Passiv Etxea en Ibero, Navarra
Un grupo formado por ocho personas, con el que hemos pretendido cubrir un amplio espectro de edades y generaciones, tuvo la oportunidad de habitar y experimentar una casa pasiva durante un fin de semana de este caluroso verano 2018. A continuación nos narran su experiencia. También pudimos hablar con el arquitecto de esta casa, Iñaki Archanko, de BOA Arquitectos, quien también nos explica cuál ha sido el proceso de construcción de estas dos casas y los resultados obtenidos.
El lugar: en el mismo centro de Ibero, un pequeño pueblo con encanto en plena cuenca de Pamplona, a escasos kilómetros de la capital navarra. Su entorno paisajístico e interés cultural, más las posibilidades de realizar diferentes actividades al aire libre, ya garantizan una agradable y placentera estancia.
La casa: Passiv Etxea, obra del estudio de arquitectura BOA Ecoarquitectos. El conjunto consta de dos casas de siete y seis habitaciones completas, preparadas para la actividad de turismo rural y con posibilidad de comunicarse entre ellas en caso de ocupación por grupos con ocupación superior a la individual de cada una.
El grupo: cuatro generaciones formadas por las parejas Joan y Enriqueta (90 y 87 años), Xavier y Neus (61 y 58 años), Juan y Lole (51 y 47 años) y sus hijas Andrea y Lucía (19 y 12 años)
Las sensaciones
Joan y Enriqueta: Por lo avanzado de nuestra edad, nos ha tocado vivir épocas tristemente duras, otras de esperanzadora recuperación, pero siempre con avances importantes si miras atrás. Hemos pasado por los extremos de la barra de hielo para refrescar o del brasero para calentar (es lo que había) a una casa inteligente como esta, que cuida en todo momento de tu bienestar. O del “biscúter”, que fue nuestro primer coche a vehículos que conducen ya casi por nosotros. Más allá de esto, ¿qué más cabe esperar? Nuestra capacidad mental ha sido receptiva a todo tipo de adelantos y a ellos nos hemos ido adaptando. Es sencillamente espectacular que una casa pueda auto gestionar nuestro confort sin necesidad de calefacción o aire acondicionado, que prácticamente no gaste. ¡¡Increible!!
Xavier y Neus: Por nuestra vinculación con el sector de los cerramientos, los términos 'passivhaus', casa pasiva, edificio de consumo de energía casi nulo, sostenibilidad, etc., nos son muy familiares y nos es fácil entender el funcionamiento de una vivienda construida bajo este estándar. La experiencia de habitarla y usarla, aunque durante un fin de semana, ha sido muy positiva. La teoría que ya conocíamos puesta a la práctica nos ha sorprendido agradablemente, en especial las ventanas de altas prestaciones y el sistema intercambiador de calor. Está claro que no todo lo que se construya va a tener ese nivel de aislamiento que hemos experimentado, pero sí es seguro que la edificación pasa por el ahorro energético como uno de los conceptos esenciales.
Juan y Lole: Cuando nos explicaron el concepto 'passivhaus' y se nos propuso la experiencia no nos lo pensamos dos veces. Lo cierto es que sorprende la hermeticidad que debe tener la vivienda para que funcione óptimamente. En algunos momentos la sensación de aumento de temperatura se hace evidente, quizás por la convivencia de ocho personas en una estancia a ciertas horas del día. La acción de abrir ventanas para que corra el aire de inmediato es tentadora, aunque la casa reaccione. También, y sobre todo por la mañana al levantarse, la mayoría tenemos la costumbre de abrir para ventilar y no tener a priori la necesidad parece un contrasentido.
Andrea y Lucía: Nuestra generación ha nacido con las nuevas tecnologías bajo el brazo (mejor dicho, bajo los dedos) y este tipo de construcción, que nos parece ahora deslumbrante y de la que no habíamos oído hablar, será de lo más normal cuando nos toque independizarnos de la familia. Nos ha gustado mucho estar en una casa de estas características y constatar hacia donde se encamina nuestro futuro. Los jóvenes ya venimos concienciados de la necesidad de ahorrar energía al máximo y de que el mundo en que vivimos necesita y debe ser más habitable, saludable, confortable… Y, sin lugar a dudas, conectado siempre.
Entrevista a Iñaki Archanco, de BOA Arquitectos
¿Satisfechos con el resultado de estas dos casas Passiv? Háblanos de su proceso constructivo.
Muy satisfechos de haber podido comprobar que tanto un sistema constructivo poco común en España (una de las casas está construida con CLT, madera contralaminada), como el habitual sistema de estructura de hormigón y muros portantes de ladrillo perforado permiten alcanzar los parámetros de un estándar tan exigente como el Passivhaus.
