Limitaciones tecnológicas en el reciclado de residuos de envases

El cumplimiento de la jerarquía de acciones establecida por la Comisión Europea para los envases y residuos de envases, obliga a los diferentes sectores industriales a modificar determinados aspectos en sus productos o procesos, con objeto de reducir el impacto ambiental de los mismos, y al mismo tiempo plantea demandas tecnológicas importantes en materia de tecnologías de revalorización y reciclado. Por otro lado las administraciones públicas se enfrentan a la necesidad de generar infraestructuras que posibiliten la correcta gestión de los residuos de envases. Entre ellas, la correcta identificación de todos los residuos se presenta como una labor muy importante para garantizar un residuo de calidad.

De todos es conocida la importancia de una correcta clasificación de los residuos para poder implantar un esquema de reciclado eficaz. La separación en origen es sin duda el método mejor para obtener una buena pureza del residuo, que permita su reciclado con un mínimo tratamiento. Tal es así que los residuos industriales separados en origen (mermas de producción, subproductos,...) tienen buenas posibilidades de mercado, y en la mayoría de los casos a partir de una única operación de recogida. Son residuos habitualmente limpios y homogéneos en cuanto a composición, por lo que tienen un valor intrínseco más alto.

Sin embargo en muchos procesos industriales no es viable realizar una separación en origen de materiales limpios y homogéneos en composición, bien por tratarse de residuos complejos "per se" o bien porque los requerimientos de espacio o de eficacia dentro de la propia empresa hacen inviable una contenerización adecuada.

Este hecho se multiplica por diez cuando, en lugar de residuos industriales, se hace referencia a residuos sólidos urbanos. La mayoría de esquemas de reciclado de envases implantados en la actualidad en nuestro entorno, incluyen además del contenedor de papel y del contenedor de vidrio, un tercer contenedor destinado a envases.

Aún así las posibilidades de contenerización, limitadas en muchas ocasiones, y la falta de cultura de reciclado entre la población y algunas administraciones, hacen que en algunos casos estos sistemas de contenerización fracasen, recogiéndose el residuo en un único contenedor, y en la mayoría de las ocasiones sin contenedor, directamente desde la propia vía publica. Es necesario por tanto disponer de tecnologías que permitan una clasificación adecuada de los residuos sólidos urbanos, tanto en las circunstancias en que un grupo de los mismos es separado en origen de la corriente principal, como en aquellas en las que esta separación no es viable o simplemente no se realiza.

Las tecnologías actuales de tratamiento de residuos de envases y de residuos sólidos urbanos en general, presentan habitualmente problemas técnicos, de mayor o menor importancia, y además en algunos casos estas limitaciones técnicas se combinan con unos requerimientos de inversiones difícilmente asumibles, desde la perspectiva de los gestores de residuos.


Figura 1 Gaiker ofrece numerosos servicios a través de su Area de Envase y Embalaje

La mayoría de las plantas de clasificación de residuos implantadas en nuestro entorno, tienen como base el triaje manual, de los diferentes grupos de residuos de envases, con el empleo de elementos mecánicos o físico-mecánicos adicionales, que tienen como misión favorecer la exposición de la corriente de residuos de envases en su totalidad para que la identificación visual y clasificación posterior resulte más cómoda al conjunto de operarios encargados de dicha labor. No voy a descubrir nada afirmando que el triaje manual cuanto más ambicioso se plantea, lleva asociado un mayor error en la calidad de la separación, y en cualquier caso genera errores suficientes que imposibilitan la utilización posterior de algunas de las corrientes separadas.

Por este motivo, el triaje manual que actualmente se aplica, se limita mucho en cuanto a los grupos de recogida, desperdiciándose un gran número de materiales, porque presentan dificultades de reconocimiento visual. Debido a esta limitación, necesaria para no incurrir en errores que hagan inservible las fracciones separadas, el rendimiento de las plantas actuales de triaje manual, es bajo tanto en aspectos técnicos como económicos.

En el caso de que la identificación se realice por métodos de triaje automático basados en diferentes técnicas espectroscópicas, la inversión en equipamiento se dispara rápidamente (habitualmente se trata de equipos y sensores de alto precio) y la velocidad de identificación y clasificación no es en todos los casos tan elevada como sería deseable, presentándose además problemas añadidos de identificaciones incorrectas, debidos a diferentes causas: la principal es la suciedad de los envases en la corriente de residuos que puede fácilmente distorsionar las medidas realizadas, otros se derivan de las limitaciones de cada una de las técnicas de análisis. Así, algunas técnicas no son válidas para envases transparentes, otras no lo son para envases opacos, y otras presentan sin más problemas de reconocimiento de unos plásticos frente a otros.

Dentro de este campo, la tendencia más fuerte a nivel del desarrollo europeo, está en la combinación de diferentes técnicas de identificación, que dé como resultado la correcta clasificación de los residuos de envases en su totalidad.

Por otro lado las tecnologías de tratamiento de residuos por métodos mecánicos presentan habitualmente deficiencias en cuanto a la separación de determinados grupos clave, como son las mezclas de PET-PVC, y además en muchos casos tienen unos costos de operación y acondicionamiento del residuo que hacen muy cuestionable su aplicabilidad no solo desde el punto de vista técnico-económico, sino desde el propio punto de vista medioambiental.

Desde la experiencia de Gaiker, basada en la ejecución continuada de proyectos de desarrollo de tecnologías para el reciclado, la separación, clasificación y revalorización de residuos plásticos, y la participación en los principales foros de discusión e intercambio de conocimientos en el ámbito de la Unión Europea, consideramos que la gestión de los residuos de envases ha de plantearse desde la perspectiva de un profundo conocimiento del residuo a tratar, cosa que en muchos casos no se tiene en cuenta, y que determina claramente el éxito de un esquema de reciclado concreto y sobre la base de un planteamiento "caso por caso".

A partir de este conocimiento, no solo del volumen y composición del residuo sino también del tamaño y la forma de presentación del mismo, se deben plantear esquemas de recuperación que permitan el mayor aprovechamiento posible, teniendo claro que habrá determinados residuos o partes de ellos que deban sacrificarse en beneficio del sistema conjunto. Como es lógico los parámetros económicos y de mercado han de ser los que señalen los grupos a sacrificar.

El éxito de un esquema de tratamiento de residuos, radica en el diseño racionalizado de plantas específicas para residuos específicos, a partir del conocimiento preciso y la combinación de las diferentes tecnologías, y aprovechando las ventajas técnicas que cada una de ellas ofrece, pero sin olvidar nunca sus actuales limitaciones.

De esta forma sí es posible diseñar y construir plantas de reciclado, no solamente más eficaces desde el punto de vista técnico, sino también y no menos importante desde el punto de vista económico.

Se ha citado a lo largo del presente artículo la necesidad de conocer el mercado para hacer una correcta selección de las tecnologías a aplicar y su secuencia de operación más favorable. Además de esto, es necesario que se establezcan unas reglas de mercado claras para el material reciclado, y para cuantificar la calidad del mismo, que puedan garantizar la aplicabilidad de los materiales reciclados, a partir de calidades definidas, y reproducibles en el tiempo.

De otra forma, se clasificarán, limpiarán y grancearán los residuos de envases, pero no será posible introducirlos en un mercado estable, con lo cual acabarán amontonados de nuevo en vertederos, eso sí, ahora en montones separados por materiales y colores.

E. Larrauri
Fundación Centro Tecnológico Gaiker