El calor del sol como energía para los edificios
Sus peculiares ventanas en esquina con paños tridimensionales han supuesto un reto de carpintería (carp. Couto) para las altas prestaciones que se buscaban en la rehabilitación: secciones de madera de más de 70 mm y vidrios triples con cámaras de aire con argón y separadores de borde caliente.
Se trata de la rehabilitación energética de una vivienda situada en un bloque construido a finales de los 70 con vecinos en ambas medianeras, arriba y abajo. Se han utilizado criterios de casa pasiva: aprovechamiento del calor del sol, limitación de la demanda de calefacción, grandes aislamientos, control de puentes térmicos, carpinterías y vidrios de altas prestaciones, hermeticidad, ventilación mecánica controlada con recuperador de calor de alta eficiencia VMCRC y cálculos energéticos con el programa PHPP (Passivhaus Planning Package).
La composición del muro de fachada original era de medio pie de ladrillo cara vista, cámara de aire con aislamiento de lana mineral y tabique de ladrillo interior, enlucido y pintado. El aislamiento se encontraba deteriorado y descolgado en varias zonas.
Con el fin de no perder espacio en la vivienda se ha optado por tirar el tabique interior, crear una amplia cámara con paneles de yeso laminado PYL y rellenarla con aislamiento de celulosa insuflada (entre 120 y 200 mm de espesor). Entre la subestructura y los PYL se ha dispuesto una lámina reguladora de vapor Intello de Proclima que proporciona un buen comportamiento higrotérmico y contribuye a mejorar la hermeticidad. Se han aislado también las medianeras con las viviendas vecinas con 60 mm de celulosa.
El derribo del tabique interior del cierre de fachada permite resolver adecuadamente posibles puentes térmicos y garantizar la continuidad del aislamiento. El insuflado de cámaras ‘a ciegas’ con aislamiento, tan habitual en muchas reformas, no permite asegurar el correcto comportamiento energético de las viviendas ya que se desconoce el estado de las cámaras, muchas veces con cascotes en su interior y discontinuidades debidas a pilares y vigas.
Se ha dotado a la vivienda de una instalación de ventilación con recuperador de alta eficiencia (Zehnder) dispuesto en el techo del tendedero, fuera de la envolvente térmica. Los filtros del sistema garantizan unas buenas condiciones higiénicas del aire que entra al interior de la casa. El escaso descuelgue del aparato (menos de 35 cm), fijado al forjado superior, permite su incorporación sencilla en obras de rehabilitación donde el aprovechamiento del espacio cobra una especial relevancia. Los conductos de ventilación se han dispuesto a través de los falsos techos del vestíbulo, baños y cocina.
El bloque dispone de una instalación centralizada de calefacción. De los 9 radiadores de los que disponía la vivienda se han mantenido tan solo 2, uno en cada extremo de la casa, ya que las altas prestaciones energéticas conseguidas reducen la demanda a menos de la sexta parte.
Las mejoras en la hermeticidad, los aislamientos y las carpinterías y vidrios de baja transmitancia contribuyen a generar espacios confortables, sin corrientes de aire, con temperaturas estables en los que mediante la contribución de la instalación de ventilación se disfruta de una muy buena calidad del aire interior.
A pesar del esfuerzo en controlar la hermeticidad no se ha alcanzado el valor de 1 renovación / hora en el ensayo Blower Door exigido por EnerPHit (estándar Passivhaus para rehabilitaciones). Aun así, apuntar alto merece la pena: utilizar criterios Passivhaus y quedarse cerca de los exigentes valores del estándar también permite alcanzar edificios de consumo de energía casi nulo.
Espacios confortables, silenciosos, con una gran calidad del aire interior y que demandan muy poca energía. Fuente: J. Crespo, arquitecto.