El proceso fue complejo por ser nuestra primera experiencia con el estándar (y una de las primeras a nivel estatal) y también la del constructor y varios de los gremios. Además, nos encontrábamos con un punto de partida de edificios existentes y entre medianeras, que nos obligaron a tener que cambiar parte de las soluciones de proyecto durante el transcurso de la obra.
Después de la experiencia de las dos casas construidas en Ibero y con un par de años ya funcionando, ¿cambiaríais algo para mejorarlas si fuera este el caso?
La única pega que tienen las casas es la de su ocupación discontinua, que hace que las temperaturas de confort óptimo no se mantengan en los momentos sin uso (por ausencia de cargas internas en invierno y por no actuar sobre las ventanas en las noches de verano) y luego cueste un poco alcanzarlas en algunos momentos. Si logramos llegar a un nivel de ocupación más continuo se reducirán esas situaciones.
¿En qué puntos se basa el estándar de casa pasiva?
Los principios del estándar Passivhaus son cinco: alto nivel de aislamiento, carpinterías de altas prestaciones, ausencia de puentes térmicos, alto nivel de estanqueidad al paso del aire y un sistema de ventilación de doble flujo (permite mantener un aire limpio al interior sin perder la energía que este tiene). Además, en nuestro caso, se han planteado unas soluciones constructivas que reducen los impactos medioambientales: materiales naturales, reutilización de materiales, sistemas de obra seca, …
¿Cuál es su consumo energético? ¿Qué diferencias de gasto cabría esperar si estas mismas casas se hubieran construido sin seguir el estándar passiv?
Para la casa 2 (de hormigón y certificada PASSIVHAUS), el consumo a lo largo del año pasado fue de 5.818 kWh. Dado que la superficie es de 203,3 m², el consumo anual por m² fue 5.818 kWh / 203,3 m² = 28,61 kWh/ m²año
En lo que respeta al consumo para la producción de ACS, éste fue de 3.229 kWh. Así, dado que la superficie es de 203,3 m², el consumo anual por m² fue: 3.229 kWh / 203,3 m² = 15,88 kWh/ m²año
Por lo tanto, el consumo para ‘climatizar’ fue de 28,61 kWh/ m²año - 15,88 kWh/ m²año = 12,73 kWh/ m²año
De haber construido las viviendas sin seguir el estándar Passivhaus los consumos podrían rondar los 40 kWh/ m²/año para calefacción y 65 kWh/ m²/año de consumo total.
¿Qué zonas climáticas de nuestro país son más propicias para las casas pasivas? ¿En qué abanico de climas o temperaturas funcionan mejor?
Históricamente, y por su origen, el estándar ha estado asociado a los climas fríos, pero hoy en día se ha demostrado ya que el estándar es de aplicación en cualquier clima.
¿Qué os movió a dirigir vuestra actividad hacia este tipo de edificación?
Sin duda, una preocupación personal por el impacto que la actividad humana (y en una medida muy importante la actividad constructiva) está ejerciendo sobre el medioambiente.
Cuéntanos el porqué de BOA, proyectos realizados, proyectos en cartera…
Los socios de BOA arquitectos teníamos una vocación por ejercer la arquitectura, que se fue matizando a lo largo de nuestros años de ejercicio común y que nos ha ido llevando a buscar propuestas de menor impacto energético, ambiental y social. Hemos trabajado en el ámbito del comercio, la arquitectura residencial, la rehabilitación y los edificios dotacionales.
En la actualidad estamos a punto de empezar dos obras Passivhaus: un edificio para los guardas forestales de Gobierno de Navarra en Estella (todo él construido en madera) y la rehabilitación de un bloque de viviendas en el centro histórico de Pamplona. También estamos trabajando en el proyecto para un colegio público bajo el estándar Passivhaus en Ribaforada. Tenemos, también entre manos algún proyecto de vivienda de bajo consumo energético.
¿Hasta qué punto es consciente el usuario hoy del confort que ofrece una casa pasiva?
La gente que ha oído hablar del estándar lo ha hecho bajo la idea del bajo consumo energético, que podría ser lo que primero llamase la atención sobre un posible futuro usuario. Sin embargo, no son conocedores de que este tipo de construcción genera unos espacios interiores con un nivel de confort y salubridad muy superior al de los edificios construidos de la manera tradicional. Solo aquellos que han podido vivir un edificio Passivhaus son conscientes del nivel de confort de los mismos.
¿Qué futuro, constructivamente hablando, nos espera?
La propia normativa ya nos va llevando hacia estándares muy próximos al Passivhaus, por lo que el futuro constructivo será el de edificios de bajo consumo energético que requieren unos procesos constructivos mucho más ajustados y precisos. Además, cada vez dispondremos de más materiales de bajo impacto ambiental.