razón, es importante que los sensores perimetrales instalados en un andamio tengan una alta tolerancia al deslumbramiento, a poder ser, por encima de los 50.000 lx.
¿Todo correcto? Pues a rehabilitar y reparar lo que haya que rehabilitar o reparar en la construcción andamiada.