Con cualquier sistema mecánico, el mantenimiento es un factor clave para garantizar unos niveles máximos de rendimiento y vida útil

Vivimos en un mundo cada vez más conectado y el término 'edificio inteligente' se ha aceptado como algo común. El diccionario de edificios inteligentes define el término como”un edificio que integra la tecnología y el proceso para crear una instalación que sea más segura, más cómoda y productiva para sus ocupantes y más eficiente desde el punto de vista operativo para sus propietarios”. Las avanzadas tecnologías, combinadas con los nuevos procesos de diseño, construcción y operaciones, proporcionan una gran calidad ambiental interior que mejora la comodidad y la productividad de los ocupantes, al tiempo que reduce el consumo de energía y los costes de mantenimiento.

Tradicionalmente, cada edificio tenía su propia infraestructura aislada y utilizaba sistemas, estándares y protocolos dispares. Esto dio lugar a la duplicación de esfuerzos y materiales. También produjo una mayor complejidad y coste en la administración de instalaciones, mientras que los sistemas conectados proporcionan una imagen mucho más clara de las instalaciones de los edificios.

La conexión remota y la optimización de un BEMS aborda la parte de la administración de energía y una solución centralizada permitiendo que las instalaciones sean monitorizadas y controladas en remoto.

Con cualquier sistema mecánico, el mantenimiento es un factor clave para garantizar unos niveles máximos de rendimiento y vida útil. Aunque los BEMS proporcionan una gran cantidad de beneficios tangibles, muchos clientes no obtienen un valor adecuado, debido a que el sistema opera de una forma ineficiente. Incluso cuando se toman las medidas proactivas para optimizar las instalaciones del edificio, a menudo, se lleva a cabo a través de un plan de mantenimiento predictivo (PMP), que implica reemplazar ciertos componentes según un cronograma temporal, en lugar de hacerlo cuando están realmente desgastados o cuando funcionen de forma ineficiente.

Por supuesto, una PMP es mejor que un enfoque reactivo para el personal de mantenimiento, que depende del mal funcionamiento del equipo o de las averías para realizar las intervenciones y que puede producir gastos innecesarios y paradas del servicio, generando un perjuicio para los ocupantes y gestores del edificio.

Cuando se busca mejorar la forma en la que debe de funcionar un edificio, es importante minimizar el uso de energía, y tener en cuenta los datos que genera un BEMS ya que permiten tomar decisiones sobre cómo minimizar los costes de mantenimiento. La pregunta es ¿cómo hacerlo?

La respuesta es una mejor monitorización que pueda dotar de una inteligencia al proceso y alineación con el concepto defendido por asociaciones como BSRIA (owned by The Building Services Research and Information Association) de mantenimiento focalizado en el negocio (Business Focused Manteinance), que describe una metodología para utilizar los presupuestos de una manera más efectiva. Cada vez más, las organizaciones esperan que la fiabilidad de los servicios del edificio mejore y BSRIA, por ejemplo, proporciona una metodología de cálculo que comprende un conjunto de averías más comunes, consecuencias y acciones preventivas para una gama de activos en las instalaciones. Estas premisas se deben tener en cuenta al revisar el contenido de las tareas de mantenimiento para garantizar que las actividades de mantenimiento aborden estas averías más comunes. En última instancia, se mantienen los activos críticos para el negocio, mientras que otros activos menos críticos se administran lo mejor posible dentro del presupuesto disponible.

La conexión remota y la optimización de un BEMS aborda la parte de la administración de energía y una solución centralizada permitiendo que las instalaciones sean monitorizadas y controladas en remoto. Esto no implica solamente tener que hacer cambios en las consignas, sino que además facilita el diagnóstico, la configuración del sistema en tiempo y forma, aborda cualquier problema relacionado con la energía y predice las formas en que los equipos se pueden usar de manera más eficiente. El equipo de expertos de Trend proporciona el primer punto de interacción con los clientes y una respuesta rápida a los problemas relacionados con los BEMS mediante el uso de un software que comprueba, de forma continua, el correcto funcionamiento del sistema (incluyendo bucles de control y sensores) destacando las eventualidades que puedan ocurrir como válvulas que se atascan o quedan abiertas, controles que se anulan manualmente y otras fuentes potenciales de gasto de energía. La aplicación inteligente de los elementos de medida y la implementación de estándares pueden proporcionar datos basados en reglas de análisis para determinar la causa de cualquier ineficiencia.

Además, al usar los datos, el análisis y potentes herramientas de diagnóstico, la información sobre la actividad energética puede usarse para limitar el despilfarro energético ambiental, esto se traduce, directamente, en una factura de energía más baja y una mayor eficiencia. Las estrategias de conectividad inteligente también se pueden implementar monitorizando los patrones de uso y la respuesta a la demanda, de modo que el sistema utilice menos energía durante períodos con un pico alto de esta.

Únicamente con un plan de mantenimiento predictivo (PMP) se pueden generar posibles costes inesperados y si además se produce un funcionamiento deficiente de los equipos, puede conllevar un aumento en las facturas de energía. Por tanto, una monitorización conectada garantiza la tranquilidad porque facilita una solución que se adapta a la forma en que se utiliza un edificio. Se diseña una solución específica y única para cada edificio teniendo en cuenta factores tales como los patrones de ocupación, saber qué características del sistema son los más adecuados para cada área del edificio en particular y basar en ello la actividad de mantenimiento, evitando caer en aplicar una solución igual para todos los edificios.

Es importante destacar que el uso de la monitorización conectada evita al usuario la complejidad y los gastos asociados al uso de sistemas dispares y distintos proveedores de servicios. Cualquier ahorro puede utilizarse para financiar nuevas inversiones en la optimización BEMS que, a su vez, conduce a ahorros próximos y crea un círculo virtuoso.

Recopilar datos desde los BEMS simplemente por hecho de hacerlo es un ejercicio sin sentido; en última instancia, lo que cuenta es lo que usted hace con los datos. Trabajar con un fabricante que pueda proporcionar una monitorización conectada y un análisis de información de última generación significa que los datos del BEMS se usan para obtener el mejor efecto. Este enfoque crea una interacción más significativa entre el fabricante, el integrador de sistemas y el usuario final, lo que les permite trabajar en equipo, tomar decisiones inteligentes sobre el edificio y ofrecer menores costes de por vida.